Lecciones para la lucha de clase obrera en Venezuela

Marxismo: En cuanto a la teoría y praxis moderna de la revolución socialista global

Más de cuatro décadas atrás, en su mensaje a los Pueblos del Mundo, Fidel Castro señaló la esencia de la praxis y la teoría revolucionaria marxista, hoy más que nunca válida para las Américas y otros lugares:

"... Es deber de los revolucionarios hacer la revolución".

Tenemos que recordar que Karl Marx evolucionó su teoría de la revolución en los años 1840-1844, cuando él mismo se estaba desarrollando hacia el socialismo científico y filosófico. Quería ser un programa para la revolución burgues-democrático-capitalista, entonces atrasada en Alemania. La diferencia en el tiempo de la historia alemana, en comparación con sus vecinos occidentales burgueses (Inglaterra y Francia) le ofreció a la posible revolución alemana una única oportunidad histórica no sólo para emprender la "emancipación política" que había sido provocada por la revolución Jacobina en Francia , sino incluso para superarla en una "emancipación humana" (Marx), que iría tan lejos como para superar la contradicción entre citoyen y burgués.

Ya en 2005, en mi libro dedicado al Presidente Hugo Chávez Frías y titulado "Venezuela: De la Revolución Bolivariana a la Emancipación Humana", he indicado esta posibilidad emancipatoria de la salida de la "revolución democrática" hacia la emancipación socialista en Venezuela.

Para aclarar el sujeto de tal revolución, Marx no sólo cruzó la línea del ideólogo burgués radical al teórico de la revolución socialista, sino también del socialismo meramente normativo, moral y utópico al socialismo científico y filosófico. Ciertamente, como lo comprobaron los acontecimientos históricos, solo este último es susceptible de diseñar el puente entre la praxis que necesariamente tiene que vincular la crítica del presente con la utopía proletaria concreta del futuro, y la actuación de la "alianza de los hombres que piensan y sufren"(Marx), que liberará la sociedad humana de los grilletes del mortal modo de producción burgués, y, por tanto, por medio de la lucha de clases del sistema de clases a escala mundial. Ahora, en diciembre de 2008, el presidente Chávez de Venezuela también se ha hecho consciente de este proceso histórico.

Con referencia a una breve alianza de clase al comienzo de la época de las revoluciones sociales, según Marx, en general, pero no necesariamente como una norma, por lo menos dos partes están obligadas a encontrarse en una alianza temporal impulsada por la revolución, aunque difieren en su actitud básica hacia esta revolución: una pequeña burguesa que aspira a conseguirla, y una proletaria que sigue empujándola hacia delante "hasta que a todas las clases más o menos pudientes se les ha exprimido la autoridad, se les ha arrebatado el poder ejecutivo por parte del proletariado, y las asociaciones de los proletarios no sólo en un país, sino en todos los principales países del mundo sean tan avanzadas (. ..) que por lo menos las fuerzas de producción decisivas se concentrarán en las manos del proletariado "(Marx / Engels," Discurso de la Autoridad Central a la Liga ", marzo de 1850).

Esto es más fácil decirlo que hacerlo. Los discursos políticos de Chávez van todos en esta dirección, hablan de "la lucha de clases”, acerca de cómo a las “clases pudientes” se les “exprime la autoridad”, y se le da el poder ejecutivo al pueblo. En Alemania, esto fue precisamente la plataforma política común de la entonces Liga de los Comunistas y los Blanquistas, que había formulado alrededor de 1850 los siguientes criterios de una revolución socialista:

a) El logro de la hegemonía del proletariado, mediante su partido o sus partidos, en la históricamente retrasada revolución burguesa en Alemania;

b) la introducción de una dictadura proletaria, es decir, la incautación del control del poder ejecutivo con vistas a la expropiación y reorganización de los medios de producción;

c) la internacionalización de la revolución para lograr la cooperación entre las sociedades dominadas por el proletariado, mayormente muy desarrolladas ("dominantes"), con el fin de evitar que "el comunismo" simplemente se convierta en una forma generalizada de indigencia y entrañe nuevos tipos de desigualdad, la formación de clases, y la creación de mecanismos de represión frente a la mayoría de las personas.

En relación con el punto (a), esta es la tarea actual del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). En cuanto a (b) y (c), si queremos profundizar la revolución, si queremos acelerar la lucha de clases, entonces es válido reconocer: tanto por hacer, tan poco hecho!

Aparte de los debates y conflictos en la Primera y Segunda Internacional, especialmente entre reformistas y revolucionarios, esencialmente hacia el final del siglo 19, la teoría revolucionaria marxista no se sometió ni a una revisión radical ni a un enriquecimiento dialéctico.

