Colombia. Afloran los contrasentidos con la captura del general

Mientras la paz hace parte de la esperanza, el pueblo colombiano sufre el tormento del hambre, el tormento del genocidio en los campos. En las ciudades siguen siendo asesinados, amenazados, desaparecidos, apresados un gran número de activistas sociales e hijos del pueblo. Ahora la paz cabalga sobre la idea de que el reelegido presidente continuará las conversaciones con la insurgencia, pero el representante de la oligarquía deja ver la catadura antidemocrática de estos gobiernos neoliberales, en los que una persona concentra el poder y toma las decisiones que nos atañen a tod@s. Entonces si al gran amo y señor, le viene en gana suspender o romper los diálogos, tiene potestad de hacerlo independientemente de su compromiso con un sector que le dio su voto para ese cometido, o con otro amplísimo sector que clama la paz, o con sectores de la comunidad internacional y en razón de las reglas que se establecieron en el acuerdo general para la terminación del conflicto y que dispone que ningún hecho acaecido en el territorio nacional afectara el trabajo del gobierno y las Farc*.

El señor Santos no entiende o no acata que la decisión de suspender o romper los diálogos, ahora en este momento pasa por compromisos, expectativas y anhelos de un conglomerado mayor, a los que debe respeto, veracidad, lealtad y que la paz no es palabra vacua, vacía de contenido, que no es la entrega de armas por parte de la insurgencia. Claro, él no entiende de paz, él entiende de negocios y no le importa que esos negocios generen el desangre y el dolor y que los niños mueran por desnutrición. No le importa, pues él no hace fila para que le presten atención a una maltrecha salud o para que su hijo tenga al menos una comida en navidad, nada de las afujías y adversidades del pueblo le toca a esta clase que toma whisky y se gasta más del salario de un trabajador al mes, en una noche de comilona y diversión.

Con el suceso que motivo la suspensión de los diálogos, en que guerrilleros de las fuerzas revolucionarias –FARC-EP- capturaron a un general del ejército enemigo, no se puede menos que asociar al comportamiento de su contrario, pues acontece que ese enemigo, el ejército del statu quo o del establecimiento, a su diferencia no captura, sino que mata y asesina a mansalva a los altos mandos del adversario. Con diálogos o sin diálogos. Así lo hizo, aquella tarde en que el hoy presidente Santos –confeso- mando asesinar al comándate guerrillero Alfonso Cano. Toneladas de bombas cayeron sobre su humanidad y más allá. Se supo que "el poder de las bombas descuajó varios árboles de muchos metros de ancho, deforestaron una buena parte de la selva. Dañaron también el ganado, las fincas. Y quedó material de guerra esparcido en toda el área". Que "Los campesinos tuvieron que ir con bolsas y con ollas a recoger muertos en un área de muchos metros cuadrados"**, se supo también que el comandante Cano estaba desarmado, parece que si apenas alcanzo sus gafas cuando salió del lugar. Lo que sí es un hecho contundente y consumado, es que le asesinaron sin formula de juicio. Igualmente y de la misma manera atroz asesinaron al histórico comandante Jorge Briceño, conocido como el Mono Jojoy, un brutal bombardeo del ejército institucional en las selvas de La Macarena. No lo capturaron como correspondía, aplicaron pena de muerte. Y de la misma forma ocurrió cuando segaron la vida de Raúl Reyes en la frontera con Ecuador, así mientras dormían, sobre el campamento guerrillero llovieron toneladas de explosivos durante más de 24 horas, se movilizaban decenas de aviones y helicópteros y un enorme contingente de militares. Millones de dólares que invierten en esta guerra y que podían amortiguar la calamidad de un pueblo. Habríamos de recordar que en los tres casos declararon su cobarde alevosía como ¡Victoria militar! La televisión, radio, prensa, mostraban al hoy presidente Santos y a toda la oficialidad celebrando y se felicitaban unos a otros.

No podemos menos que preguntarnos ahora, si es que acaso hay una especie de bipolaridad en este contrasentido de la clase en el poder, que considera que le es potestativo hacer y des-hacer, matar y arremeter, a tiempo que el adversario, según ellos, debe mantenerse inerme y sin acción ninguna. Ahora el señor presidente bufa y resuella por que le tocaron al general que tenía la misión de continuar la guerra en caseríos y selvas de nuestro país. La paz parece un vuelo de paloma que ha quedado suspendida en una estaca porque en sana lógica, mantener conversaciones con el supuesto propósito de buscarla en medio de la más cruenta barbarie, es otro contrasentido que hace caso omiso a la insistencia de gran parte de la sociedad civil y también internacional y que las Farc acogen: el cese bilateral del fuego. Que cesen las operaciones de lado y lado, y así cuando escampe y se sosieguen los fuegos, aparecerá un faro que permitirá concretar el inicio de una nueva etapa en la historia de esta Colombia herida.

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* http://www.arcoiris.com.co/2014/11/gobierno-incumple-su-compromiso-al-suspender-dialogos-fisas/

**old.kaosenlared.net/.../impacto-cerco-militar-alfonso-cano-sobre-comuni...

 

La autora es: Educadora e Investigadora Social

esperanzazul07@yahoo.es



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Matilde Trujillo Uribe


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