La ONU no es el espacio de los pueblos


-¡Alto al fuego en Libia, paz para la humanidad y el planeta!

-Proceso mundial donde se inscriben los acontecimientos del Medio Oriente


Voy a intentar mirar el conjunto de los procesos que estamos viviendo para contribuir a la comprensión de algunos de los acontecimientos de África y el mundo árabe, como mi aporte a un proceso colectivo de unidad, reflexión y lucha.

El eje de las luchas está ahí pues ahí se están librando combates y madurando sueños que tienen que ver con el futuro de la humanidad. Si el Sur logra unirse y movilizar a los pueblos del planeta, del Sur y del Norte, del Este y el Oeste, podríamos amanecer después de estos conflictos, con una correlación de fuerzas mundiales menos cruel que la actual, con más esperanzas en un mundo mejor. O, si no sabemos hacer lo que debemos hacer, con más cadenas y penas que arrastrar. Lo que debemos hacer es una cuestión sencilla y esencial: construir la paz para la gente y para la naturaleza.

Vivimos una crisis civilizatoria, lo que Occidente ha representado está derrumbándose. Existe la posibilidad de que ese derrumbe nos arrastre a todos o que construyamos la civilización del porvenir.

Tendencias y pilares:

1) Vivimos una ofensiva del Capital, en todos los frentes, orientada a superar la crisis capitalista mundial y prolongar indefinidamente la vida del Sistema Capitalista. Siguen convencidos de que la sociedad capitalista, representa el fin de la historia.

2)   Esa ofensiva se apoya en varios pilares interdependientes e interrelacionados, entre los que podemos citar los siguientes:

    * El monopolio mediático y cultural orientado a imponer y profundizar en el inconsciente, en el alma de la gente, en la mente, en la vida cotidiana, los valores que le sirven de fundamento al mundo del Capital. Esta es una lucha fundamental en el campo espiritual, que afecta todos los sistemas de representación y las materializaciones de esas representaciones, incluso, la relación con Dios, pues enfrenta al dios del dinero con el Dios que se funda en el amor altruista, el dar sin esperar nada a cambio. Es decir, el triunfo del valor de cambio, la mercantilización de la vida humana y de la naturaleza para garantizar la acumulación de capital, vs la solidaridad y la cooperación que representen la convivencialidad entre la humanidad y la naturaleza, en existencia libre y soberana.
    * El miedo como instrumento de cohesión social y de dominación. Miedo al que tiene otro color de piel, otra religión, otra cultura;  miedo al desempleado, que se convierte en símbolo de desviación social, al pobre, que es símbolo de los ineficientes que no saben “aprovechar” las “oportunidades” que el mercado ofrece; al extranjero, en fin, miedo al diferente. La seguridad individual se convierte en el valor más importante. Valor que propicia el aislamiento, la fragmentación social y la violencia como forma de defender los espacios o territorios que se consideran propios, siempre amenazados por los “otros” y las “otras”, por los diferentes. Como substrato de este sentimiento, se encuentra la defensa de la propiedad privada, incluso, por aquellos que nada tienen, pues el poseer sustituye al Ser y al estar tanto en comunidad como en la existencia personal como Yo con el Otro o la Otra.
    * Ese sentimiento de identificación del Ser con la propiedad privada y por tanto, la afirmación del individuo en la medida que se protege de las amenazas contra dicha propiedad, conducen a la aceptación de sistemas totalitarios, negadores de los derechos humanos, que propician la tortura, “las desapariciones”, las cárceles clandestinas, etc., pues son los que garantizan la seguridad individual, familiar, nacional… Por tanto, el diferente, él que representa una amenaza debe ser sometido, excluido, eliminado, torturado para que delate a sus “cómplices” de actos terroristas, de violación, atraco, etc., cuando toda forma de protesta o disidencia se criminaliza y se asimila a terrorismo o cualquiera de sus derivaciones para justificar un estado de violencia permanente.
    * La llamada política “antiterrorista” (o terrorismo de Estado), se funda en los sentimientos anteriores y en las relaciones y conflictos geopolíticos mundiales, que inspirados en el miedo, han conformado el terrorismo de Estado, la militarización y securitización de las relaciones internacionales, lo que significa que la política exterior de los centros de poder del Norte, la trazan, dirigen y ejecutan, cúpulas políticas, empresariales y militares asociadas, incluso, fusionadas, con el Pentágono y la OTAN. La violencia en general, y la guerra en particular, constituyen el principio y el fin, de las relaciones entre los Estados y la permanente amenaza que se cierne sobre los pueblos, cotidianamente presente y en proceso de ejecución. Esas cúpulas, pese a la oposición de algunos Estados, han ido colonizando al Consejo de Seguridad, al Secretario General y de esa manera al conjunto de la ONU.
    * La represión de las tendencias a la autonomía y la soberanía, es un instrumento decisivo. A estos centros de poder no les importan, en principio, las declaraciones políticas o religiosas de las naciones. A lo que le dan prioridad es a que se planteen o no la autonomía o la soberanía frente a los centros de poder mundial. La soberanía, la autodeterminación de los pueblos, la democracia participativa, el autoempoderamiento de la gente y todas formas de organización e independencia de los pueblos, van siendo criminalizadas. Por eso, las tendencias capitalistas que intenten tomar un camino independiente, tratarán de ser sometidas mediante el soborno, la violencia o una combinación de dichos medios. Las cúpulas capitalistas cada vez se cierran más y no toleran formas de disidencia. Por ello los conflictos intercapitalistas también tienden a evolucionar hacia la violencia.

