El circulo vicioso de América Latina

El circulo vicioso de América Latina.

El subdesarrollo es un eterno problema que abarca a la sociedad como un todo económico, político e ideológico, para sostener la pobreza teórica que nos impide abandonar el colonialismo cultural fácilmente comprensible al nivel de los intereses económicos y políticos del imperialismo, pero, que es más difícil de entender si lo generalizamos a los procesos socialistas Latinoamericanos.

Colonialismo cultural que se sostiene a nivel de la ideología de izquierda a raíz de las revoluciones electorales provenientes de Venezuela, que no es más que, como cambio, el aumento del gasto público para mejorar el nivel de vida de la población. Masificación que descuida la calidad revolucionaria, convirtiendo la teoría de la revolución de octubre en una metafísica mutilada, sin fe, que deforma el método en los procesos por carecer de profundidad revolucionaria.

Realidad concreta de nuestros países, transformados en el empírico inmediato legalizado por las Asambleas Legislativas encargadas de decirnos que lo concreto no es la realidad, así, nuestras constituciones son una representación caótica de leyes reformadas si no de la producción.

Circulo vicioso que parte de nuestra educación acomodada a los intereses políticos-religiosos que nos decía, por ejemplo, que la Edad Media, prácticamente, era la noche negra de la historia, nos ofrecían una imagen estática de esa parte de la historia cuando es todo lo contrario, porque, junto al feudalismo se desarrollo la burguesía comercial y porque, a la inquisición de la Iglesia, se generaron las primeras investigaciones científicas, además son 10 siglos de permanentes luchas sociales de surgimientos y caídas de reinos, de choques violentos entre las civilizaciones cristianas y musulmanas.

El mundo está en permanente revolución contra la religión y sus imperios, es lo que la educación clásica regida por la Iglesia y sus intereses feudalistas y del capital nos quiso ocultar gestados en los siglos XII y XIII donde surgieron los Estados modernos con España, Francia e Inglaterra; los reyes centralizaron el poder unificando sus dominios y haciendo sentir el peso de la monarquía sobre los feudalistas para implementar el capitalismo y sus eternas contradicciones convertidas en crisis económicas que favorecen a los países más grandes en su desarrollo y sostienen el subdesarrollo en los países pobres.

Los intereses agrícolas, mineros y comerciales de Latinoamérica siguen siendo parte del colonialismo cultural que sostiene el subdesarrollo conservando la vieja estructura de explotación por la falta de una industrialización, logrando a duras penas sustituir el yugo español por la economía norteamericana, pasando por los empréstitos ingleses que desde 1822 llegaron a Latinoamérica, hoy reemplazados por los créditos chinos.

En Latinoamérica, todas las teorías económicas y éxitos revolucionarios giran en cómo lograr un desarrollo autónomo e independiente en una enorme cantidad de teorías aparentemente distintas. El circulo vicioso esta en tratar de sustituir la dependencia por la interdependencia o la creencia que los países subdesarrollados se desarrollaran cada vez que los desarrollados se desarrollen, es la teoría aplicada por Obama, para el nuevo capitalismo que tiene al mundo al borde del colapso por el alto desempleo y, a nuestra Latinoamérica dividida para evitar que sea un bloque, única manera de concretar una revolución socialista.

Desde los años 50 y en los momentos actuales la sustitución de exportaciones y las nacionalizaciones, los gastos públicos revelan nuevas formas de dependencia y el crecimiento es ocasional por estar regulados por el subdesarrollo cultural que depende de la inversión extranjera y su benévola decisión por parte de las naciones desarrolladas de dar a los países subdesarrollados un poco más o no, y de parte de los gobiernos y su colonialismo político-social, está en decidir bajo que términos ha de adaptarse la inversión y ayuda extranjera por los acuerdos económicos mixtos aun en los países con procesos revolucionarios.

Cristóbal Colon, dijo “la mejor cosa en el mundo es el oro, sirve hasta para enviar las almas al paraíso”. Cortez, conquistador de México, manifestó “nosotros los españoles tenemos una enfermedad del corazón para la cual el remedio indicado es el oro”. Los frailes franciscanos decían “donde no hay plata no entra el evangelio”.

La geografía nos situó con Estados Unidos, en un mismo hemisferio, por consiguiente la historia nos es común, relativamente nuestros destinos al unisonó se forjaron y hoy se entretejen patrones políticos, comerciales y culturales. Nuestras relaciones hoy, son el resultado de la colaboración e intromisión que nos trazo el pasado y de las acciones revolucionarias que debemos emprender para llevar a feliz término nuestros socialismos.

De 1810 a 1824 jóvenes naciones combatieron por su independencia contra España, Francia y Portugal, mientras EEUU, combatía contra Inglaterra y negociaba con España la compra de Florida. EEUU, fue la primer nación en reconocerá los Estados Latinoamericanos.

Samuel Flagg Benil, en su libro “latín american policy of United States, la resolución de no cesión de 1811 es calificada como la primera evolución política EEUU-América Latina, resolución del Congreso relacionada con Florida bajo la débil dominación de España.

El mensaje de James Monroe, al Congreso el 2 de diciembre de 1823, se convirtió en doctrina que dice, “los EEUU deben ser sinceros con aquellas potencias europeas con las que mantenemos amistosas relaciones y declarar que consideraríamos un atentado por su parte el extender su dominación a cualquier sector de este territorio como peligroso para nuestra paz y nuestra seguridad”.

Después, Inglaterra y Francia seguían con actividades en México, Brasil, Argentina, Uruguay y Chile, sin que EEUU, interviniera porque Inglaterra dominaba los mares del mundo, desde allí EEUU, diplomáticamente se excusaba con los estados Latinos diciendo que no habían perdido su independencia y soberanía frente a España, Francia e Inglaterra. Sostenida hipocresía diplomática demostrada en las Malvinas, en la década de los 80.

Subversión ideológica en entredicho por los círculos viciosos que giran en América latina desde la colonia, los pueblos latinos practican o no, la no cesión a la conquista territorial o son meros espejismos revolucionarios por el subdesarrollo estructural en el que nos encontramos sosteniendo la pobreza mental que rige nuestra política.

rcpuma061@yahoo.com


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Raúl Crespo


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