Triste: de Estado asociado a sicario del imperio

La situación de Colombia es cada vez más preocupante, no solo para la seguridad de Venezuela, sino para la unión suramericana y caribeña, contra la cual el gobierno neogranadino está de frente y con todo, porque aunque el presidente Juan Manuel Santos se rasgue las vestiduras ante los medios de comunicación social internacionales, jurando que los primeros interesados en la estabilidad de Venezuela y el continente son ellos como gobierno, porque serían afectados por cualquier inestabilidad que surgiera con su vecino·

Pero lo cierto es que el Santos, mientras más aclara más encharca. Su conducta como señalamos en trabajo anterior no deslinda en absoluto con la de su jefe Alvaro Uribe Velez, porque que ambos son moneda del mismo cuño, odian a Venezuela y todo lo que huela a bolivarianismo, porque por sus venas corre la herencia de Francisco de Paula Santander, la traición al Libertador Simón Bolívar.

Por eso Juan Manuel Santos, en primera instancia recibe en su condición de jefe de Estado, a un delincuente habitual, irresponsable, que hasta el momento no ha dicho al país, como va a resarcir los daños causados al Estado Venezolano y a los familiares de las once víctimas, que dejó como saldo el irresponsable llamado a la calle a sus hordas disociadas psicóticas, para que drenaran “la arrechera”, por no haber ganado las elecciones presidenciales. Por supuesto que tampoco estuvo ajeno al acto que le montó el congreso colombiano, para recibirlo como “líder” venezolano de la oposición.

El señor Santos tampoco ignoraba que su asesor JJ Rendón, esperaba a su huésped en Bogotá, para darle las instrucciones sobre el libreto a seguir para la desestabilización de la democracia venezolana, que busca dar al traste con la revolución bolivariana que de acuerdo a los cálculos del imperio y de la cosiatta bogotana, con la desaparición física del Comandante Eterno Hugo Rafael Chávez Frías está lista para recibir el zarpazo final. Craso error..

Pero lo cierto es que el Santo, al más conspicuo estilo de Uribe Velez, sale ante las cámaras de la TV mundial, a decir que la reacción del gobierno venezolano, cuyo líder es el presidente Nicolás Maduro,quien metió al congelador las relaciones bilaterales, es producto de “un malentendido” “Porque somos nosotros los mas interesados que a Venezuela le vaya todo bien., porque seriamos los más afectados si algo ocurriese en Venezuela”. Tamaña hipocresía, no tiene parangón en la historia de las traiciones de esa oligarquía, a Bolívar y a su pueblo.

No sabemos si la estupidez o la hipocresía compulsiva, lleva al mandatario colombiano a encharcar las relaciones en vez de aclarar. Y es que precisamente al tiempo que se excusaba a través de la mediática internacional de que jamás ha tenido intención de violentar las relaciones con Venezuela y demás países y, que tiene que haber un mal entendido, porque desde Bogotá no se está tramando ninguna conspiración contra Venezuela, con otro anuncio decía todo lo contario. Asegura que su conversación con el Gobernador de Miranda, fue una cortesía normal, pero nunca de complicidad para buscar desestabilizar a Venezuela y la unión suramericana.

Sin embargo este ciudadano acaba de meter a su país en una aventura, como es la Alianza del Pacífico (AP), que no es otra cosa que una treta del imperio norteamericano, en busca de relanzar el ALCA y boicotear la consolidación de la ALBA, de la Unión Naciones Suramericanas (UNASUR) y la Cumbre de Estados Latinoamericanos y Caribeños,(CELAC), que representa para el continente y sus pueblos, el proyecto que tenía el libertador Simón Bolívar, cuando llamó a la reunión del Congreso Anfictiónico de Panamá, que fue boicoteado, precisamente por el entonces naciente imperio norteamericano.

Por si fuera poco este bochornoso papel de cabeza de playa, en contra del continente, anuncia otra bomba como es la solicitud de inclusión de Colombia dentro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte,(OTAN) organización criminal que solo sirve de sicario al imperio europeo y norteño, para invadir y arrasar pueblos a quienes planean arrebatarles sus riquezas naturales, tal como ha ocurrido con Afganistan, Irak, Libia y ahora con Siria.

La pregunta que nos hacemos es: ¿Tenemos necesidad los suramericanos y Caribeños, que estamos proclamando esta región, zona de paz, de inscribirnos dentro de un proyecto de agresión y dominación mediante la violencia armada contra pueblos pacíficos y laboriosos, para hundirlos en el caos y someterlos a la expoliación, como ocurrió con Libia, que de ser el país con mayor índice de crecimiento y de felicidad popular en África, pasó a ser una tierra arrasada, ahogada en la sangre de una cruenta guerra civil, que la sacude, luego de la acción “humanitaria de la OTAN”.?

¿Puede entenderse como un gesto de buen vecino la decisión de Juan Manuel Santos, de lanzar a Colombia a ese Club de Guerra y destrucción, para la defensa de los intereses norteamericanos y de la Unión Europea? ¿Es esta la declaratoria de Colombia, como país ajeno a la fraternidad latinoamericana y Caribeña y por el contrario Estado agresor, en un futuro inmediato?

Las señales dadas por Uribe y Juan Manuel Santos pareciera que así lo confirman. Porque primero en el gobierno de Uribe – Santos, célebre por los falsos positivos y sus malquerencia gratuitas contra el entonces presidente Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, la revolución bolivariana y el pueblo venezolano, la hermana república por cuya independencia el Libertador Simón Bolívar entregó su vida, fue convertida para desdicha del pueblo colombiano, en un Estado Asociado de la Unión, al permitirle a Estados Unidos, sembrar allí siete bases militares, con miles de efectivos, con patente de corso para matar, violar y cuanto les venga en ganas, contra colombianas y colombianos, porque en el convenio suscrito por el gobierno de Uribe-Santos, los Marines y demás efectivos militares destacados en esas bases gozan de inmunidad y no podrán ser detenidos, ni juzgados por las autoridades colombianas, aún cuando el delito sea de lesa humanidad. Para muestras, ya han ocurrido violaciones a jovencitas y otras atrocidades, que han trascendido a los medios de información, pero extraoficialmente porque hasta en eso son protegidos los militares gringos.

Vistos estos antecedentes y la conducta del Ministro de Defensa de Alvaro Uribe, hoy devenido en Presidente de la República de Colombia, no hay duda, que nuestra hermana hija de Bolívar, va a jugar en el Continente el mismo papel de brazo armado del imperio, que Israel en el Medio Oriente, ojalá y no nos corresponda a Venezuela y a Ecuador, hacer de Franja de Gaza. ¿De no ser así, como se explica la solicitud del gobierno para incluir a Colombia en la OTAN?¿Permitirá el bravo pueblo colombiano que su patria sea utilizada por la oligarquía rancia, como brazo armado del imperialismo para intentar revertir el movimiento por la definitiva independencia y propiciar la reconquista de esta heroica tierra, escenario de batallas libertarias desde que los filibusteros europeos nos invadieron y saquearon?

Nuestra esperanza está puesta en la dignidad, la valentía, el heroísmo, la lealtad, el bolivarianismo de los herederos de Atanacio Girardot, que mas temprano que tarde rescataran a su patria de las garras de esa carroñera oligarquía, que la utiliza de manera rapaz como herramienta para alcanzar sus fines. Ciertamente es bien triste que Colombia haya sido convertida en un Estado Asociado de la Unión y ahora en Sicario del imperio.


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Cástor Díaz

Periodista CNP 2414

 cd2620@gmail.com

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