Estrategias y políticas:

3) Observados algunos de los pilares que están sustentando la dominación del Capital, veamos someramente algunas de las estrategias que el capital viene desarrollando para aherrojar a los pueblos y a las naciones con la finalidad de superar la crisis. Como bien sabemos esta es una crisis civilizatoria que se manifiesta en crisis económica, financiera, ecológica, alimentaria, política, social, institucional… En consecuencia, aun cuando no es este el punto en discusión ahora, es bueno decir, que no basta una ruptura con el Capital en general, es necesario no sólo romper, sino principalmente crear otras bases civilizatorias. Particularmente en lo que tiene que ver con las fuentes de energía, el patrón de producción y consumo, la relación con la naturaleza, la cooperación solidaria opuesta al individualismo, el amor altruista como opción cotidiana frente al egoísmo, el autoempoderamiento de la gente como alternativa frente al totalitarismo que niega la la libertad y la democracia participativa y protagónica.

4) El predominio del capital financiero ha acelerado el proceso de concentración del capital y la extensión de la pobreza y el hambre a través del mundo. Obviamente, esta es una situación de violencia que sólo puede generar más violencia. Por eso también la militarización y securitización de las relaciones internacionales. Pero esto no resuelve el déficit de demanda efectiva que afecta a la economía mundial y los demás problemas que la acelerada concentración de la riqueza viene generando.

Las nuevas fronteras para la expansión del Capital:

5) Entre las variadas salidas que el Capital viene implementando, quiero destacar las siguientes:

