Estados Unidos y la teoría militar del Siglo XXI

El 11 de septiembre del 2001 cuando las Torres Gemelas ubicadas en Nueva York colapsaron por las razones conocidas comenzó a desarrollarse la nueva teoría militar del imperio estadounidense que llevó al aquel conocido Presidente, George W. Bush, a lanzar sus huestes cruzadas contra “el enemigo virtual elegido” en la persona de Sadam Hussein y el país-escenario, Iraq, para desarrollar la nueva tesis militar de guerra que requería de praxis tradicionales sobre el “warring field” con la finalidad de ir adaptando esos nuevos paradigmas de guerra en un proceso de reingeniería global de la estructural militar estadounidense con imposiciones obligadas a sus socios de la OTAN, es decir, la Comunidad Europea, entre otros, que marchaban desde el nuevo concepto del “soldado profesional” hasta la aplicación de nuevas tecnologías militares, claro, bajo la excusa política transformada en violación permanente de los Derechos Humanos hacia Iraq y los iraquíes de acusarlos de tener y desarrollar “armas de destrucción masiva” que nunca jamás fueron ni localizadas ni encontradas; es decir, se aplicó y se desarrolló un escenario virtual de “juegos de guerra telemáticos” que justificaran las acciones de guerra conjunta y, previamente, con las tristes decisiones políticas de guerra invasiva aprobada por los “señores de la guerra” del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Aquel escenario post-11-S era desigual a las tesis militares de la guerra aplicadas bajo las excusas pertinentes y obligadas ideológicas de la “Guerra de Vietnam” en el marco de la “Guerra Fría” en Asia y el Pacífico y las realidades de la Europa dividida por el “Muro de Berlín”.

El “escenario Iraq”, según las tesis políticas estadounidenses, permitían aplicar las “tesis morales” tanto de San Agustín como de Santo Tomás de Aquino; quizás sea por ellas –las tesis inmediatamente referidas- que el “santo varón” titulado, José María Aznar López, como Presidente del Gobierno de Su Majestad, Juan Carlos I, de España, Cataluña y el País Vasco, decidiera en las islas Azores secundar tanto al entonces Presidente George W Bush como al “converso británico”, Tony Blair, actual promotor de la paz entre israelitas y palestinos y buscador del respeto por parte del Gobierno de Israel al Estado de Palestina.

Aquel escenario iraquí le permitió al Pentágono conocer sobre el terreno la verdad verdadera de las capacidades humanas de sus tropas frente a un enemigo al cual nunca antes había combatido militarmente; aún más grave, tenía que enfrentarse a dos (2) grupos islámicos diferentes y una etnia particularmente difícil y combativa con fuertes lazos en todo el Kurdistán, históricamente, un pueblo libre y guerrero. Aquel era y aún lo es un escenario particularmente difícil geográficamente y extremadamente sensible, geoestratégicamente, porque Iraq es la puerta necesaria (¿nudo geográfico?) de abrir para el control del Asia Central. Aquel escenario bélico no era particularmente fácil ni adaptado para las nuevas tecnologías militares y/o, quizás, aquellas, las tecnologías, estaban siendo “guardadas” para otro escenario geográfico. En Iraq se estrenaron, abiertamente, lo que nos, nos atrevemos a calificar, denominar y, hasta, quizás, definir, como los “mercenarios-templarios del siglo XXI”, un grupo de ex-soldados profesionales asimilados a compañías privadas de guerra “todo terreno”, con una férrea disciplina, un entrenamiento de alto calibre, una amoralidad como código de conducta y, a decir de expertos y estudiosos, con profundas y muy serias relaciones con los sectores militares y de inteligencia estadounidense. Aquel, el de Iraq, fue para el Pentágono un escenario de guerra obligado y necesario para conocer objetivamente y por la praxis las propias realidades y debilidades de sus estructuras globales militares. Pero aquello era insuficiente; era necesario y obligado ver el panorama geográfico regional desde la perspectiva satelital. Aquello era solo un campo de entrenamiento vertical y horizontal en función de objetivos a futuro por ello era necesario trasladar la guerra a Afganistán aunque, muy probable, detrás de lo militar se encontraban los “business de la droga”. El escenario geográfico afgano era y es diferente; su población compuesta por tribus (sociológicamente importante); su religión (de carácter muy radical) se contrapone a los paradigmas judeo-cristiano; su economía se basa en el cultivo del opio y su desarrollo “aguas abajo” en opio, heroína; su principal vecino es Paquistán y su experiencia bélica se traslada a aquellos momentos históricos que van desde la presencia imperial-imperialista de Gran Bretaña hasta la evidente y objetiva invasión y posterior fracaso y retiro de tropas de la URSS. Toda una realidad. Lo agreste del terreno y el tipo de “guerra islámica de guerrillas de carácter no occidental” permitía el uso y utilización de las nuevas tecnologías militares: los drones (aviones no tripulados) y el uso exhaustivo de las visiones satelitales. Las realidades de guerra obligan a utilizar grupos compactos de militares de diferentes fuerzas altamente profesionales para “golpear y retirarse” con el menor número de pérdidas humanas, utilizando toda la tecnología de “guerra post-moderna y cibernética” y el máximo rendimiento de los helicópteros. Pero aquello no era ni suficiente, ni de alto rendimiento favorable para lo que se ha denominado como la International Security Assistance Force –ISAF- (bajo la sombrilla de la OTAN) por lo que el Pentágono repensó su estrategia de guerra en Afganistán para comenzar a implementar la “guerra social-humanitaria” al unísono de lo militar. Aquella nueva estrategia para Afganistán (¿se aplicó en Vietnam?) buscaba alcanzar acuerdos con los jefes tribales (la misma tesis se está implementando e imponiendo en El Caribe con la promoción de la 4ta. Flota radicada en Miami, estado de La Florida, EEUU de América).

