En revolución ¿Quién determina el interés nacional? Si el pueblo no puede hacerlo

Dentro de los derechos democráticos autorizados por el voto, se llega invariablemente a la conclusión que, la continuidad de nuestros líderes en el cargo de presidente es de interés nacional. Eso constituye un extremo.

Para llegar al otro extremo cada paso en el camino hacia el desastre del proceso puede ser seguido con claridad. El deseo de continuar con una imagen no beneficia al pueblo cuando se ignora los actos de corrupción denunciados sosteniendo a los ministros o funcionarios por tozudez ¡porque yo soy así! Cuando el debate público diario solicita que los asuntos de corrupción sean resueltos ya, entre otras razones por ser un compromiso con la moral revolucionaria a mas de ser promesas de campaña.

Sin ninguna duda la corrupción constituye una tentación que siempre está presente en todos los gobiernos, pero, los anteriores no fueron gobiernos revolucionarios, aquí estamos malgastando la palabra revolución que significa un cambio real, porque de lo contrario se hunde el barco antes de llegar al puerto socialista.

Es verdad que, muchas de los cambios sociales que se implementan están oscurecidas por la persistente confusión del inconsciente y de la inconsciencia de la misma masa, producida por la política, por la religión, técnicas de dominio de los ricos sobre los pobres. Hoy la literatura, la ideología, el conocimiento social, no es más que una fachada, una máscara, para la realidad económica socialista y para el dominio económico de la gente. Por eso, todo lo que hagan los gobiernos revolucionarios por ahora debe ser conocido como maniobras del capitalismo.

Ideología simplista, es una maravillosa maquina gubernamental de blanquear las políticas de cambio. Hubiera podido buscar un medio más eficaz de camuflaje y no podrían encontrar nada mejor, no busque mas, hay capitalismo detrás de la fachada socialista. Vayamos al fondo de las cosas, no estoy hablando de Marx o Engels o Lenin, seria contradecirme sobre la utilización de esa teoría actualmente. La culpa del gobierno está en desviar la atención de un peligroso culpable del atraso revolucionario. La corrupción y el burocratismo, dejar escapar estos culpables es más peligroso que el mismo imperialismo presidentes Chávez y Correa.

Después de cada votación el pueblo desperdicia el voto. Votan por el cambio ofrecido, pero este no llega íntegramente, llega en cómodas cuotas mensuales sin límite de vencimiento, así no se puede mejorar el proceso apuntando hacia una transición al socialismo. El gasto público en Ecuador y Venezuela está diseñado para beneficiar a la clase media y alta.

Los mayores rubros de los gastos burocráticos y subsidios a los combustibles llegan directamente a ese grupo de la población. Es relativo que el gasto público dinamice la economía y baje el desempleo con una economía de puertos y sin inversión respectivamente para Venezuela y Ecuador.



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Raúl Crespo


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