Adoctrinados contra Cuba desde la cuna

Siempre he pensado, dicho y escrito que, entre los visitantes
extranjeros que llegan a Cuba, aquellos que más se impactan por
bondades naturales y morales de Cuba son los estadounidenses.
Atribuyo este extraño fenómeno al hecho que, a partir de 1959, desde
que nacen hasta la tumba, los estadounidenses han estado viendo,
oyendo y leyendo propaganda contra la Isla.

Cuando pisan tierra cubana se sorprenden de muchas cosas que para los
visitantes de otros países son conocidas: el vasto apoyo de la
población a la revolución socialista; la alegría y felicidad con que
participan los cubanos en la construcción social; la censura unánime
al bloqueo económico y a la hostilidad que el gobierno de su país
practica hacia Cuba. Todo ello contrastante con la acogida
hospitalaria que Cuba ofrece a los visitantes estadounidenses, que es
manifiestamente preferencial.

Me viene a la mente un artículo del conocido periodista William Blum,
con motivo del fallecimiento del líder revolucionario Fidel Castro, en
su columna Anti Empire Report que difunde la prensa alternativa
norteamericana. Blum destacaba que el calificativo más frecuente que
se leía en los medios de comunicación sobre la muerte de Fidel era el
que lo señala como dictador. Casi cada párrafo de todo escrito sobre
Cuba en los medios de comunicación estadounidenses desde la revolución
de 1959 se refiere al gobierno de la Isla con el epíteto de dictadura.
Pero, ¿qué es lo que tiene y qué le falta a Cuba para ser una
dictadura?, se pregunta Blum.

"¿Tener una prensa libre? Aparte de la cuestión de cuán libres son
realmente los medios occidentales de comunicación, ¿cuál es la norma?
¿Qué pasaría si Cuba anuncia que de ahora en adelante cualquier
persona en el país podría poseer cualquier tipo de medio de
comunicación? ¿Cuánto tiempo tardaría el dinero de la CIA -secreto e
ilimitado- en poseer y controlar todos los medios de comunicación en
el país?

"¿Es acaso que Cuba carece de elecciones libres? Cuba tiene
regularmente elecciones a nivel municipal, regional y nacional. No
tienen elección directa del Presidente, pero tampoco Alemania o el
Reino Unido y muchos otros países. El Presidente cubano es elegido por
el Parlamento, la Asamblea nacional del Poder Popular. El dinero no
juega papel alguno en estas elecciones; tampoco lo juega algún partido
político, incluyendo al partido comunista cubano. Todos los candidatos
se eligen y actúan a título individual.

"¿Cuál es el patrón por el que se juzga al sistema electoral cubano?",
pegunta Blum e ironiza: "¿Será porque no existen empresas privadas que
puedan verter miles de millones de dólares en el proceso electoral? Es
difícil imaginar una elección democrática y libre sin grandes
concentraciones de dinero corporativo. O tal vez de lo que carece Cuba
es de nuestro maravilloso sistema del colegio electoral que hace que
el candidato presidencial con más votos no sea necesariamente el
ganador".

"¿Es acaso Cuba una dictadura porque se arrestan disidentes? Muchos
miles de pacifistas y otros manifestantes han sido presos en Estados
Unidos en los últimos años, como en cada período en la historia
estadounidense. Durante el movimiento Occupy de hace cinco años, más
de 7.000 personas fueron arrestados, golpeadas por la policía y
maltratadas bajo custodia".

Y Blum recuerda que Estados Unidos es al gobierno cubano lo que la
organización terrorista al Qaeda es a Washington, sólo que mucho más
potente y mucho más vecino. Prácticamente sin excepción, los
disidentes cubanos son financiados por Estados Unidos. ¿Acaso
Washington ignoraría un grupo de estadounidenses que reciba fondos de
una organización terrorista que además se declare abiertamente enemigo
suyo?

En años recientes Estados Unidos ha detenido a un gran número de
personas en el país o en el extranjero por tener vínculos con
organizaciones terroristas (llámense al Qaeda, Estado Islámico, Daesh,
Isis o comoquiera que se identifiquen) teniendo mucha menos evidencia
que la que el gobierno cubano presenta de los vínculos con Estados
Unidos de los "disidentes" de Cuba.

Los supuestos presos políticos en Cuba son delincuentes probadamente
controlados por un gobierno extranjero, un delito prescrito en las
leyes cubanas y las de prácticamente todos los países del mundo,
incluyendo las de Estados Unidos.

"Aunque haya quienes por ello califiquen al gobierno de Cuba como
dictadura, yo lo llamo autodefensa, política de seguridad nacional",
subraya el periodista, escritor, crítico y activista político
estadounidense, especializado en temas de terrorismo Bill Blum.
La hospitalidad cubana hacia los extranjeros es una cualidad ancestral
explicada por muchos expertos como característica propia de los
habitantes de islas, entre muchos otros factores geográficos e
históricos. Pero en la actualidad todo indica que los cubanos están
conscientes de que cualquier estadounidense que visite la isla en son
de paz, de alguna manera está rechazando la política de aislamiento y
hostilidad contra Cuba. Ello merece correspondencia.



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Manuel Yepe

Abogado, economista y politólogo. Profesor del Instituto Superior de Relaciones Internacionales de La Habana, Cuba.

 manuelyepe@gmail.com

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