Como sabemos, a principios del siglo 20 los bolcheviques y los socialdemócratas alemanes de izquierda descubrieron una vez más la actualidad de la "revolución socialista", que informó a los escritos de Marx alrededor de 1848. Los camaradas recordaron la primera teoría de la globalización, de la Revolución "democrática" (francesa) transhistorica que inexorablemente y de acuerdo con las leyes económicas tendenciales, como se explican en "El Capital", se estaba realizando en nuestros tiempos modernos críticos y depresivos de recesión mundial.

La revolución rusa de 1905 planteó el problema del carácter de esta revolución no sólo para los social-demócratas rusos sino también para la Segunda Internacional en su totalidad.

Tres opciones se han desarrollado:

a) la menchevique,
b) la bolchevique,
c) la del inspirador del primer consejo de los diputados de los trabajadores de Petersburgo, Leon Trotsky.

Según la ideología menchevique pro-capitalista, la tarea de la “revolución” se restringió a derrocar el régimen zarista y establecer una república burgués-democrática, en cuyo marco el capitalismo ruso se podría expandir libremente, mientras la socialdemocracia rusa, a través de su oposición y organización poderosa, protegería a los trabajadores rusos de las peores formas de explotación.

Bueno, aquí en Venezuela, durante la última década, hemos visto mucho acerca de este tipo de reformismo menchevique contra-revolucionario pro-capitalista. En la opinión de los entonces lacayos rusos del imperialismo europeo, aplicando el marxismo mal que bien, una revolución socialista no habría sido posible en Rusia, dado su desarrollo desigual, ya que la condición previa necesaria para cualquier revolución socialista sería un capitalismo altamente desarrollado.

La teoría de Lenin para la revolución rusa hasta la Primera Guerra Mundial fue aquella de la "dictadura democrática de los trabajadores y campesinos". En esta última se entiende la negación de la dictadura burguesa de los pocos sobre los muchos, y su sustitución por el imperio y el poder de la mayoría en defensa de la verdadera democracia popular, en defensa de la revolución socialista, es decir, para evitar que los capitalistas nunca regresen.

Originalmente el interés de Lenin se dirige principalmente a las clases que se sabe están incubando la revolución, por lo tanto, a sus protagonistas más probables. 100 millones de campesinos sin tierra iban a salir de su semi-servidumbre y luchar por la distribución de la tierra; un poco menos de 10 millones de trabajadores urbanos iban a apoyar la guerra de campesinos mediante el uso del arma de la huelga en las ciudades, con los objetivos socialistas en mente.

El resultado iba a ser una coalición revolucionaria entre los partidos de los trabajadores y campesinos ya que la burguesía rusa, como consecuencia de las características especiales del desarrollo ruso, sería incapaz de desempeñar un papel político independiente. La revolución burguesa, siendo consumada por campesinos y trabajadores, de aquí en adelante iba a asumir un carácter proletario, al menos en las ciudades, en virtud de las formas de lucha adoptadas. Además, la revolución rusa iba a ser la señal para que estalle la revolución “únicamente” proletaria en Europa Occidental.

Sin embargo, Leon Trotsky, quien vio las fallas sociales de las alianzas de clase, fue un paso más allá, ya pronosticó en 1905/1906 que la coalición asumida por Lenin sería necesariamente seguida rápidamente por la hegemonía del proletariado urbano, ya que en vista de la inherente debilidad de la burguesía rusa, de la clase pequeña-burguesa, muchos campesinos, dispersos y tradicionalmente incapaces de organizarse, sería obligada a caer bajo el liderazgo del proletariado urbano.

Sostuvo, además, que, por otra parte, una vez que han tomado el control, los trabajadores urbanos, conscientes de sus intereses de clase, no tendrían otra opción sino la de abrir el horizonte de las instituciones burgués-capitalistas, tanto económica como políticamente, y "poner en el orden del día el colectivismo".

Esto los llevaría en conflicto con los intereses de la clase pequeña-burguesa de los campesinos. Sin embargo, para entonces ya Trotsky advirtió que sin el apoyo social de la revolución proletaria en los países "más desarrollados", la revolución proletaria no sería capaz de mantenerse en el resto de Rusia. El destino de la revolución de los trabajadores rusos sería decidido por las luchas sociales a escala internacional.

Es precisamente esto lo que es relevante para la Revolución Bolivariana. No vivimos en la época de las cruzadas religiosas o de las revoluciones cristianas "socialistas", vivimos en la globalización imperialista, en la época final de la revolución mundial permanente.

Por último, durante el tiempo de la Primera Guerra Mundial, Lenin se acercó más a la posición de Trotsky y a su regreso del exilio propagó la segunda revolución proletario-socialista ("las tesis de abril").

