Lo primero es lo primero: Guantánamo es una provincia que pertenece a Cuba pero buena parte de ella está bajo el dominio del imperialismo estadounidense – a través de la triste y célebre Enmienda Platt- y que se niega a devolverla a sus dueños originales: el pueblo cubano. En 1993 el imperialismo –hasta que la necesiten- se apodera de la bahía de Guantánamo donde mantiene una base militar en contra de la voluntad y de la soberanía de Cuba.
La base militar estadounidense en Guantánamo se ha convertido en un espacio y un tiempo de terror y dolor peor que en el Infierno. Pero si algo es cínico, monstruoso, perverso y oprobioso es que el torturador es quien más se llena la boca de ser el primer defensor de la libertad, de la democracia y de los derechos humanos: el gobierno de Estados Unidos. Tanto ha sido el terror y dolor que viven los presos políticos en la base militar de Guantánamo que millones de millones de voces claman urgentemente por un: Close Guantánamo Now (Cierren Guantánamo ahora).
No existe metodología sicológica ni sicoanalítica ni sociológica para explicar el nivel tan degradante, tan inhumano, tan perverso y tan salvaje de las torturas. En el Infierno existe una gran ventaja que desearían vivirla todos los presos políticos en Guantánamo antes que ser sometidos a las torturas por el “padre” de la democracia, la libertad y el respeto de los derechos humanos en el mundo: el imperialismo estadounidense. En el Infierno el Diablo castiga a sus enemigos en pailas de azufre caliente pero ya sus víctimas van cadáveres desde la Tierra a su reino mientras que en Guantánamo las víctimas son seres humanos vivos.
Los presos políticos islamitas capturados indiscriminadamente por fuerzas mercenarias estadounidenses y sus aliados intervencionistas en los asuntos internos de otras naciones han vivido años el terror, el horror y lo terrible de las torturas “democráticas”, “libertarias” y “solidarias” –muy respetuosas de los derechos humanos- del imperialismo estadounidense en la base militar de Guantánamo.
La huelga de hambre de los presos políticos en Guantánamo demuestra varios elementos:
1.- que el imperialismo estadounidense es el principal torturador de seres humanos en el planeta;
2.- que no detiene su tortura ni siquiera respetando la voluntad de los presos políticos de no continuar ingiriendo alimentos como expresión de lucha ante tantas violaciones a sus derechos humanos;
3.- que se cree el principal gendarme del mundo con potestad para cometer toda clase de delito gozando de impunidad;
4.- que la presión internacional ha sido tan mayoritaria y tan efectiva que el Gobierno de Estados Unidos está asustado de un desenlace mortal masivo de los presos políticos en huelga de hambre;
5.- la aplastante mayoría del mundo desaprueba la tortura como método de combate en la lucha política.
En verdad, no tengo idea si un grupo de personas dejan de ingerir todo género de alimentos pueda resistir los cien días sin que se ponga en estado de gravedad su salud. No todos los organismos humanos son iguales: unos tienen mayor fortaleza que otros y, además, las facultades sicológicas y las convicciones ideológicas juegan un importantísimo papel en circunstancias de huelga de hambre. Además a eso se agrega que los torturados –por lo general- niegan el agua a los declarados en huelga de hambre, lo que agrava la situación de salud. Pero lo que no queda duda es que los presos políticos en la base militar estadounidense instalada injustificablemente en Guantánamo, prefieren morir en huelga de hambre que continuar sometidos a ese perverso y denigrante régimen de torturas que todos los días son aplicadas violando todos, todos los derechos humanos y vulnerando todos los tratados internacionales que buscan humanizar conflictos sociales en el mundo.
El señor Obama ha prometido cerrar ese campo de concentración donde la tortura física y sicológica alcanza niveles de un antihumanismo que ni siquiera el Diablo en el Infierno lo materializa. Esa es la democracia capitalista imperialista. Por otro lado, está demostrado que la aplastante mayoría de los presos políticos en Guantánamo son inocentes de las acusaciones de terrorismo que le han hecho los torturadores. Incluso, para los interrogatorios se han utilizados montajes casi perfectos para confundir a los acusados. Y lo más insólito es que mujeres estadounidenses que dicen ser madres, defensoras acérrimas de la democracia y la libertad como de los derechos humanos, han participado en el régimen de terribles torturas a los presos políticos. De esa forma el imperialismo degrada el papel humano, de madre, de hija, de hermana y social de sus mujeres.
Dicen que un preso político de Guantánamo hizo llegar una breve comunicación a su abogado donde dice: “Sólo espero que debido al dolor que estamos sufriendo, los ojos del mundo vuelvan a dirigirse hacia Guantánamo antes de que sea demasiado tarde”. De allí es imprescindible que la mayoría del mundo humano y –especialmente- el proletariado sin fronteras llegue a la siguiente conclusión: “Hoy más que nunca se hace necesario la derrota del capitalismo para construir el socialismo como la única alternativa humana para acabar, entre tantas cosas horrorosas y terribles del capitalismo, la tortura”.
Si el Gobierno de Estados Unidos quiere dar una prueba de ser demócrata, de respetar los derechos humanos y de respetar el derecho de las naciones a su autodeterminación, tiene que cumplir inmediatamente con dos condiciones: poner en libertad a los presos políticos en Guantánamo y devolver Guantánamo a Cuba. De lo contrario seguirá con esa terrible mancha sobre su cabeza de ser el primer enemigo de la humanidad. El Diablo está tan pendiente de los crímenes y torturas cometidos por el imperialismo estadounidense que está construyendo una paila especial donde ubicará a todas las almas de mandatarios de la Casa Blanca que nunca han levantado sus voces contra esos métodos de lucha política que fueron desaprobados de por vida por el señor Dios… y también por los pueblos amantes de la libertad y de la solidaridad.
