Porqué las masacres en Estados Unidos

Apenas 24 horas después de la masacre en una iglesia de Texas, el
presidente estadounidense Donald Trump formuló tres ideas
"trascendentales" que revelan su pensamiento acerca del problema que
representa para la seguridad de su país la tenencia descontrolada de
armas de fuego, un fenómeno cada vez más extendido en la población de
Estados Unidos.

En primer lugar, sostuvo que las armas no eran el problema. En segundo
lugar, que quien detuvo al autor de la masacre fue una persona muy
consciente que portaba una pistola. En tercer lugar, que la verdadera
culpabilidad por el hecho recae en la enfermedad mental que sufría el
autor de la masacre.

En un artículo de fondo del periódico The Nation, vocero del ala más
progresista del Partido Demócrata, su analista principal David M.
Perry, descarta la apreciación de Trump de que "felizmente, un buen
hombre armado impidió la continuidad de la masacre".

La descripción de los detalles de la matanza es horripilante: El
asesino, un hombre de piel blanca con amplio historial de violencia
doméstica, llegó a la Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs,
Texas, armado con un rifle AR-15 y abrió fuego. Entre las víctimas
estaban la hija de catorce años del pastor de la iglesia, de 72 años
de edad; una mujer embarazada, y numerosos niños.

Una familia logró esconderse en un cuarto de baño, en el que se
apreciaban huellas de balas en las paredes. Un niño de ocho años se
refugió debajo de un banco cuando su hermano y dos hermanas estaban
siendo acribillados.

Luego que el asesino había dado muerte a 26 personas, herido a otras
20 y traumatizado a toda la comunidad, salió de la iglesia, dejó caer
su rifle en presencia de un civil armado, subió a su auto y huyó hasta
que se estrelló contra otro automóvil, para finalmente suicidarse con
un disparo de su pistola en la cabeza.

Según el artículo de The Nation, la valoración del mandatario
estadounidense, que atribuye la responsabilidad del desastre a la
enfermedad mental del asesino y no a la tenencia de armas por personas
no calificadas para su posesión, es la típica explicación de la
violencia en el país que manejan los políticos republicanos.

Unos días después de la masacre en Texas, Trump declaró en Japón,
donde iniciaba un periplo oficial por varios países de Asia, que
"tenemos un montón de problemas de salud mental en nuestro país, como
igualmente lo tienen otros países, pero en ningún caso se trata de
problemas generados por las armas mismas."

Los cadáveres en la iglesia y el trauma experimentado por los
supervivientes demuestran claramente que el incidente no se detuvo por
efecto de que había allí una persona armada dispuesta a impedir la
continuidad de la matanza, como ha pretendido hacer ver Trump,
argumenta el artículo de David M. Parry en The Nation.

El énfasis en la salud mental es simplemente una forma de desviar la
atención de la necesidad de hablar los peligros de la tenencia sin
control de las armas de fuego. "Nuestro sistema de salud mental está
necesitado de mucha ayuda, pero no para frenar la violencia de las
armas precisamente, porque sólo del 3 al 5 por ciento de los actos
violentos involucran a personas con discapacidades psiquiátricas que
sólo constituyen sólo el 18% de la población", afirma Parry.

Unos días después de la masacre de Texas, en Japón, Trump declaró:
"tenemos un montón de problemas de salud mental en nuestro país, igual
que lo tienen otros países, pero en ningún caso se trata de problemas
generados por la tenencia de armas."

Le falto a Trump agregar que entre las cerca de 200 naciones del mundo
con pobladores que tienen problemas de salud mental, Estados Unidos es
el líder indiscutible en balaceras masivas.

El artículo de The Nation sostiene que no es cierta la versión de
Trump de que "un buen hombre con un arma" impidió la continuación del
la masacre. Los cuerpos inertes en la iglesia y el trauma de los
supervivientes demuestran claramente que el incidente no se detuvo por
la intervención armada de algún civil.

La versión del mandatario estadounidense que atribuye la
responsabilidad de los tiroteos a la salud mental de los implicados,
es la típica explicación republicana de la violencia. Son muchos los
políticos republicanos (y algunos demócratas) que han expresado este
criterio durante décadas para justificar su apoyo y su punto de vista
"coincidente" con el de los comerciantes de armas que representa el
multibillonario lobby de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por
sus siglas en inglés) en la cuestión del control o la liberación de
las ventas de armas a la población.



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Manuel Yepe

Abogado, economista y politólogo. Profesor del Instituto Superior de Relaciones Internacionales de La Habana, Cuba.

 manuelyepe@gmail.com

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