El Panarabismo y el Islam Político.
Por. Zenobia M. Marcano Córdova.
(*)Estudiante del Diplomado en Saberes Africanos
Samir Amin (*) nos advierte sobre la utilización del Islam político en África y el Medio Oriente, como estrategia de EEUU y sus aliados dirigida a garantizar el control del petróleo -y de otros recursos estratégicos de los que dependen y que no poseen en sus territorios-, a fin de mantener su control económico, militar y político imperialista en el mundo, contra toda forma de unión que legítimamente defienda la soberanía política y económica
Señala que ya desde la década de los 20 los británicos apoyaron la creación de los Hermanos Musulmanes en Egipto, pero que es a partir de la II Guerra Mundial que EEUU toma iniciativas como la promoción de la Conferencia Islámica en 1957, a través de socios Arabia Saudí y Pakistán, para romper la unidad africana y asiática que venía gestándose en Bandung desde 1955. Desde la década de los 80 -bajo la excusa de la lucha anticomunista en Afganistán en el marco de la Guerra Fría-, sistemáticamente el imperio ha creado, financiado, entrenado y suministrado armas a grupos que bajo la categoría “Islam Político”, actúan en África bajo su dirección para asegurarle el control sobre el petróleo y el gas.
El ejemplo más representativo de esta estrategia imperial es la creación de Al Qaeda (grupo creado con apoyo del millonario anticomunista Osama Bin Ladem, para derrocar el gobierno comunista de Afganistán en los 80). Ahora, después de la caída del Muro de Berlín, sus aspiración de mantener su hegemónica dictadura imperialista (ante la cual cualquier gobierno que pretenda ser libre, socialista, y autodeterminarse, es candidato a ser aplastado por sus armas), utiliza a estos grupos como medio catalizador de la conflictividad social y política-, manipulando el descontento para justificar enfrentamientos armados contra “dictaduras”. [1]No por casualidad estos grupos han intervenido en la Primavera Árabe y en Libia Al Qaeda fungió como brazo armado del CNT para derrocar y asesinar al también socialista Gadafi. Hoy vemos en Siria -como en la receta aplicada en Libia-, dividen las Fuerzas Armada para crear el “Ejército Libre Sirio”, y luego conforman grupos armados y el “Consejo Superior Revolucionario”, financiados y protegidos desde el exterior, en clara oposición al gobierno Sirio. De los atentados con bombas, pasaron al ataque armado para imponer sus intereses económicos. Las víctimas son los pueblos.
A cambio de petróleo para el imperio, estos grupos logran para sí controlar cuotas de poder y privilegios, pero además -gracias a su carácter mercenario y paramilitar que les permite intervenir y expandirse por varios países de África y Asia-, logran tener control territorial (imprescindible para aislar a China de las fuentes de energía más cercanas) con una total impunidad, garantizada por la protección de la ONU y la OTAN, instancias controladas por las mismas grandes potencias que los respaldan.
Armados, entrenados, financiados, dirigidos y protegidos, Amín resalta que estos movimientos no son “el resultado espontáneo de la afirmación de las auténticas convicciones religiosas”, sino un “acción sistemática del imperialismo”, apoyada por sus aliados subalternos tanto en Europa como en África, para garantizarse recursos económicos e imponer su vocación hegemónica imperial.
(*) Economista egipcio marxista, director del Foro del Tercer Mundo, miembro del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe.
[1] Ya no les sirve la excusa del terrorismo y pretenden borrar la memoria histórica sobre los Dictadores que impusieron convenientemente para establecer el neoliberalismo, como es el caso de la intervención de la CIA para derrocar al socialista Allende e imponer a Pinochet, así como a muchos otros.
(*)Estudiante del Diplomado en Saberes Africanos