Los acontecimientos de 1917 en Rusia confirmaron plenamente el pronóstico de Trotsky en 1905. La toma del poder bolchevique en octubre / noviembre, sin duda, fue impulsada por la expectativa de que la revolución socialista no dejaría de difundirse internacionalmente dentro de un corto período de tiempo, como lo demostraron los manifiestos y debates tanto del primer congresos de la Comintern como de los congresos del Partido Comunista Ruso (PCR), así como también de los escritos de los dirigentes revolucionarios.

Ya antes de la victoria política de la Revolución de Octubre, tanto Lenin como Trotsky sabían que la revolución socialista, que es la negación del capitalismo mundial, tiene que ser una revolución global permanente. Por lo tanto, camaradas, detengan los caprichos de las facciones políticas, y en lugar de la eterna crítica de la Revolución Bolivariana, como dijo Fidel hace mucho tiempo, por favor, hagan su deber en todo el mundo: la revolución mundial socialista.

Precisamente, las luchas entre facciones en el seno del Partido Comunista de Rusia (RCP) y la Tercera Internacional de 1923 a 1929, básicamente se centraron en la pregunta de cómo el primer estado aislado de los trabajadores debería "correctamente" llevar a cabo sus políticas internas y externas en el interés de ambos, el proletariado ruso e internacional.

Esta es otra tarea urgente para el PSUV. En una clara violación de la tradición bolchevique de 1917-1923, Stalin en 1924 inauguró una nueva versión de un comunismo nacional restringido.

Cuidado, no hay tal cosa como el socialismo real científico en una isla, en un país o en un bloque. Al igual que el capitalismo mundial, el socialismo es su negación global.

Por lo tanto, la Tercera Internacional se había creado como un instrumento para la divulgación de la revolución socialista. La cuestión abierta a debate entre las facciones era la de la política de alianzas tanto en los países altamente desarrollados como en los subdesarrollados. Parece que relativamente temprano Stalin consideró bastante pequeña la posibilidad de propagación de la revolución internacional (véase su carta de agosto de 1923 a Zinoviev sobre las posibilidades de la revolución comunista en Alemania, en la cual aconseja un “paso moderado").

Luego Stalin elevó la antigua fórmula de la "dictadura democrática de los trabajadores y campesinos", a la cual se había suscrito como editor de Pravda en la primavera de 1917, a la condición de un programa para la Internacional Comunista. Ello se tradujo en derrotas para las clases revolucionarias y los partidos que las representaron. Aquí vale el reproche del "menchevismo" de Lenin, al menos en lo que respecta a la idea de que una revolución en países atrasados tiene que llevarse a cabo "por etapas".

Sólo a principios del siglo 20 el bolchevismo y el menchevismo se enfrentaron entre sí, por lo que más tarde el estalinismo y el trotskismo emergieron como los hermanos enemigos de los años veinte y treinta. En oposición total a la tradición marxista entera, Stalin, en defensa de su política interna en el otoño de 1924, proclamó la tesis de la posibilidad de alcanzar el socialismo en un solo país (Rusia). Al postular que incluso si no ocurriese más otra revolución, Rusia sería capaz de alcanzar el socialismo / comunismo con su propia fuerza, Stalin hizo en consecuencia de una necesidad autárquica impuesta, una virtud comunista nacional. Ya en 1928 Trotsky llamó esto una "teoría de promesas vacías", un "opio para el pueblo".

La historia verificó que Lenin y Trotsky han criticado correctamente todas las ideologías y prácticas revisionistas, reformistas y contra-revolucionarias. Indudablemente tenemos que aprender mucho de la praxis y la teoría marxista, y la podríamos enriquecer con nuestros propios esfuerzos emancipatorios peculiares.

En el marco de la teoría marxista el socialismo significa, de hecho, el excedente de producción (la creación y la creatividad) y la superación de la escasez de productos alimenticios mediante la cooperación internacional entre las economías de planificación de todos los países. Sólo en ese contexto existe un sentido de hablar del "desvanecimiento" del Estado, la abolición de la desigualdad, y la desaparición de las clases sociales.

No hay ninguna receta, mapa o planilla para la praxis y la teoría socialista, para la Revolución Bolivariana. La contra-revolución se encuentra en plena acción para derrocar al presidente Chávez en 2009. Tenemos que preparar nuestro difícil camino hacia la emancipación humana con la ayuda práxica y teórica histórica del marxismo viviente, con lo auténtico nuevo, con un socialismo auténtico.

Actualmente, el marxismo tiene la gigantesca tarea de trascender la Revolución Francesa democrático-capitalista globalizada y dar paso a la era de la Emancipación Humana creadora y creativa a nivel mundial.

franz@franzlee.org.ve
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Franz J. T. Lee


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