Barbarie burguesa: la esclavitud avanza en Argentina

Lo ocurrido el 19/11/2023, exige un enfoque de interpretación asentado en las clases sociales que participan o constituyen la sociedad argentina: capitalistas de grandes corporaciones internas y extranjeras (terrateniente y fabriles); la pequeña burguesía agraria e industrial, y finalmente la clase asalariada, escindida en dos fracciones claramente identificables: la asalariada obrera (ramas fabriles) y la asalariada no obrera (ramas y actividades privadas y estatales: educación, salud, bancaria, comerciales, profesionales, etc.) que abarcan a millones de este tipo de asalariados, quedando la fracción fabril en un porcentaje menor que aquella. La clase asalariada, pues, no debe ser tomada como formada exclusivamente ni preponderante mente por obreros industriales, este es un hecho mundial.

Las luchas políticas en Argentina se han venido desenvolviendo entre un agudo y violento enfrentamiento de las clases burguesas corporativas contra la clase asalariada desde 1945 hasta la fecha. Esta clase tuvo bajo los gobiernos de PERÓN 1945-1955 su momento de más brillo político, social organizativo y económico. Contra el movimiento obrero organizado, como lo bautizara Perón, se desplegaron todo tipo de acciones terroristas: golpes militares; proscripción, persecución, tortura, muertes de dirigentes y militantes, desapariciones, etc. Para la burguesía era y es "el" enemigo de clase fundamental, nada ahorró ni ahorra para hacer que desaparezca.

Pero ahora el ámbito de lucha tal enfrentamiento ha mutado: no más golpes militares sangrientos; la burguesía y sus socios internos y externos "han bajado" a darle pelea en el ámbito político-electoral para recuperar "su" Estado y administrar desde allí sus intereses e imponiéndolos al resto de la sociedad. Primero el peronismo, luego el alfonsinismo y desde hace 20 años el kirchnerismo, les ofrecieron resistencia desplegando lo que llaman políticas "progresistas", "distribucionistas", "inclusivas", "igualitarias", etc. El origen de clase tanto del peronismo como del kirchnerismo reside en la pequeña burguesía, aunque parezca que deba pensarse que el peronismo era y es sinónimo de "clase obrera", lo cual no está mal, sólo que los objetivos y procedimientos para desarrollar su política no se corresponden con los intereses más profundo de ella: lo hace desde la concepción de crear un "capitalismo humano", "capitalismo sano", "capitalismo distributivo", etc. no tiene a la clase capitalista como a su enemigo de clase a superar por otra sociedad, cosa ésta última que jamás formó parte de sus planes. Ahora bien, el peronismo se ha ido "deshilachando" a lo largo de estas décadas de luchas y en especial en estos últimos 40 años; la CGT ha perdido representación y potencia, confinada a ser una estrecha burguesía sindical corrupta y negociadora con todos los gobiernos de turno; el Partido Justicialista es un mero sello electoral y, a veces, ni eso; el kirchnerismo se lo identifica como del riñón peronista, pero esto sin ser falso no es acertado, responde más que a la línea obrera histórica a la fracción asalariada no obrera; piénsese que ya no habla más de clase obrera, trabajadores, movimiento obrero, etc. ni siquiera al pueblo, las referencias son siempre a la "gente", pobres, menesterosos, indigentes, excluidos, etc. con políticas "asistencialistas", que en verdad lo que hace es ocuparse de los detritus sociales que dejan las burguesías con sus golpes cambiarios, bancarios, desocupación masiva, inflación galopante y también cuando administran el poder político.

Lo interesante es que estos conflictos se dan no el ámbito general de las clases y sus políticas, sino en el ámbito del acceso al poder estatal, cosa impensable antes de la 2da. G.M. El Estado es el "nuevo" ámbito de la lucha de clases no sólo en Argentina sino en toda A.L. e incluso en algunos países europeos. He aquí porque aparecen las ultraderechas terroristas: sienten que el

"populacho" les "roba" su Estado para ponerlo al servicio de los asalariados con políticas "reformistas" lo cual significa recortes, regulaciones, controles, leyes sociales, laborales, sindicales, etc. cosas éstas que las burguesías odian y se oponen ferozmente adoptando todo tipo prácticas legales, ilegales, violatorias de legislación y hasta de Constituciones, etc.