    * Abrir nuevas fronteras para la inversión de capital. Históricamente el Capital se ha ido expandiendo creando nuevas fronteras para la inversión. Al principio fueron fronteras geográficas con el llamado descubrimiento de América, la colonización de Asia y África. Luego fueron principalmente fronteras científicas y tecnológicas a través de avances científicos y técnicos que se incorporaron como capital o como instrumentos para incrementar la productividad y acelerar la acumulación. Actualmente, las nuevas fronteras se van abriendo a través de privatizaciones cada vez amplias y aceleradas que van destruyendo lo público y los espacios sociales de cooperación. Se han privatizado las cárceles convirtiéndolas en fuentes de trabajo esclavo; la trata de personas que ha significado una extensión de la esclavitud y el debilitamiento del trabajo asalariado, además de un infame sufrimiento para niños y niñas, jóvenes y mujeres; el tráfico de drogas, cuyos beneficios fluyen a través de paraísos fiscales nutriendo los flujos de capital especulativo; se van modificando las relaciones contractuales entre trabajadores y patronos debilitando la contratación colectiva, reivindicando la contratación individual y progresivamente la restauración de la esclavitud; se va destruyendo el Estado social y todas las instituciones públicas que suministren educación, salud y seguridad social; se va privatizando la guerra y cada vez más los ejércitos del Capital van perdiendo carácter estatal y son dirigidos por grandes corporaciones internacionales de carácter privado. Privatizarlo todo es la estrategia.
    * Esto implica la ocupación territorial, la destrucción de naciones, las guerras de conquista para la apropiación de trabajo esclavo, de recursos naturales, particularmente energéticos.
    * La otra frontera que están abriendo es la generalizada privatización de la naturaleza. Por eso están desmantelando toda la estructura jurídica multilateral construida durante más de tres décadas, especialmente por la Organización de las Naciones Unidas,  para proteger a la humanidad y al planeta. Entonces, la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, el Protocolo de Kioto, la Convención sobre Diversidad Biológica, la Convención sobre Desertificación y otros protocolos y convenciones, están siendo seriamente vulnerados para dar rienda suelta a las ambiciones del capital privado. Por eso todas las negociaciones multilaterales son muy duras y es cada vez más difícil arrancar concesiones. Por el contrario, como ocurrió en Copenhague, en Cancún y en Nagoya, los resultados van siendo contrarios a la humanidad y al planeta. Este desmantelamiento de convenciones y tratados internacionales tiene en su base el desmantelamiento y colonización de la ONU, las violaciones sistemáticas de la Carta de las Naciones Unidas y la aplicación de hecho de una nueva carta que va convirtiendo al Consejo de Seguridad en el eje de las Naciones Unidas como garante del proceso de guerra permanente que vivimos, impuesto por la globalización neoliberal.
    * Sobre el cambio climático, el objetivo es dejar de lado el Protocolo de Kioto, los compromisos obligatorios para reducir emisiones, y poner el acento en las soluciones de mercado; sobre la diversidad biológica se persigue la generalizada mercantilización de la naturaleza, de los recursos genéticos y de los conocimientos ancestrales de los pueblos originarios. La lista es larga.

Relanzamiento del Consenso de Washington:

    * Todo esto se inscribe dentro de una estrategia de relanzamiento  del Consenso de Washington, es decir, de la estrategia neoliberal. La globalización neoliberal se radicaliza y avanza con una poderosa carga de violencia explícita o implícita. que plantea, como ya dije, la radicalización de las guerras de conquista, la ocupación territorial, la destrucción de los Estados soberanos, etc.
    * Hay por tanto una profundización de la guerra declarada contra la soberanía nacional, el patrimonio público, las culturas nacionales, regionales y locales; las economías locales, las semillas y cultivos tradicionales, las organizaciones campesinas, las civilizaciones indígenas y los conocimientos y las culturas ancestrales. Todo lo que suene a diferente, específico, autónomo, está traando de ser sometido mediante procesos violentos.
    * Todo movimiento o gobierno autónomo, específico, está amenazado con ser desestabilizado, derrocado, destruido y subsumido dentro del metabolismo de la globalización neoliberal, que va destruyendo la vida y sembrando la muerte, no solamente física, que es grave, sino más grave aún, la muerte del alma y de las conciencias.

Cómo se conecta con lo que está ocurriendo en África y el Medio Oriente:

1) Ya señalé que el problema para la globalización neoliberal es la autonomía y la soberanía de las naciones y los pueblos. Entonces gobiernos como el de Irán, Siria, Argelia y por supuesto el pueblo palestino, representan un problema, un obstáculo. Lo mismo los procesos de gobiernos autónomos en América Latina como por ejemplo, Venezuela, Cuba, Nicaragua, Ecuador.

2) Hasta ayer los gobiernos de Túnez y Egipto eran presentados como modelos a seguir. Esos procesos de rebelión se han ido extendiendo hacia Yemen, Arabia Saudita, Bahrein, etc. Esto ha llenado de temor a los centros de poder mundial y a los sionistas, pues les preocupa que un área tan importante como esta se subleve y pueda colocarse fuera de la órbita de la globalización neoliberal.

