Ser

Ser o no ser, ¡Ese es el problema! William Shakespeare

El estudio del ser es, bien puede ser, la espada o el medidor que distancie un momento de apatía y de yugo, a otro de brillo y de referencia, de estereotipado colonizado a independiente y autónomo. El ser no es un objetivo sino un conocimiento de sí que opera sin emitir juicios (de otra manera, sería la razón la que empieza a “ser”) hasta sentir una total empatía de otro carácter en la que creer ES y sentir es poder de júbilo.

Muchos pueblos han tenido en la visión del ser, un real poder para el desenvolvimiento humano. Lo mismo un ateniense que un toromaina, un budista que un cristiano catacumbero, se aprende que la vida posee “despertares”. Otros pueblos han preferido el ultraje y la prohibición de esas vías para dormir a los subyugados. Lo peor es que ni para ellos se las tienen permitidas. También son subyugados.

El ser es la existencia en la conciencia, conexión con el planeta, con el todo, si es que puede ser comprensible con estas palabras. Bondad infinita inmanente, que no egoísta, sino punto de arranque, de COMPRENSIÓN, la categoría más difícil que disuelve los males paso a paso al destello del milagro.

La vía expedita no es precisamente un aula y unos apuntes, aunque sean necesarias ambas herramientas. Se me antoja creer que la meditación es la más versátil, pero como el concepto también ha sufrido muchas “adecuaciones”, es preciso trabajarlo en su acepción más aséptica, sin interferencias ni intromisiones, de dogmas, para que su beneficio cuaje donde tiene que hacerlo la conciencia de vida del que se inicia.

Ser implica paz y viceversa, desaparición del miedo al miedo. Los que adoptan posturas clásicas marxistas tienen por lo general temor de la influencia por creer que el estudio personal puede conculcar el egoísmo, o proporcionar sus veleidades, cuando es precisamente todo lo contrario, pues no existe estudio que refuerce la complementariedad que la observación de sí, y mientras más profundo es el estudio, más generoso y comprensible –alias, más sabio- se hace el pupilo. Decir lo contrario, es sencillamente que nunca se ha participado con ese instrumental, que se desconoce la fuerza natural, motor de todo esto, ya que se parte desde la falsedad, de explicaciones extravagantes, y menos aún, tener algún desarrollo intrínseco.

Poseemos categorías, mejor, creemos saber que manejamos categorías sin ni siquiera distinguir su esencia conceptual, y el paseo por ellas es de un inverosímil, que nos morimos habiendo tenido a nuestro cargo la coordinación de un hacer que jamás trabajamos, es más, que siempre le tuvimos miedo sin tener la más remota asimilación de lo que nos brindaba. Y aún así, creemos que nos las sabemos todas.

Cuántas veces hemos escuchado a una madre reprender a su bebé porque éste le “levanta” la mano (gesto además aprendido): “¡Respeta!” le escuchamos a la progenitora. Preguntamos ¿Qué sabe un bebé de respeto? Si fuese la sabia comprensión que habla, la madre le respondería con besos, para desarmarle su ira, pero la comprensión es una virtud que aprende el perdonado generalmente, puesto que es venganza lo que primero se nos graba. Por supuesto que responderías que el mundo que encontrará el bebé no dará besos a las malas crianzas. A lo que repostaría que nunca hubo desvío, ya que lo que es perfecto no tiene porqué hacerlo. La deformación –detectable en el nudo en la garganta- se hizo juez, no poder, jamás podría hacerlo.

Entonces para concluir con el ejemplo, el poder del amor se amplía desde el bebé y vive ampliándose en nuestra vida diaria. El poder del amor debe ser divulgado. La comprensión de circunstancia que se vive es como captar la luz de todo ello, ser sol. Con tal de que ocurra una vez y el camino ha atrapado un botín especial: La diafanidad. Las ocasiones ves que las puedes hacer, forjarlas, puedes apreciar el bouquet perfumado que delata cuál camino elegir.

La diversidad de ideas estalladas desde el racionalismo de Descartes regándose cual verdad sofista que cada cosa tiene su verdad procuró a la mentira hacerse de principios, y el poder, tal cual lo pregonaba el “profeta” Maquiavelo es el trofeo del príncipe, lo demás viene por añadidura, si lo deseas, aunque primero debes hacerte de tu seguridad.

Cuántas veces escuchamos sobre la conciencia, que si conciencia para esto, o de esto otro, contra aquello, conciencia revolucionaria. “El Honor es su divisa” reza el escudo de la guardia nacional. Apuesto 1000 contra uno que si agarramos a un guardia nacional cualquiera para que nos dé una explicación sobre el honor, NO SABE HACERLO. Y si, tal cual el aprendizaje del respeto que enseña la madre, de la misma manera “algo” atrapamos que suponemos deban significar esos valores.

