Todo indica que el tema de la paz o la guerra será el eje de la campaña política (22 días) para la segunda vuelta presidencial que se completará el próximo 15 de julio. Es cierto que los temas de la salud, la educación, la tierra, el empleo, la seguridad y la vivienda, son las preocupaciones centrales de millones de personas en Colombia, pero dado el alto impacto de la violencia política en el funcionamiento del organismo social y sus instituciones, su erradicación se torna prioritaria en el marco de los objetivos estratégicos de la nación.
El gobierno del Presidente Santos ha recorrido un importante trecho en esa dirección. Sin embargo, el resultado electoral de la primera vuelta no ha sido tan favorable para el necesario consenso que una acción de esa envergadura requiere. Ha ocurrido un descomunal trancon que pone en riesgo lo hecho en materia de diálogos y pactos establecidos.
Un sector del electorado, representado por grupos conservadores, obtuvo una amplia votación como respaldo a sus sectarios cuestionamientos al proceso de paz de La Habana.
Como parte de sus arreglos estratégicos para alcanzar la victoria presidencial, el candidato Zuluaga, ha formalizado su plan para la paz, en el que se recogen asuntos cardinales puestos sobre la controversia pública en las semanas anteriores de agitación y polémica.
Al término de los acuerdos con la ex candidata conservadora Marta Lucia Ramirez para que lo apoye en sus planes electorales,se ha pactado un programa de paz que son los aspectos más sistemáticos y orgánicos de un nuevo enfoque para la paz que le agregaría otros ingredientes a la mesa de conversaciones de La Habana de no sufrir traumatismo alguno.
Los tópicos de dicho entendimiento se refieren a los siguientes puntos:
"Estamos (Zuluaga, Ramirez y Conservadores) convencidos que la paz es un imperativo ético con las actuales y las futuras generaciones. Nuestro partido ha sido abanderado de la negociación política como la vía adecuada para la concreción de la paz .
De manera inaceptable hoy se quiere dividir el país alrededor de la búsqueda de la paz, cuando lo que se necesita es la unión de la sociedad y sus instituciones alrededor de tal propósito.
El actual proceso de diálogo con la guerrilla lleva ya más de tres años en los cuales se han registrado crímenes de lesa humanidad que contradicen el espíritu de reconciliación que lo sustenta.
Las Farc con estos actos le quita oportunidades a la paz. El esfuerzo también debe venir de su parte y no solo desde la sociedad.
Para avanzar en la búsqueda de la paz y recogiendo la propuesta del Partido Conservador, hemos acordado que se continuará conversando con las Farc en la Habana , sin acuerdos a espaldas del país, con condiciones y plazos que garanticen avances tangibles, definitivos, verificables con acompañamiento internacional :
a. En primer término, evaluaremos lo discutido en los 3 puntos que según los informes públicos han sido evacuados y daremos a conocer esta evaluación a la opinión pública.
b. En el primer mes solicitaremos como muestras tangibles de paz para continuar con el proceso, las siguientes condiciones que atienden al clamor ciudadano:
a. Acabar de inmediato el reclutamiento de menores .
b. Acabar la colocación de minas antipersonales y entregar al gobierno los mapas de campos minados para iniciar el desminado de inmediato.
c. Acabar los atentados terroristas contra la población.
d. Terminar crímenes de guerra .
e. Suspender los atentados a la infraestructura.
f. El Gobierno acordará con las Farc un término de duración de las negociaciones.
g. Insistiremos en el cumplimiento del compromiso de las Farc del cese del secuestro y la extorsión y en la necesidad de que ese grupo cese las actividades relacionadas con el narcotráfico". (http://www.semana.com//nacion/articulo/marta-lucia-ramirez-oficializo-su-adhesion-la-campana-de-zuluaga/389816-3 ).
Esos son los términos de referencia sobre los diálogos y negociaciones para la paz que coloca este bloque sociopolitico, con amplios potenciales en la búsqueda del poder nacional colombiano.