3) En Libia no se ha repetido exactamente un modelo como el de Túnez o Egipto o incluso, el de otros países como Arabia Saudita. Varias cosas llaman la atención. Libia se había convertido en un centro de negocios para EEUU y Europa. Varios dirigentes como Condoleezza Rice, los reyes de España, Berlusconi, Blair, Brown, Sarkozy, Rodríguez Zapatero y otros, habían ido a rendirle pleitesía a Gadafi en busca de lucrativos negocios. Como es sabido, el gobierno de Gadafi tiene fuertes inversiones en varios importantes negocios en países de Europa y en los últimos tiempos ha sido un aliado importante de Occidente. Apenas estallaron los acontecimientos, los disidentes levantaron la bandera de la monarquía del rey Idris, quien representó poderosos intereses coloniales. Lo de Libia pues no parece tan espontáneo como otros movimientos. Lo que no niega los legítimos sentimientos de cambio que seguramente animan a sectores populares libios.

Inmediatamente se levantaron voces desde la ONU, EEUU y Europa condenando a Gadafi tratando de pescar en río revuelto. Es decir, quienes se habían hecho sus socios comerciales, se levantaron contra él ¿Se trató y se trata en Libia de salir de un gobierno no confiable y colocar un gobierno más claramente orientado a frenar el proceso que se está dando en el Magreb? No tengo evidencias de radicalismo en la oposición libia ¿Su alianza con EEUU y Europa es circunstancial para salir de Gadafi? En el terreno lo que ve se ve es la prevalencia de los intereses de la globalización neoliberal. Entonces, ¿se trata de un movimiento desde el Norte, es decir, una jugada anticipada para intervenir y tratar de cortar de raíz un proceso que podría evolucionar hacia tendencias antioccidentales que se extiendan por toda la zona? Debemos tomar nota de que Libia tiene fronteras con Egipto, Túnez, Argelia y está frente Europa. Una ubicación geoestratégica privilegiada, que se ve potenciada por su carácter de país petrolero. Clave por tanto para entorpecer o favorecer el relanzamiento del Consenso de Washington en la región.

Tomar Libia como ya se tomó a Iraq, es como uno de los requisitos para la dominación de África y el Medio Oriente y para la destrucción de la OPEP.

Es la batalla por profundizar la extensión de la globalización neoliberal a través de África y los países árabes. Sin embargo, los pueblos pueden profundizar su lucha. Una de las condiciones para que sea así, es que triunfe la paz. La guerra favorece a los imperialistas. La paz es el espacio para el crecimiento  espiritual y material de los pueblos.

La ONU no es el escenario principal

Tal como lo ha planteado el Presidente Chávez, la ONU debe ser refundada. Progresivamente ha venido siendo controlada por las potencias del Norte y sus aspectos progresistas, en esa misma medida, vienen siendo eliminados. Cada vez más son un instrumento para legitimar las acciones del poder militar-financiero mundial, como se acaba de demostrar con las recientes resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.

La ONU no será refundada desde dentro, aun cuando la acción desde dentro no se debe descartar. Pero dentro de la actual situación mundial, ello debe lograrse desde las organizaciones regionales, como Caricom, Unasur, Liga Árabe, Unión Africana, América del Sur-África (ASA), etc., y desde la acción decidida de los pueblos y de los gobiernos progresistas.

Si algo positivo tienen las recientes decisiones tomadas por el Consejo de Seguridad de la ONU, es que muestran ante el mundo que Naciones Unidas no es el parlamento de los pueblos. El proceso bolivariano demostró que había que realizar una Asamblea Constituyente para refundar la República y la Nación venezolana. Eso no lo podía hacer y no lo hizo, el Congreso Nacional de la IV República. De la misma manera hay que generar una movilización mundial para  conquistar un parlamento mundial, que no se conquistará desde la Asamblea General de las Naciones Unidas. Las actuales circunstancias demandan esa tarea y han creado las condiciones para emprenderla.

