Colombia. Paz total: ¿Quién le teme al cese bilateral del fuego?

La oposición de la ultraderecha fascista al gobierno del presidente Gustavo Petro tiene abiertos varios frentes de ataque contra la plataforma programática anti neoliberal de la administración nacional del Pacto Histórico; la guerra política es a fondo y sin ahorrar recurso alguno -a cuál mas rastrero-, combinando el ataque personal y la mentira para sembrar el pánico, el terror, la confusión y el desconcierto entre la ciudadanía.

En la coyuntura la prioridad está en el ataque neoliberal y de la casta financiera para descalificar la reforma post neoliberal a la salud -liderada por la corajuda ministra de la salud y su grupo de asesores-; para demonizar la reforma pensional; estigmatizar la reforma laboral; caricaturizar la transición energética; endiosar las bondades del mercado en los precios de la luz y el agua; para imponer en Bogotá -entre la alcaldesa y Peñalosa- un sistema contra ambiental y perverso de movilidad con el Metro aéreo: y, obviamente, para degradar y deformar la política de paz y el Cese bilateral del fuego temporal y nacional con las Farc EP (y con las otras agencias de la violencia política -Segunda Marquetalia y Eln- y criminal: Uribeños y Pachencas), decretado desde el 31 de diciembre por el presidente Petro, en otro gesto audaz y no ortodoxo con este instrumento para contener el daño humano de los fenómenos bélicos y proyectar la paz.

Contra el Cese bilateral del fuego se han conjurado generales -que hablan desde el anonimato-, Fiscal, siniestros poderes judiciales gringos, reservas militares, mafias políticas uribistas, Semana, periódicos (https://www.elcolombiano.com/opinion/editoriales/colombia-un-gran-caguan-EI20283043 ), columnistas y redes mediáticas financiadas por la Cia y las cloacas de la inteligencia militar y policial.

Este fin de semana se reunieron en Bogotá los generales del alto mando militar y policial, los registros mediáticos de la revista Semana indican que hay malestar entre estos gorilas porque supuestamente el Cese bilateral los recluyo a los cuarteles, paralizándolos en sus obligaciones legales y constitucionales como consecuencia de la falta de los Protocolos, no obstante existir, desde hace 4 semanas, unas directivas precisas del Ministro de la defensa para adecuar la función militar en los territorios a los objetivos fundamentales de la paz total, que estos jefes militares desconocen y bloquean subrepticiamente, cuando no es que se dedican a promover grupos paramilitares (Puntilleros, bloque Meta y neoparamilitares, en Jamundí y Norte del Cauca), y a organizar alianzas con los carteles mexicanos de la droga, con los que controlan las partes más rentables del negocio trasnacional en los puertos del Pacifico, la Costa Atlántica y el aeropuerto de Bogotá, donde se han incautados grandes cargamentos de droga en los que hay participación de ganaderos (Fedegan), generales (Leonardo Barrero, Wilson Chávez [Matamba] y Montoya), oficiales de la policía (https://www.eltiempo.com/unidad-investigativa/coronel-ricardo-duran-de-la-dijin-fue-capturado-en-bogota-738812 ) y clanes de la politiquería regional (Char, Geneco, Barreras, Musas, Montes, Aguilares, Merheg y Cambios radicales).

Entre los militares no hay unanimidad sobre el tema del Cese bilateral. En algunos territorios las brigadas de contraguerrilla se han replegado anulando acciones militares ofensivas -Caquetá, Meta y Guaviare-, dando cumplimiento a las directivas ministeriales, pero en otros, el comportamiento es francamente provocador y "golpista", como en los casos de Arauca, Cali, Norte del Cauca, Naya, sur de Bolívar, Choco y Antioquia.

En la cúpula militar hay generales uribistas de escritorio, empeñados en descalificar y sabotear el Cese bilateral del fuego. Son los oficiales de ultraderecha (agrupados por Zapateiro) que añoran los tiempos de la guerra total y de las recompensas de los "falsos positivos". Bien haría el presidente y el ministro en remover y depurar esas mulas muertas atravesadas que no quieren ver a nuestro país en paz total.

Por supuesto que un Cese bilateral sin problemas y sin lunares es una fantasía; en el 2017 cuando se acordó el mismo con el Eln, en términos generales funciono bien a pesar de algunos hechos desafortunados.

Pero que se presenten problemas, -que también se originan en actos arbitrarios e ilegales de los militares- no quiere decir que el mismo no sea una herramienta de paz adecuada y correcta con grandes potenciales políticos democratizadores.

Al Cese bilateral le temen y lo atacan los grupos políticos de ultraderecha que quieren mantener las poblaciones campesinas de los territorios bajo un régimen de terror, muerte, persecución y desplazamiento permanente. Le temen los enemigos de la democracia, los corruptos, los generales que tienen metidas las manos en las redes paramilitares y de la droga.

El Cese bilateral del fuego hay que robustecerlo y consolidarlo con los Protocolos -8 en total- y las Mesas de diálogos y negociaciones previstas con las Farc Ep y con las otras organizaciones insurgentes y los grupos del neoparamilitarismo que han expresado su voluntad de someterse a las normas de la legalidad constitucional, con los cuales, en el año 2005 Uribe Vélez y Juan Manuel Santos, hicieron un perverso pacto para empoderarlos con la parapolítica y asombrosos beneficios judiciales que blindaron las tierras despojadas a 8 millones de campesinos, como en los casos del Alemán, Jorge Pirata, Ramon Isaza, Diego Vecino, Jorge 40, Jorge Torres y otros capos .

Definitivamente hace bien el presidente Gustavo Petro cuando plantea salir a la plaza publica a defender sus propuestas progresistas, para de la mano de la multitud, profundizar las transformaciones democráticas que requiere hoy Colombia en la transición post neoliberal que esta en curso. Dialogar e interpelar a la multitud en sus derechos y en sus demandas es una adecuada manera de mover la historia en el sentido correcto: en el de la paz y las transformaciones sociales estructurales que requiere Colombia para salir del foso del capitalismo salvaje neoliberal que nos impuso el expresidente Cesar Gaviria en los años 90 y que Uribe Vélez remacho con el ejercito paramilitar de los Castaño, Don Berna y Mancuso.



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Horacio Duque

Politólogo e historiador.

 horacioduquegiraldo@gmail.com      @horacio_DG

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