Edén Pastora, comandante cero

Contaba Adorno que la belleza se definía por su propia indefinición. Esta definición de belleza de Adorno es un traje a medida si quisiéramos hablar de Edén Pastora, más conocido como Comandante cero. Ex alumno jesuita, tomó las armas muy joven, como bien dijo una vez «ante la injusticia, cogí un arma» y no las abandonó, creo, hasta su reciente muerte.

El 22 de agosto de 1978, con 48 años y comandado un equipo de 25 jóvenes guerrilleros del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), toma por asalto el Palacio Nacional de Managua secuestrando a todos los ministros, diputados y al presidente de la Asamblea presentes, acción que el propio Pastora bautizaría como Operación chanchera (operación pocilga). Adopta en esa acción el nombre de Comandante cero, que quedará marcado en la historia junto con Dora María Téllez , comandante 1 y Hugo Torres comandante 2.

Años después, Edén Pastora rompería con el FSLN por su vinculación con Cuba y con la URSS que, según él, no representaban los ideales de Sandino.

Con un grupo de guerrilleros antisandinistas inicia una guerra de baja intensidad en el sur de Nicaragua y funda en 1982 la Alianza Revolucionaria Democrática (ARDE). Sobrevivió a varios atentados respaldados por el FSLN, el más grave el de La Penca en 1984. Pasados los años, después de los procesos de paz de 1988-1990, se dedicó a la pesca de tiburones y después de una carrera política irregular y de escaso proselitismo, volvió al sandinismo en 2006 con un cargo un tanto quijotesco en el que supervisaba los estudios para la construcción de un canal entre el Pacífico y el Atlántico similar al de Panamá.

Edén Pastora representa la encarnación del luchador latinoamericano. Indomable, resuelto, impredecible, alejado de dogmas y ortodoxias... valiente.

Sería una excentricidad juzgar al comandante Cero por sus idas y venidas, por sus luchas inconclusas, injustas o por sus tardíos arrepentimientos.

El periodista español Enrique Meneses pasó una temporada en la Sierra Maestra en compañía de Fidel Castro. Un libro conmemorativo relata aquella estadía con una entrevista actual a Santiago Carrillo en la que comentaba cómo habían sido sus entrevistas con los hermanos Castro y el Che Guevara. Carrillo aseguraba que ninguno de los tres era comunista, que incluso llegaron a hablarle mal y despectivamente de los comunistas europeos. Tal vez lo que mejor defina a estos revolucionarios en ese momento era la apreciación de Carrillo, que los veía muy sueltos, alegres, jocosos e indisciplinados... pero no comunistas.

Quizá esa sea la mejor definición del comandante Cero, alegre, indisciplinado y siempre revolucionario... a pesar de todo.

 



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Xurxo Martiz Crespo

Vivió 30 años en América Latina. Académico del exilio económico y político gallego

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