Lo ocurrido el 19/11 en Argentina, a partir de estos comentarios generales, deberá ser interpretado en aquel cuadro de situación: el peronismo y el kirchnerismo en franca decadencia porque no atinan a enfrentarse al gran capital estableciéndole claras y fuertes políticas económicas apoyándose y movilizando a la clase asalariada (obrera y no obrera), para siempre concluir "pactando" y disolviéndose en una administración impotente que lleva a la desazón y el desencanto a su población electoral: es lo que sucedió con el impresentable demagogo Alberto FERNÁNDEZ, elegido por la líder kirchnerista de Cristina FERNÁNDEZ para el cargo, hasta llegar hoy a desertar de su responsabilidad política de conductora de un proceso que la población trabajadora le pedía que asumiera y no lo hizo: huyó de su responsabilidad, se retrajo, y ya orilla el retiro político; ella es una notable responsable política de lo sucedido: "abandonó a sus seguidores", astuta,sabía que si volvía y ganaba las elecciones se vería obligada a enfrentarse a las corporaciones porque ya éstas no aceptan ninguna reforma así sea mínima: exigen "capitulación", "sumisión", no acuerdo de partes, y no estaba dispuesta a tanto, ya que finalmente tiene sus empresas e inversiones; actuó como…¡pequeño burguesa! Progresismo timorato, mentiroso, débil.

De ese modo creció en una gran parte de la población asalariada y en particular de los jóvenes veinteañeros, un encono político y hasta "personal" contra ella y por extensión contra la fracción política toda, pero en especial con los peronistas por no cumplir con lo prometido; el resultado fue: voto contra ella, contra Alberto, contra MASSA, en favor de la oposición cualquiera fuere. Fue un lamentable voto auto-castigo que se infligió la propia población.

Estamos pues, ante la típica conducta de la pequeña burguesía que no sabe o no puede ubicarse políticamente e ideológicamente con firmeza y claridad ante las clases dominantes pero sí con discursos para seducir a las clases trabajadoras; trata siempre de sentarse en dos sillas (clases) saltando de la una a la otra, como se suele decir: en dos sillas y mal sentado, por lo cual cae tan pronto en la derecha como en el progresismo reformista; quizás debemos decir que es una clase que oscila constantemente entre aliarse con la clase trabajadora como con la burguesía capitalista. La ultraderecha burguesa parece haber captado esto y financió, promovió y defendió al bárbaro deleznable mamarracho de MILEI, empleado de sus amos capitalistas, porque sus planes son los que la burguesía argentina quiere poner en práctica hasta los "huesos" de la sociedad. Perspectiva: mayor extranjerización del mercado interno, crecimiento de la pobreza, privatización de salud y educación, etc. etc. El Estado debe llevar adelante "éstas" políticas, estas son las políticas "correctas", pero nadie debe creer que desguazarán al Estado como tal, será sí el campo de Agramante de las burguesías, pero lo necesitan para "legitimar" sus intereses y someter definitivamente a la clase asalariada y sepultar al peronismo y sus derivaciones "progresistas" y "reformistas: ¡Estado y sociedad burguesas a rajatablas!

Es llegado el momento para que las fuerzas políticas de la izquierda retomen el sendero de enfrentamiento al sistema ¡basta de reformismo y buenos modales para con las burguesías! Es impostergable ir eliminando la influencia pequeño-burguesa sobre la clase asalariada, hay que dar batalla al peronismo desvanecido y al tímido progresismo kirchnerista.

¿Qué hacer?

Pues, mantener espíritu retemplado de lucha y de resistencia. ¿Qué no hacer? el sumarse a pesimistas ni derrotistas.

 

*Economista

 

hazcurra89@gmail.com



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