En realidad es que el miedo funciona a diestra y siniestra. Esta república se denomina “Bolivariana” y es de lo menos que sabe. Hace pocos días en Margarita el Presidente hizo el comentario sobre los neo espartanos, que una de las pruebas más cabales de este pueblo, que le dio el epíteto, fue la de la victoria en la batalla de Matasiete ganada por Francisco Esteban Gómez con sus guerrillas (cerca de 400 muy mal armados contra casi 3 mil bien apertrechados); el primer mandatario no es la primera vez que se la otorga a Juan Bautista Arismendi. Que se equivoque o no, no es el punto, QUE A ESTA HORA EL PUEBLO LO QUE SABE DE REFERENCIA DE NUESTRA EXUBERANTE HISTORIA SEA POR LO QUE REPITE Y REQUE REPITE EL PRESIDENTE, ES UN CRASO ERROR ANTIRREVOLUCIONARIO. Esta es hora que la información sea difundida, que tengamos a un pueblo crítico, no un bobalicón de cuarentipico de años que aún lo vean para compotas, o por lo menos, no abrir las esclusas para que se fomente el estudio de los acervos que nos pertenecen, eso es de MIEDOSOS NO DE REVOLUCIONARIOS.

Me propuse de voluntario para hacer una investigación con todas las de la ley sobre la información de los billetes nuevos que poseen la valiosa información de los pilares comentados, y quedé como broza de gallinero. Que haya sido un amigo de “la Vereda 1” como dice un conocido mío de Barinas, o que haya sido Müller Rojas o Diosdado, y en Venezuela estaría divulgada la historia por los cuatro costados. O es que tiene que sabérselas todas el PSUV. Aunque el detalle no va con partido sino con ejecutividad. Qué tiempo perdido, y después se quejan del consumismo penetrado dentro de la vestimenta roja rojita. O lo peor o más ridículo aún, que tiene que ser a lo mejor una cooperativa el de la propuesta… Será que tengo que exponer las ocasiones que he tenido que dormir en el Waraira por no tener con qué o dónde pasar la noche con nadie en Caracas, que me ha pasado, pues a veces también se cansa uno de pedir, que no son favores de paso, aunque tampoco lo haría por el presente circunstancial, sino porque siempre creí en el socialismo.

Y si, este proceso está poseso de MIEDO DE SÍ MISMO, la valentía ha sido en parte la suerte de la catarata de dinero que ha mullido el encono de clases que se traía, pero de que tengan disposición de dar más allá a quienes no andan de corrillo, hasta allí le llegan las piedras a los comandantes. Lo más que pueden hacer es crear concursitos de esto o de aquello… por cierto, apliques de ignorancia cuarto republicanos.

El poder del pueblo sigue siendo una utopía con perfiles en la punta de la pirámide que decide por él, apenas lo del PSUV intenta cierta salida, pero que alguien tenga una propuesta propia, valedera, eso no vale, y cuidado si la plagian. El pundonor de ni siquiera una solicitud de explicación para ESCUCHAR SIN DEMAGOGIA NI HIPOCRESÍAS DE LAS QUE ESTOY HARTO DE ESTA ADMINISTRACIÓN, no he visto esa atención hacia tan siquiera UNA de mis propuestas. Esta de la meditación la propuse en La Mascota Verde, para PDVSA… negada por supuesto. La de la historia contada con las dos columnas promocionadas en los billetes, desde hace más de 8 años. Al segundo puente que abrirán en el Zulia, me opuse una vez (un feo artículo, pero fue el primero que hice para aporrea), y ahí está, el segundo puente se llamará Venezuela. A Vivian Ruiz en IAIME, le propuse que porqué no le cambiaban ese nombre por el de IARTES, allí está la nueva denominación. Pero claro, si eso llegó a la práctica no estoy corroborando que haya sido por mí. Lo que sí es cierto es que NO ESTABA TAN PELADO, para lo cual tampoco lo estuve cuando propuse ideas para el centenario de Miranda, que a esta hora más de la mitad de la población ya sabría quién fue el generalísimo, y sus rutas totalmente conocidas. Me pregunto si el propio Presidente se las sabe. Disculpen los que hayan salido con tuyuyos, y si salen con que soy un presumido les recuerdo el refrán con que titulé un trabajo una vez “cuando el dedo señala la luna, el estúpido mira el dedo”, el Presidente mismo que disculpe, pero no creo que yo sea el único, aquí hay más de uno que sabe echar los cuentos y facilitaría las cosas, pero hay que sincerarse.

Hay que SER. De otra manera seguimos pelando el pedal, y pelando pedales no se gana carrera y menos revolución.


arnulfopoyer@gmail.com


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Arnulfo Poyer Márquez


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