La pregunta obligada sería: ¿Por qué los EEUU de América y sus socios de la OTAN decidieron desarrollar un conjunto de guerras (incluidas en el norte de África trasladándose en las actuales realidades hacia el centro del Continente Negro) y porqué mantienen sus presiones sico-social-ideológico-bélico-tecnológicas sobre Paquistán e Irán? Bajo un análisis global de los escenarios actuales y de las decisiones políticas de Washington en la persona del Presidente Barack Obama de trasladar sus “huestes militares” desde las Europas decadente hacia la Región de Asia-Pacífico al tiempo que recordamos la propuesta de José Vicente Rangel Vale de titular ese marco político-militar-ideológico estadounidense como la “nueva política Obama” conjuntamente con los contenidos de la carta suscrita por el Comandante-Presidente, Hugo Rafael Chávez Frías, dirigida a la “Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de África y Suramérica –ASA- (http://www.rebelion.org) podríamos aceptar algunos escenarios geopolíticos similares a las contradicciones que se desarrollaron entre los imperios europeos, japonés y estadounidense desde 1839 hasta la derrota del Imperio japonés en 1945 por el control de la Región de Asia-Pacífico. Ironías del destino.

Nos vamos a permitir trasladar a sus conocimientos opiniones del saliente Secretario de Defensa de los EEUU de América en la reciente reunión de la OTAN: “…The NATO [OTAN] Alliance was built on 20th-century conflicts [se refiere a la “Guerra Fría”]…after more tan a decade of war in Afghanistan, I believe we have renewed those bonds for the 21st century…if the Alliance can carry its solidarity forward…we can realize our shared dream of a better and more peaceful and more secure world…” (“…La Alianza de la OTAN fue constituida en el siglo XX…después de más de una década de guerra en Afganistán, considero que hemos renovado nuestros lazos de cara al siglo XXI…si la Alianza (OTAN) puede sostener e impulsar sus solidaridades (alianzas)…podremos alcanzar y compartir nuestros sueños por un mejor y más pacífico y más seguro mundo…”) Pero Panetta no se queda en esas aspiraciones militares sino que precisó que “…the alliance´s growth through efforts such as the new ´connected forces´ iniciative, which will use the core for multinational training and operations…” (“…el desarrollo de la alianza se impulsa a través de [nuestros] esfuerzos como [por ejemplo] la nueva iniciativa para las [nobeles] ´fuerzas coordinadas´[se refiere a las fuerzas multinacionales de los países-miembros de la OTAN que están participando en la “Guerra de y en Afganistán”] cuales utilizarán los fundamentos [nuevos principios militares que se aplican como entrenamiento en Iraq y Afganistán] para los entrenamientos y operaciones [militares] de [las fuerzas] multinacionales…” Pero ¿dónde se aplicarían esos “nuevos fundamentos teórico-prácticos militares” de las “fuerzas multinacionales” de la OTAN? También el Secretario de Defensa estadounidense nos lo comunica cuando expresa que “…such iniciatives are critical to ensuring the readiness of the Alliance, which has to be the top priority in an unpredictable and crisis-prone world…” (“…tales iniciativas son [fundamentalmente] críticas para asegurar la reacción [ante situaciones de contra-occidentalización de países y/o contra las estructuras del sistema capitalista de las fuerzas multinacionales] de la Alianza [OTAN], lo cual debe ser la prioridad fundamental en un mundo impredecible y propenso a la crisis [¿global y/o únicamente en la Región del Asia-Pacífico?]…”)

Es decir, alguien se está preparando para la guerra. En ese orden, nos preguntamos qué se necesita para sostener una guerra y cuál tipo de guerra estaríamos refiriéndonos; sería una guerra local, continental, mundial, tradicional, neopost-moderna, nuclear, nos preguntamos; sería una guerra estrictamente tecnológica como nos comenta el Secretario Pannetta cuando les comunicó a sus pares de la OTAN que “…cyber is without  question, the battlefield of the future, and it´s an area that NATO [OTAN] needs to pay attention to…” (“…[la guerra] cibernética es sin duda alguna el escenario de guerra del futuro, y es un área que la OTAN necesita prestarle la atención [obligada]…” Vayamos, en primer lugar, a las materias primas necesarias para sostener a la industria militar del país involucrado: bauxita (aluminio); hierro (aceros especiales); minerales estratégicos; petróleo; alimentos; agua, fundamentalmente. En el área económica es obligante tener una estructura económica sana y transversal y de alta tecnología. En el plano geopolítico, alcanzar acuerdos con, primeramente, los vecinos y consolidar los acuerdos regionales apropiados. Y, por último, definir al enemigo. Básicamente hablando como diría algún amigo.

Entonces ¿cuál es el enemigo de los EEUU de América y de los países-miembros de la OTAN? Permítanme dejarles a ustedes elegirlos nos, nos atreveremos a expresarlos en un próximo texto.

 

delpozo14@gmail.com

 

 



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Miguel Ángel del Pozo


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