Entre tanto, en la ONU se continuará discutiendo problemas de lenguaje. A un lenguaje con algún contenido progresista, se le coloca al lado otro lenguaje de contenido reaccionario o viceversa. Los negociadores quedarán satisfechos pues se ha generado un documento “balanceado”. Después de maratónicas reuniones y de un gran esfuerzo, ese es el resultado. Posteriormente, los que tienen el poder, toman el párrafo que les conviene (que nadie podrá negar que sea lenguaje de la ONU) y hacen lo que les parece. Así, la mejor resolución posible, siempre podrá ser utilizada para que los que tienen el poder dentro de la organización,  hagan lo que deseen. O puede ser anulada con otra que diga lo contrario, que también es lenguaje de Naciones Unidas.

En el juego actual dentro de Naciones Unidas, ante una resolución inconveniente para los intereses del Sur, lo que suele ocurrir es que nos planteemos una jornada para tratar de conseguir un mejor lenguaje. Mientras, la globalización neoliberal, la violencia y las guerras permanentes avanzan. Esto no significa que hay que abandonar la ONU. Significa que no se transforma desde dentro, pero que la acción desde dentro en un contexto donde prospere la lucha de los pueblos, puede ser importante. Lo que hay es que modificar tanto la visión como las prácticas de hoy, para lo cual es necesario implementar la estrategia para refundar la ONU y los correspondientes pasos tácticos. Esta es la tarea.

Como resultado de las relaciones de poder que determinan la acción de la ONU, finalmente, como era de esperarse, ha estallado la guerra. Las potencias del Norte utilizando al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas han encontrado la manera para tomar el camino por donde nadan como pez en el agua: la guerra, la invasión para destruir Libia: su economía, su cultura, su historia. Luego vendrán Halliburton y otras grandes empresas para ocuparse de la reconstrucción e incrementar sus ganancias fundadas en la muerte y la profundización de la globalización neoliberal. Este es el modelo de Irak y otras guerras recientes.

Es la hora de la propuesta de paz del Presidente Chávez

La situación está lejos de resolverse. En Yemen, Bahrein y en general en el Medio Oriente sigue siendo muy compleja. Los pueblos se están expresando y eso es lo que inquieta a los grandes centros de poder del Capital.

Es la hora del gran movimiento mundial por la paz. Ellos quieren ahogar al mundo en sangre para garantizar el triunfo de la globalización neoliberal y del capital financiero. Es la hora de los pueblos para imponer la paz, la democracia y la justicia. Es la hora del Sur, de todas las organizaciones que lo representan. Es la hora del Presidente Chávez y del pueblo de Venezuela. Las organizaciones regionales, los movimientos sociales, los presidentes progresistas tienen la palabra. Si los pueblos del Sur se levantan con las armas de la unidad, la fe en un mundo mejor y la esperanza de que ese mundo es posible, la movilización pacífica puede aislar y derrotar a esa cúpula que representa al complejo militar-financiero, que está destruyendo a la humanidad y al planeta, mientras multiplica la acumulación de capital.

Como la situación en el Medio Oriente sigue siendo compleja y los pueblos no han dejado de movilizarse, no es fácil combinar la invasión a Libia, que se trata de justificar por la “necesidad” de derrocar a un tirano que reprime a la población civil, siendo que ya los bombardeos comienzan a producir víctimas civiles; con la invasión a Bahrein, que ha generado numerosos muertos y heridos, pero ha sido autorizada por EEUU, pues dicho país es nada menos que la sede de la V flota estadounidense, y la severa represión en Yemen, otro gobierno aliado de EEUU. Este laberinto de contradicciones aflora y ellos lo saben y no les permite ejecutar lo que sería su deseo: barrer las protestas del medio oriente a sangre y fuego, pues ello podría generar un levantamiento de consecuencias impredecibles.

Otra contradicción que está apareciendo, tiene que ver con la fundamentación que se hizo para la agresión contra Libia. Utilizaron una resolución de la Liga Árabe. Dicha resolución en la parte dispositiva tiene dos aspectos: uno, demanda la creación de una zona de exclusión aérea en Libia; dos, coloca como condición que no se dé una intervención militar. Así, como ya dije, se trató de obtener una resolución “balanceada” que permitió su aprobación por consenso. Entonces, como también era de esperarse, las potencias del Norte tomaron la parte que les convenía: la creación de una zona de exclusión aérea.

