Liliana Gaviria, un magnicidio político para intimidar oposición a Uribe Velez y favorecer la reelección

Una hermana del ex presidente Cesar Gaviria fue asesinada en la ciudad de Dosquebradas, del área metropolitana de Pereira, Capital del Departamento de Risaralda, en el Eje Cafetero Colombiano.

Rápidamente, como haciendo parte de un libreto friamente preparado, los grupos de inteligencia presidencial y los cuerpos policiales, han hecho circular por las usinas mediaticas dominantes, la tésis sobre un secuestro ejecutado por la delincuencia comun.

El objetivo se habia alcanzado. El golpe a la Oposición era demoledor y en seco. Afectaba con mucha fuerza una voz critica de la estrategia de Uribe Velez para favorecer los grupos narcoparamilitares, ampliamente infiltrados en todas las esferas del gobierno. Deliberadamente AUV ha guardado silencio frente a las acusaciones de Cesar Gaviria, sobre la complicidad y asociación del actual regimen con los escuadrones de la muerte de San Jose de Ralito.

La teoria del secuestro de Liliana Gaviria tiene el próposito explicito de dejar en cero los costos políticos para AUV y su reelección, del excecrable magnicidio.


El crimen tiene el sello inconfundible de las bandas paramilitares y mafiosas. Dosquebradas es una municipalidad bajo el control absoluto de Carlos Mario Jimenez, alias Macaco. Nada se mueve alli sin su permiso. Su hermano es una ficha delincuencial que quita y pone a su antojo funcionarios de la Alcaldia, concejales y demás funcionarios con poder de decisión. Toda la población sabe que será el próximo alcalde y los políticos le cortejan dia y noche para alcanzar sus favores.

Alias Macaco es hechura y resultado de la Seguridad Democrática de Uribe Velez. Tiene toda la protección estatal, incluso en la continuidad de sus ilicitos.

Por eso resulta inevitable enlazar esta estructura criminal con el asesinato de la señora Gavira. Su hermano, el jefe liberal, ha sostenido, en los últimos seis meses, un dura postura de critica y cuestionamiento a la asociación del Jefe de la Casa de Nariño con los paramilitares, a los que se ha favorecido ampliamente con una Ley de impunidad, y el cogobierno de entidades públicas estrátegicas como el DAS, el Incoder, el Inurbe y otros institutos descentralizados.

Los pasos previos eran sintomaticos de lo que se venía. Desde el Ministerio del Interior se redujo practicamente a nada la seguridad y protección de los familiares y allegados al ex presidente liberal. Era una retaliación y un mensaje expreso. Igual esta ocurriendo con los otros lideres de la oposición. El asedio paramilitar y militar a Alvaro Leyva augura momentos amargos. El exterminio de miembros del Polo Democrático se hace sin clemencia.

Con este magnicidio el mensaje va directo a la Oposición para que no extralimite sus criticas y cuestionamientos al régimen y la reelección de AUV.

Lo que sorprende mucho más es que el señor Uribe Velez, en un reconocimiento implicito del caracter político del asesinato de Liliana Gaviria, ha dicho en sus intervenciones del día de hoy que cree que este es el punto de partida de otros crimenes que veremos en las proximas semanas hasta llegar al 28 de mayo, fecha en que pretende imponer su continuidad por otros cuatro años mas en la Casa de Nariño.

La retorica de las garantias es irrelevante. Pesan mas los hechos de fuerza y sangre. Lo tienen perfectamente claro en la Casa de Nariño.

P.D. Paz en la tumba de Jaime Enrique Gomez, el brillante historiador, asesor de la mil veces valiente senadora Piedad Cordoba.


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Horacio Duque

Politólogo e historiador.

 horacioduquegiraldo@gmail.com      @horacio_DG

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