Listo el proyecto para convertir a la Amazonia en una supermaleza

Hay verdades que duelen, incomodas y otras que son mentiras totales, todas estas frases caben con la utilización del Roundup químicamente conocido como glifosato fabricado por Mosanto en Colombia, para erradicar los cultivos de coca. En la actualidad gran parte de la selva fumigada con glifosato ha desarrollado supermalezas inmunes al pesticida lo dicen los colonos del Putumayo, y con seguridad, campesinos de otras áreas fumigadas opinaran lo mismo ante el silencio de los gobiernos de Bogotá y Washington.

A mediados de los 90 Mosanto patentó la semilla alterada genéticamente Triator para la soya, revolucionando la industria agrícola, semilla a la que los científicos trasplantaron material genético de microorganismos, Argentina, Uruguay, Brasil, luego Paraguay, cayeron en las ventajas transgénicas que utiliza el glifosato como herbicida masificando los sembríos de soya y maíz, ahora, tendrán que adquirir el Roundup Ready o volver a los viejos pesticidas de la clase 2.4D y Dicambas, con un historial de ser mas riesgosos para el ambiente que el glifosato, en parte porque el glifosato se “adhiere mejor al suelo”, los otros son dispersados por el viento.

Scott Kliman, en su artículo las supermalezas dice:” Para mediados de esta década un 40% de la tierra cultivable de Estados Unidos, se verán atacadas por supermalezas resistentes al pesticida Roundup”, esto está provocando contraataques de las empresas que promueven la utilización de viejos químicos para combatir las supermalezas. Empresas que, por años perdieron dinero como Du Pont, con la soya perdió el 90% del mercado, con el maíz el 80%, “el Roundup de Mosanto y sus genéricos son utilizados en 4 veces más hectáreas que el resto de herbicidas”.

La campaña electoral en Brasil, nos ofrece la misma película de los empates técnicos de Colombia, Dilma Roussef, jefe de gabinete de Luis Ignacio Lula da Silva y José Serra, según las encuestas con un margen de error que va desde los 2 a los 4 puntos sostienen que, cada uno en la primera vuelta del 3 de octubre obtendrá 37% y 42% en la segunda vuelta a fines del mismo mes.

La enorme popularidad de Lula potencia la candidatura de Roussef, la influencia de Washington, la de Serra, para nadie es novedad que EEUU tiene enorme intereses en la Amazonia, área que comparte frontera con 8 países. Brasil con el 16% de la producción mundial de transgénicos en 22 millones de hectáreas cultivadas es segundo detrás de EEUU, con 66 millones de hectáreas, le sigue Argentina con 21 millones, después están China, Canadá e India entre los 3 y 4 millones de hectáreas cultivadas, cada una de ellas utiliza glifosato.

Se espera que Brasil llegue a las  50-60 millones de hectáreas transgénicas cultivadas para satisfacer la necesidad de 170 millones de litros de etanol que el parque automotor estadounidense requiere. “El acuerdo firmado en el 2008 entre Brasil y EEUU, extendieron en forma muy rápida los cultivos transgénicos” dijo Alda Lerayer, Directora Ejecutiva del Consejo sobre biotecnología de la OMS.

La biotecnología le apunta a la Amazonia, trasnacionales como: Dow Chemical Co, Du Pont Co, Bayer AG,  BASF SE, Syngenta AG, gastan cientos de millones de dólares en el desarrollo de semillas transgénicas de soya, maíz y algodón, capaces de sobrevivir a herbicidas antiguos y al Roundup. Con estas trasnacionales llegara la biopiratería que impulsara la bioeconomía para una nueva geopolítica en la región.

John Jacheta, científico de Dow Agro Sciences de Chemical, manifestó:”será una oportunidad muy significativa una nueva era” David Mortensen de la universidad de Pensilvania agrego:”las nuevas semillas facilitaran mucho a los agricultores el control de la maleza”. Charles Benbrook, jefe del Organide Centre, grupo activista orgánico sin fines de lucro dijo:”si el glifosato no es un herbicida seguro está muy cerca de serlo”.

Opiniones asalariadas ocultan la verdadera naturaleza del negocio de los químicos utilizados en los sembríos transgénicos. La cantidad de herbicida rociado sobre un cultivo grande como la soya o el maíz, aumentara en un 70%, la industria de los herbicidas, solo en los EEUU mueve un total de 16000 millones de dólares, en la Amazonia,  se proyecta que esas ganancias se multipliquen por 40, es uno de los motivos para que Serra asuma la presidencia en Brasil, pues este abriría las puertas a la gran demanda de pesticidas y nuevas semillas de las trasnacionales que apoyan su campaña en los Estados más ricos del sur.

La biopiratería trabaja a toda máquina para posicionarse en el mercado amazónico lo dijo a la revista TIME Dan Dyer, director de investigación cuando le preguntaron sobre el crecimiento de los cultivos transgénicos en Brasil, “ahora, el mercado se vuelve a poner interesante”.

Cristina Figueres, costarricense nueva secretaria ejecutiva de la Conferencia de Cambio Climático de la ONU, reemplaza a Ivo de Boer, debería proyectar su trabajo hacia Sudamérica, blanco de las nuevas operaciones que la biotecnología promueve para una nueva geopolítica sin importar los daños ambientales en una de las mayores reservas de agua dulce y oxigeno del mundo.

El embajador Sergio Serra, reunido en el hotel Maritim de Bonn, junto a otros 4500 delegados no observa la biopiratería que se proyecta en EEUU, y, desde su país para la región. Ya hablan del acuerdo posible en Cancún, en noviembre, incluso se proyectan para la cumbre de Sudáfrica en el 2011, el problema de estas cumbres es, que en sus narices se aumenta la contaminación por emisiones de gases de efecto invernadero que inciden en los cambios climáticos y no pasa nada. Solo reuniones y más reuniones.

rcpuma061@yahoo.com



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Raúl Crespo


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