La fractura de la relaciones diplomáticas pone al mundo en un curso peligroso

Con el colapso del mundo post II Guerra Mundial los esquemas internacionales de control político han sufrido una fractura sin precedentes en las relaciones diplomáticas entre las naciones. Hoy en día, en el mundo existen más o menos 207 entidades soberanas que están capacitadas para llevar a cabo formales relaciones diplomáticas. En años recientes varios países han cercenado por completo sus vínculos diplomáticos o han tomado una medida intermedia al degradar las relaciones retirando sus embajadores. Mientras que la suspensión de las relaciones diplomáticas en gran escala se aprecia normalmente en tiempos de guerra –la guerra árabe-israelí del año 1967 al 1973 por ejemplo—las rupturas diplomáticas durante tiempos de paz están en alza como nunca. La guerra ya no es una justificación para la ruptura de las relaciones diplomáticas. Con el número de mercuriales líderes políticos en el actual escenario del mundo, la diplomacia está pasando a un segundo plano ante el fanfarroneo político, la bravuconería y el machismo.

Dos de los países más problemáticos del Medio Oriente, cuando se trata de trastornar la región –Arabia Saudita e Israel—han cercenado o degradado las relaciones diplomáticas con otros países a través de accesos de cólera que desmienten sus declaraciones públicas en el sentido que están buscando la paz.

El gobierno del presidente yemenita, Abd Rabbuh Mansu Hadi, prácticamente un títere de Arabia Saudita, gobernando desde Adén, cortó relaciones diplomáticas con Irán el año 2015 acusando a los iraníes de estar apoyando la rebelión de los Houties en Yemen. A consecuencia de Arabia Saudita haber ejecutado al clérigo chiíta Nimr al-Nimr y a 46 de sus seguidores el día 2 de enero del 2016 manifestantes iraníes asaltaron la embajada saudita en Teherán y la incendiaron. Aunque Irán detuvo a los hechores y el presidente iraní Hassan Rouhani condenara el ataque contra la embajada, Arabia Saudita no se aplacó.

Por otra parte, Riyadh, no solo rompió relaciones diplomáticas con Irán, sino que empleando su influencia financiera convenció a otros países que hicieran lo mismo. Los países que rompieron todo vínculo con Irán por el incidente de la embajada incluían a Bahrain y Sudán. Kuwait, Catar y los Emiratos Árabes Unidos casi cortaron todo vínculo diplomático con Teherán pero retiraron a sus enviados diplomáticos de Teherán. El rompimiento de las relaciones diplomáticas con Irán empeoró la situación de la mayoría chiíta de Bahrain la cual había sido atropellada por la monarquía sunita la cual fue asistida y apoyada por tropas de ocupación provenientes de Arabia Saudita y los Emiratos. El cierre de las instalaciones diplomáticas sauditas en Irán también dificultó la obtención de visas para los iraníes que viajan en peregrinación a la Meca.

La influencia de Arabia Saudita para obligar a otros países, especialmente naciones de África, para romper vínculos con Irán ha sido significativa. Yibuti rompió relaciones diplomáticas con Irán luego del incidente de la embajada saudita en Teherán. En el año 2010 el entonces régimen de Yahya Jammeh en Gambia, predominantemente un país sunita, rompió relaciones con Irán. Un año antes Marruecos rompió relaciones con Irán acusándolo de estar diseminando creencias chiitas en Marruecos nación predominantemente sunita. Subrepticiamente los sauditas apoyaron la medida marroquí.

En una imagen casi calcada del berrrinche diplomático saudita con Irán, Israel "redujo" sus relaciones diplomáticas con doce miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas luego que votaran a favor de una condena "como flagrante violación del derecho internacional" por los asentamientos ilegales israelíes en la Franja Occidental de Palestina. La votación en el Consejo fue de 14 a 0 con la sorprendente abstención de Estados Unidos. El congelamiento de las relaciones de Israel con el Reino Unido, Francia, Rusia, China, Japón, Ucrania, Angola, Egipto, Uruguay, España, Senegal y Nueva Zelandia, la medida contenía la siguiente condición: los ministros de relaciones exteriores de aquellos países no serán recibidos por funcionarios del gobierno de Israel y que el contacto oficial entre funcionarios israelíes y las embajadas en Tel Aviv de las doce naciones quedaba suspendido. Uno de los países que votó a favor de la resolución del Consejo de Seguridad, Venezuela, anteriormente había roto relaciones con Israel debido a su mal trato para con los palestinos.

Turquía es otro factor diplomático problemático en el Medio Oriente. Durante los preparativos para el referéndum del 16 de abril de 2017 en Turquía, el cual brindaría al presidente Recep Tayyip Erdogan poderes casi ilimitados, Erdogan instruyó a sus ministros que viajaran a Europa buscando el SI entre el aproximadamente millón cuatrocientos mil expatriados votantes en Alemania. Cuando Alemania y Holanda se opusieron ante la noción que funcionarios del gobierno turco hicieran campaña por el referéndum que podría significar prácticamente una dictadura islámica en Turquía. Erdogan montó en cólera y acusó a Alemania de adoptar "prácticas nazis" al impedir que sus ministros hicieran campaña entre multitudes de ciudadanos turcos en Alemania.

Luego que Holanda le negara el permiso al ministro de relaciones exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, ante una concentración turca en la ciudad de Roterdam, Erdogan acusó a los holandeses de ser unos "remanentes nazis". El primer ministro holandés Mark Rutte que participó en una campaña electoral en Holanda en la que su opositor, Geert Wilders, del Partido de la Libertad de extrema derecha, que postulaba el cierre de las mezquitas y la expulsión de los musulmanes, se mantuvo firme contra los turcos.

