Batalla campal en Nagoya

No es exagerado decir que ahí, en Japón, en la 10ª Conferencia sobre Diversidad Biológica, se está decidiendo la suerte de la vida. Batalla que continuará en diciembre, en México, con la 16ª Conferencia sobre Cambio Climático.

Las prioridades de la generalidad de los medios de información impiden que el mundo esté vibrando con estos acontecimientos y se sepa que allá están dos venezolanos representando a nuestro gobierno, empuñando la honda de David.
Se está decidiendo si los bosques, si los recursos genéticos, si los conocimientos ancestrales de las culturas primigenias, si la diversidad cultural, si nuestras creencias religiosas, continúan siendo patrimonio de la humanidad, o si serán convertidos en nueva frontera para hacer negocios.

Como un preludio, el Gobierno de Inglaterra ha anunciado que venderá 400.000 ha de bosques para que el capital privado expanda aldeas vacacionales, campos de golf, parques de aventuras y la tala comercial de árboles a lo largo y ancho del país.

También se está decidiendo si las tierras fértiles y las aguas serán destinadas a producir agrocombustibles o alimentos; si las semillas transgénicas derrotarán a las semillas tradicionales y una gran corporación, Monsanto, decidirá qué y cómo sembramos, qué comemos, mientras acumulan billones a costa de la salud de la gente y de las tierras.

Si el mercado no sólo continuará rigiendo nuestras vidas sobre la base del crecimiento de los beneficios capitalistas, sino también invadirá la vida silvestre, el silencio de los bosques, el murmullo de las voces de la selva, les pondrá un precio y una etiqueta. Si los conocimientos ancestrales de los indígenas del mundo serán patentados por una transnacional y retornarán hacia nosotros envueltos en un extraño made in.

Han desplegado por el mundo sus fuerzas militares. Pero han desplegado otro ejército de científicos mercenarios, que a través de nanotecnología, geoingeniería, biotecnología, ingeniería genética, ciencias cognitivas, robótica, nos inundarán de basura con el nombre de fármacos, materias primas, en fin, un nuevo planeta creado en los laboratorios.

Si esto triunfa, niños del mundo, plantas y animales bebés, como vais a dejar de nacer. Tenemos que gritar fuerte para que nuestra voz estremezca a todo el universo.


julio.escalona99@yahoo.com


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Julio Escalona


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