Iniciaron una operación militar que hace inevitable las víctimas civiles y por eso ya comienza a tener rechazo, pues los bombardeos “quirúrgicos” sólo existen en la hipocresía de los líderes del Norte y en los planes guerreristas de los Estados Mayores. El Secretario General de la Liga Árabe, Amr Musa, ha declarado, según informa el Diario español, El País, del día de hoy 20 de marzo, lo siguiente:

“Lo que está pasando en Libia difiere de la imposición de una zona de exclusión aérea. Lo que queremos es proteger a los civiles, no bombardearlos.”

No va a ser fácil que algún gobierno de la región asuma la responsabilidad por las consecuencias que los bombardeos ya están provocando. Ahora más que nunca la propuesta de cese al fuego tiene sentido. Es la opción para detener la guerra civil, la agresión extranjera y poder dar paso al diálogo para establecer la paz.

Si Libia resiste y si de verdad su ejército y su pueblo están preparados para una guerra larga, las potencias imperiales se verían en serios aprietos. Cada día que la guerra se desarrolle habrá más víctimas civiles, más destrucción, más violencia. Sin embargo, los bombardeos por más atroces que sean, podrían no ser suficientes para rendir a Gadafi y sus fuerzas de combate. Al final, puede necesitarse una fuerza de infantería para tratar de derrotar a Gadafi, pero la presencia de fuerzas extrajeras terrestres en suelo libio, no figura en la resolución 1973 del Consejo de Seguridad.

Si Gadafi resiste, tendrán que intensificar los bombardeos y ataques misilísticos, lo que generaría una grave crisis humanitaria, pero no asegura la victoria. Ese contingente terrestre podría ser proporcionado por los militantes opositores, armados y conducidos por los invasores. Sin embargo, ¿podrán reunir la suficiente fuerza en nombre de agentes invasores que están asesinando al pueblo libio y enfrentar a Gadafi que aparece expresando a la Nación libia frente a los intereses imperiales? ¿Tendrían que introducir mercenarios y de alguna manera violar la resolución 1973?

La propuesta de paz que formuló el Presidente Chávez ha estado en juego desde el principio, ahora está más vigente que nunca. Las políticas correctas se ponen a prueba con el paso de los días y el desenvolvimiento de los acontecimientos. La agresión contra Libia pone de relieve la importancia de la paz y le da gran valor a todos los que han tratado de ir en esa dirección. El Presidente Chávez abrió el camino, lo siguió la Unión Africana cuando el 11 de marzo acordó nombrar una comisión de alto nivel para mediar en el conflicto libio. Estás son las propuestas que están sobre la mesa. La paz puede derrotar a la guerra, la movilización de los pueblos y los gobiernos progresistas, puede derrotar a los cañones.

Se están creando condiciones para que los gobiernos progresistas y los pueblos, cuestionen al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Sólo a partir de ahí podría ser posible comenzar a convertir la Asamblea General de las Naciones Unidas, en un espacio donde la voz de los pueblos pueda expresarse con fuerza y con las consecuencias correspondientes, como parte del proceso de “refundación” de las Naciones Unidas ¿Será posible? Ese es el reto, pues la situación actual si se sostiene en el tiempo, será la expresión de que la relación de fuerzas internacionales, sigue favoreciendo los intereses del Norte.

Gadafi ha pedido una reunión urgente del Consejo de Seguridad. Si las cosas se complican tal como hemos señalado, la movilización popular, la opinión internacional y la presión que esto ejercería sobre algunos miembros del Consejo de Seguridad, podría lograr un clima en el que este cuerpo se vea obligado a retroceder. Lo cual es relativamente sencillo: debe cumplir con una parte esencial de la resolución 1973 y llamar a los victimarios, las potencias del Norte a que acaten el cese al fuego.

A última hora he visto una información de la BBC de Londres en la cual Gadafi anuncia un cese al fuego por parte de sus fuerzas y una marcha por la paz del pueblo libio en dirección a Benghazi. Esta podría ser una buena iniciativa. Hay que observar el desenvolvimiento de los hechos. Las batallas políticas suelen decidir el resultado de las guerras.

julio.rafaelojeda@gmail.com



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Julio Escalona


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