El primer ministro ordenó que la ministra turca de Asuntos Familiares, Fatma Kaya, quien ingresó a Holanda en automóvil desde la frontera con Alemania, que no se le permitiera el ingreso al consulado turco en Roterdam y que fuera devuelta a la frontera con Alemania.

Austria y Suiza también prohibieron que los ministros turcos participaran en concentraciones públicas en sus países. Erdogan amenazó con sanciones contra Holanda y lo que redundó fue el peor quiebre de las relaciones entre dos "aliados" de la OTAN desde la confrontación entre Turquía y Grecia por la isla de Chipre el año 1974.

Otro detonante diplomático en el mundo está en los Balcanes. Coincidiendo con su derivado de "balcanización" y con la fractura en las relaciones internacionales, la región representa un polvorín para las relaciones diplomáticas.

Las relaciones del gobierno de Macedonia con Albania y Kosovo se están desbaratando debido a informes en el sentido que ambas naciones han agitado una oposición política contra el gobierno de Skopje a través de una presión que se estaría ejerciendo sobre la considerable minoría albana en Macedonia. La ruptura de las relaciones entre Macedonia y Albania y Kosovo es una posibilidad muy cierta. Las quejas de parte de la República de Srpska con la Federación de Bosnia-Herzegovina de la cual es miembro, podría conducir a una ruptura de relaciones entre Bosnia-Herzegovina y Serbia debido a los legítimos reclamos por violaciones a su autonomía de parte de Sarajevo.

La descomposición de las relaciones diplomáticas entre los estados que conformaban la antigua Yugoslavia es un evento de vanguardia que podría tener un efecto cascada mucho más allá de los Balcanes, especialmente hacia el este, donde las relaciones de Bulgaria con Turquía se están agriando debido a las denuncias de parte de Bulgaria por interferencia de parte de Turquía en las próximas elecciones. Recientemente el gobierno búlgaro denunció a Ankara por la intromisión de un ministro turco durante una concentración del DOST, partido búlgaro-turco en Estambul. Bulgaria en protesta retiró su embajador en Ankara, aunque algunos búlgaros habrían preferido la suspensión de las relaciones diplomáticas. Unos cuatrocientos mil búlgaro-turcos residen en Turquía y pueden votar en las elecciones parlamentarias búlgaras. Los sondeos de opinión favorecen la victoria de la coalición Patriotas Búlgaros Unidos, movimiento nacionalista opuesto a la migración musulmana a Bulgaria y al resto de la Unión Europea.

Vínculos diplomáticos permanecen rotos entre naciones que carecen de enemistades históricas. Los lazos entre Hungría y Armenia continúan rotos debido a la puesta en libertad y enviado a Azerbaiyán por parte de Hungría, de un oficial militar azerí condenado por haber asesinado a hachazos a un oficial del ejército armenio en la ciudad de Budapest el año 2004. Ambos oficiales estaban asistiendo a la academia militar de la OTAN en Budapest al momento en que ocurrió la pelea. Por otra parte, el asesinato de Kim Jong Nam, medio hermano del líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, empleando como arma un agente bioquímico en el aeropuerto internacional de Kuala Lumpur produjo la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Corea del Norte y Malasia. Corea del Norte prohibió a los diplomáticos malayos acreditados en Pyongyang abandonar Corea del Norte mientras las relaciones que incluían la exención de visado para ciudadanos de Corea del Norte para viajar a Malasia estuvieran rotas. El pasado mes de octubre, el presidente de las Filipinas, Rodrigo Duterte tuvo que dar explicaciones luego que sugiriera que él podría romper relaciones con Estados Unidos, país que fue gobernante colonialista de las Filipinas. Duterte tuvo que aclarar que se trata de separarse de las políticas de Estados Unidos, no de una ruptura de relaciones diplomáticas.

Incluso las dos entidades soberanas más pequeñas del mundo, la Ciudad del Vaticano y la Orden Militar Católica Romana de Malta (SMOM sigla en inglés) de 900 años de antigüedad, recientemente tuvieron un incidente. La SMOM que mantiene relaciones diplomáticas con 106 países alrededor del mundo y mantiene su sede central soberana, vio su "gobierno" derrocado a través de un golpe de estado patrocinado por el Vaticano el mes de diciembre del 2016. Resultó que el cardenal estadounidense, Raymond Burke fanático derechista que está vinculado con el asesor del presidente Donald Trump, Stephen Bannon, consiguió que Papa Francisco ordenara la expulsión de su oficina a Albrecht Freiherr von Boeselager, "Gran Canciller" de la SMOM, primer ministro de facto. Boeselager fue acusado por Burke de permitir financiar con fondos de la SMOM la distribución de condones en Malasia. La expulsión fue llevada a cabo por el jefe de la SMOM, Matthew Festing. Los problemas que siguieron entre el Vaticano y la SMOM representaron prácticamente una ruptura de relaciones diplomáticas entre los dos mini-estados. Luego que el Papa fuera informado de la participación de Burke en la fractura de las relaciones con la SMOM anuló la orden de expulsión de von Boesinger decidiendo más bien reinstaurarlo reconociendo así la soberanía de la SMOM y despidiendo a Festing, conocido como aliado de Burke. En cuanto a Burke, el Papa lo envió prácticamente relegado a Guam para supervisar el juicio vaticano al Arzobispo de Guam acusado de atacar sexualmente a monaguillos.

Agréguese a todas estas fracturas diplomáticas, grandes y pequeñas el desbaratamiento de las relaciones entre Estados Unidos por un lado, Reino Unido, México, Alemania y Australia por el otro y uno podría imaginar ominosas nubes de guerra asomándose en el horizonte.

*Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

 

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Wayne Madsen

Escritor. Especializado en Asuntos Internacionales


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