Preparan al General Mattis contra Trump

Un nuevo e inesperado elemento ha agregado tensión al ya
inusitado proceso electoral estadounidense en su etapa de primarias.
Cuando ya parecía claramente definido que Donald Trump sería el
aspirante presidencial en representación de partido republicano, se ha
hecho estallar públicamente una "bomba" en su contra desde un campo
inesperado.

The National Interest, una revista creada por el Nixon Center, donde
colaboran sobrevivientes del equipo del ex secretario de Estado Henry
Kissinger, invitó a Donald Trump a pronunciar su primer discurso
sobre política exterior.

Para sorpresa de todos, Trump no recitó sus posiciones sobre una u
otra cosa para contentar a tal o cuál grupo de presión sino que
formuló un análisis sobre la política exterior de Estados Unidos y
describió su proyecto de reformulación de ésta.
Según manifestó Trump, "haber tratado de exportar por fuerza el modelo
democrático occidental e imponerlo a pueblos que no están ni
remotamente interesados en ese modelo, ha sido un error fundamental".
Luego de denunciar lo que llamó "gigantescos daños humanos y
económicos causados tanto a los países agredidos como al propio",
Trump pasó a un ataque indirecto contra el complejo militar-industrial
y denunció la excesiva cantidad de armamento que circula actualmente
en el mundo.

Según el periodista y activista político francés Thierry Meyssan, fue
esta la primera vez desde el asesinato de John F. Kennedy que un
candidato a la presidencia se pronunciaba contra el poderío de los
fabricantes de armas. Todos los que lo han hecho han sido
neutralizados o eliminados: John Kennedy fue asesinado cuando se opuso
a la guerra contra Cuba; Richard Nixon fue eliminado –a través del
escándalo del Watergate- por haber concluido la paz con Vietnam e
implementado el proceso de distensión con China; Bill Clinton vio su
administración paralizada a través del escándalo con Monica Lewinsky
cuando trató de oponerse al rearme y a la guerra en Kosovo.

Al decir de Meyssan, "Trump no era, hasta ahora, un político sino un
promotor inmobiliario, comerciante y presentador televisivo. Esta
carencia de pasado político le permite ver el futuro de manera
totalmente nueva y sin verse limitado por compromisos anteriores".
Para contrarrestar el fenómeno Trump en sus propias filas, el Partido
Republicano ha organizado una alianza entre los otros dos aspirantes
que aún quedaban: Ted Cruz y John Kasich. Ambos han aceptado renunciar
a la presidencia y unir esfuerzos para impedir que Trump obtenga la
mayoría absoluta de los delegados en la Convención, promoviendo la
candidatura del general en retiro James Mattis, ex comandante del
Comando Central de Marines.

Aunque el general Mattis no ha manifestado su disposición de
presentarse, un grupo anónimo de donantes multimillonarios han urdido
un plan para conseguirlo y así hacer frente a Donald Trump.
Se habla de cerca de una docena de donantes influyentes, que son
multimillonarios con bolsas profundas e implicados en política con
tendencias conservadoras, que están dispuestos a poner sus recursos en
favor de Mattis.

"Trump es un loco fascista y Hillary tiene un pie en una celda de la
cárcel. Esto significa que Mattis puede ganar. Yo sería el primero en
abogar por el general para salvar América," declaró John Noonan, un ex
asesor de Jeb Bush ahora involucrado en el proyecto de campaña a favor
de Mattis.

Ya se hacen sondeos confidenciales, se recoge dinero y se ha creado un
equipo de campaña en torno al general James Mattis quien, si bien
niega que esté pensando hacer carrera política, muchos creen que no
rechazará el papel de émulo de Dwight Eisenhower, quien sin participar
en las primarias porque fungía como comandante de las fuerzas en
Europa, se deslizo en la competencia en su etapa final y la Convención
del Partido Republicano lo designó participante en la lucha final por
la presidencia que obtuvo en 1952.

Mattis tiene reputación de intelectual. Es investigador en la Hoover
Institution (de la Universidad de Stanford) y, recientemente, ha sido
conferencista en el CSIS, tanque pensante cercano a la industria del
petróleo, financiado principalmente por Arabia Saudita.

Durante su conferencia en el CSIS, tras anunciar un pavoroso porvenir
para el Medio Oriente, denunció el peligro que en su opinión
representa la revolución iraní y llamó a hacerle la guerra.

La contradicción que actualmente se perfila en la lucha interna del
partido republicano por la candidatura presidencial, refleja la que a
nivel nacional, se ha manifestado entre la visión neoconservadora de
Nixon y Kissinger, y el sueño de George W. Bush y Dick Cheney,
partidarios de imponer un régimen universal y una democratización
global, en lo que trabajaron desde aquel golpe del 11 de septiembre de
2001 hasta el ascenso de Obama.



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Manuel Yepe

Abogado, economista y politólogo. Profesor del Instituto Superior de Relaciones Internacionales de La Habana, Cuba.

 manuelyepe@gmail.com

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