Mandela y su lucha no violenta

El fenómeno de la Apartheid en Sudáfrica, comprendido por la segregación racial directa, donde el 21% de la población blanca se imponía sobre el resto de la comunidad negra, revistió gran importancia para el siglo XX, y el actual. La actuación protagónica de Nelson Mandela y muchos más, por una sociedad más justa, donde no hubiera restricciones para unos y para otros no, valieron para muchos la cárcel, para otros la persecución, y para algunos hasta la desaparición física.

Mandela a diferencia de otros de sus compañeros sudafricanos que sufrieron el exilio. Él padeció la prisión, durante 27 años de su vida. Pero qué produjo esta acción previamente, son muchas las causas, por eso en primer lugar se hace necesario divagar en conjunto sobre los conceptos básicos que surgían para la época.

Haciendo referencia al siglo XX, personajes como Mahatma Gandhi proponían la lucha no violenta, la acción sin enfrentamiento directo pero con resultados efectivos, abogando siempre por el impacto psico-conductual del enemigo. En ese caso contra el imperio Británico, el armado de su estrategia bajo desobediencia civil, buscaba no producir bajas, pero sí resultados amplios en el debilitamiento interno del gobierno.

Gandhi y Mandela puede decirse que mezclaron sus conocimientos, y formas para la lucha nacional, el primero vivió durante algunos años en Sudáfrica, durante ese tiempo se perfilaba el Congreso Nacional Africano (CNA), como el brazo de lucha contra el gobierno sudafricano. Esta agrupación ordenaba la conformación de una estrategia única de combate.

Nelson Mandela aspiraba a emprender claro está el uso de la lucha no violenta, guiándose de Gandhi y su ejemplo. La protesta, el sabotaje contra las estructuras del gobierno sudafricano, las huelgas generales; bajo la prerrogativa de Gandhi de que: "la fuerza no proviene de la capacidad física sino de la voluntad indomable", se hizo la ruta. Se perseguía asestar golpes certeros a la segregación racial encabezada por el gobierno de Sudáfrica, pero evitando a toda costa las bajas humanas.

Por supuesto esa lucha de Mandela en sus inicios fue quijotesca, por lo lógico de la respuesta, de que el gobierno de Sudáfrica respondió como era de esperarse, con violencia, represión, acoso y persecución. Muchos dudaron entonces de su aplicación, pero es importante reconocerle que inestimablemente permitió marcar el inicio de una lucha irreversible.

Una gesta que con un presidio de 27 años para Mandela significo mucho, dado que la lucha no violenta creció cada vez más generando la necesidad de detener al líder sudafricano, encendió irrevocablemente un camino sin retorno. La perseverancia, la resiliencia y la unidad permitieron que el encierro fuera el reencuentro, y que las calles de Sudáfrica fueran la pradera, para hacer historia.

Fuerza…

 

 



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Jesús Bolívar

Escritor, periodista, estudioso y seguidor de los procesos históricos y políticos en Latinoamérica

 jesuseduardobolivar@live.com      @bolivarjesuss

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