Es de recordar que en su relato, Yidis
Medina revela que en un encuentro en la Casa de Nariño el presidente
Uribe la apartó de una reunión y la condujo al baño presidencial, “bajo
la taza del inodoro, la sentó en el biscocho y se le arrodilló para
solicitarle el cambio de su voto a favor de la reelección”. (Web
Caracol).
Definitivamente la lucha por el poder hace que muchos “políticos” recurran a cualquier método no santo para conseguir sus objetivos, en Colombia no es la excepción, en el caso de Álvaro Uribe Vélez logra el ascenso al poder utilizando todo tipo de artimañas, que nada tienen que ver con los códigos de la ética y la moral, de ver la política como una ciencia.
Basta ver algunos antecedentes históricos de uno de los personajes más oscuros que haya tenido la historia política de Colombia.
Muchos libros se han escrito sobre la vida y obra de este personaje de marras, destacamos algunos de ellos y de paso para recordar a los lectores que para la elaboración de este escrito nos remitimos a ellos:
Biografía no autorizada de Álvaro Uribe Vélez de Joseph Contreras y Fernando Garavito.
La pequeña política de Uribe de Rafael Ballén – Ediciones desde abajo.
Tras las puertas del Ubérrimo de Iván Cepeda – Jorge Rojas.
Revista La otra verdad de Pedro Juan Moreno (Amigo entrañable de Álvaro Uribe Vélez).
Recomendamos leer estos textos para tener una mayor comprensión y radiografía de quien fuera uno de los adalides de la corrupción política nacional.
La biografía oficial – institucional del ex presidente de la república (banana Colombia) dice que nació en Medellín el 4 de Julio de 1952, haciendo un paréntesis los áulicos y defensores a ultranza de “Varito” Vélez. Deberían de declarar esta fecha como una fiesta patriótica, y de paso inmolar a quien fuera uno de los políticos más déspotas de Colombia. Continuando con esta breve semblanza decimos como es habitual en este tipo de documentos de la historiografía institucional, no dice muchas cosas. Por ejemplo, no dice que es hijo de Don Alberto Uribe Sierra, un paisa común pero no un paisa corriente. Antes de haber sido asesinado en un asalto que algunos entre ellos Uribe atribuyen a las FARC, y otros a un ajuste de cuentas del narcotráfico, Don Alberto Uribe Sierra, tuvo tiempo de hacer algunas amistades singulares entre ellas Fabio Ochoa y el grueso de ese clan.
Tampoco nos dicen que en el año de 1981, siendo director de la aeronáutica civil le otorgó la licencia a Jaime Cardona con el fin de legitimar la ruta del narcotráfico del cartel de Medellín
En cabeza de su amigo, del representante a la cámara de ese entonces, Pablo Escobar, este a su vez lo llamaba cariñosamente “Varito”, tampoco nos dicen que en la época de universitario, en un reinado estudiantil trató de comprar al jurado para que ganara su candidata preferida, tampoco nos dicen que en 1996 siendo gobernador de Antioquia montó la empresa criminal, las famosas Convivir.
Definitivamente estamos ante un politiquero de oficio, en sus 8 años hizo fiel alarde a los códigos más mezquinos de la política: “Corrupción, nepotismo, clientelismo, persecuciones, estigmatizaciones”, fueron el pan de cada día, desacreditando, descalificando a sus contendientes. Como carece de todo argumento para vencerlos en la controversia dialéctica, los desacredita y los desconceptúa.
Una de las formas de desconceptuar a sus contradictores consiste en tildarlos de “politiqueros” o “terroristas”. El diccionario de la Real Academia (DRAE) dice que politiquero es el que politiquea. Y, a la vez, sobre el vocablo “politiquear” dice: tratar la política con superficialidad o ligereza. Es decir hacer política de “intrigas y bajezas”. Si algo tiene Uribe es eso: toma la política de manera superficial y ligera.
Agregando en su hoja de vida institucional dice que fue jefe de bienes en las Empresas Públicas de Medellín, Secretario General del Ministerio del Trabajo, Director de la Aeronáutica Civil, Concejal de Medellín, Diputado de Antioquia, Gobernador de Antioquia, Senador de la Republica. Lo que no muestra en su hoja de vida, es que para ocupar todos y cada uno de esos cargos había llegado mediante un concurso de méritos o de oposición. Entonces hay que concluir que fue “politiqueando” como logró escalar todas esas posiciones: halagando, gruñendo, gritando, dando codazos, amenazando, intimidando, incluso yéndose a puños, o sacando revolver como cualquier politiquero exaltado.
Estos méritos también se alcanzaron con muchos caballos, caballistas, es decir, muchos contactos, manejo de hilos, tramas, maniobras politiqueras, repartiendo auxilios, y lo más indigno en su condición de jefe de estado faltándole al respeto a los fervientes católicos: se metió en la casa de un reality “Gran Hermano” y se hizo ungir por una secta religiosa, solo para captar votos. Cosas parecidas no habían hecho ni siquiera los más veteranos repolitiqueros de la dirigencia política colombiana.
Pero el caso que nos debe llamar la atención es como llega el ascenso a su segundo periodo presidencial 2006 – 2010 por vía referendo, caso Teodolindo Avendaño, Yidis Medina, Sabas Pretelt De la vega, Diego Palacio, cuatro personajes de la actual política colombiana, que pasarán a la historia de haber sido los protagonistas del periodo más oscuro de la política nacional, llegando hasta el colmo de entrar en uno de los baños del Palacio de “Nari” (Diminutivo de Palacio de Nariño del mafioso alias Job) y con los calzones abajo de Yidis Medina, Uribe en un descuido interrumpe la necesidad fisiológica de esta parlamentaria y de rodillas le implora que vote en la cámara a favor del referendo – reeleccionista, a cambio de contratos, notarías y otras prebendas.
Los colombianos no nos imaginamos viendo esta escena, ¡el jefe del estado, de rodillas en un inodoro implorándole a Yidis Medina que votara a favor de la reelección!, esto nos hace recordar el famoso escándalo del ex presidente norteamericano Bill Clinton cuando en su escritorio le hizo la felación (Sexo oral - órgano sexual masculino) su secretaria Mónica Lewinsky, y como para ponerle un poco de imaginación a este escrito, nada de raro sería que Uribe con su cara de seminarista, de camandulero, y de yo no fui, le hubiera hecho lo mismo a Yidis Medina en un inodoro del Palacio de Nari.
Qué ironía, mientras Bolívar se partió el lomo a punta de batallas para llegar a la presidencia, Uribe se ganó el poder solo a punta de lengua.
No sin antes olvidar que en el primer intento del referendo en el año 2003 cuando este lo perdió por no lograr el umbral del censo electoral, en su oficina privada en un acto de esquizofrenia quebró vasos y pocillos, su esposa Lina Moreno la única forma de controlarlo fue con agüitas de valeriana, también el acto bochornoso mediante llamada telefónica insultando al fotógrafo del Palacio de Nari (la famosa mechuda) “y le pego en la cara marica”.
Notícula: Para curarme en salud de recibir una demanda por injuria y calumnia de un uribeño – furibista este escrito fue elaborado con base en la lectura de los textos ya mencionados.
(*) Libre Pensador |
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