¡Para no volver a perder la democracia!

El venezolano está viviendo una época de verdadera revolución, él sabe que a través de ella se está buscando la manera de beneficiarlo realmente, no como aquella y que revolución de Octubre con la que los adecos trataron de esconder el infame golpe de Estado que dieron al más demócrata presidente que en el siglo XX tuvo el país. La nación venezolana sufrió graves consecuencias debido a aquel golpe contra el general Isaías Medina Angarita, pues ese golpe negó a los venezolanos seguir gozando de un verdadero sistema democrático, y tal negación de democracia duró desde 18 Octubre de 1945 hasta el 10 Enero de 1.999, más de 53 años de gobiernos despóticos en los cuales sobresalieron los corruptos que profesaban una sola característica ideológica; la inmoralidad.

Hoy hay que reconocer que el proceso político-social que ha impulsado el Presidente Hugo Chávez ha convencido a gran número de personas, muchas que antes fueron confundidas por siniestros políticos de oposición, esas personas han decidido pre-inscribirse en el partido socialista para darle el más amplio apoyo al líder que conduce este proceso de cambios y que no quiere regresar a etapas ya superadas. Porque ya la gente se ha dado cuenta que lo que quiere el Presidente Chávez es que en el país haya una mayor democracia, más justicia, más progreso, y entregarle poder al pueblo para que salga de la pobreza material, intelectual y de espíritu; condenas a las estuvo sometida sin misericordia este pueblo por los gobiernos del puntofijismo.

Ahora bien, es de suponer que pronto, para conformar el proyectado partido socialista, se efectúen las asambleas locales, sectoriales, parroquiales, municipales, estadales y nacionales, y en cada una de estas asambleas se discutan y se aprueben sus lineamientos y filosofía; para que al final puedan aparecer sus ideales escritos en los estatutos de la organización política. A estas asambleas podrán asistir todos los preinscritos como espirantes a militar en el partido socialista, sin embargo, aquellos asistentes recién incorporando a la causa que lidera el presidente Chávez deberán asistir como observadores y con derecho a voz pero no a voto.

Y una vez inscrito legalmente el partido socialista se deberá dar curso a la afiliación permanente, eso si, exigiéndole a los nuevos adherentes pasar por un período de prueba de seis meses, ésto con la finalidad de observar si en verdad desean ser militantes de la organización, y evitar se introduzcan en el partido elementos que puedan venir con intenciones malsanas a tratar de perturbar la consolidación de esta fuerza tutora de la democracia; la misma que en forma espontáneamente recuperó en menos de 2 días la democracia perdida el 11-12 de abril de 2.002. Otra cosa debe ser el comportamiento con el aspirante que siempre ha estado con el proceso liderado por el Presidente Chávez, a éste deberá otorgársele su credencial partidista de inmediato. Veamos que la diferencia que existe entre el método utilizado para la formación del partido socialista y los de la Cuarta República es del cielo a la tierra, aquí no se trata del consabido grupito de 10 a 15 personas que se ponían de acuerdo, firmaban un documento estatutario, procedían a inscribirlo en alguna oficina pública habilitada para ello y después de eso salían, los firmantes del documento, a desarrollar su labor proselitista para conseguir adherentes y así darle consistencia a la organización partidista; no, no, la formación del partido socialista es en el mundo algo novedoso y allí los asistentes ejercerán la más amplia libertad de expresión.

No tomando en cuenta la breve interrupción de la democracia en 2.002, no cabe duda que fue el ardor manifestado por un bravo pueblo, aupado por un líder de verdad, el que después de más de medio siglo de tener una democracia secuestrada por unos personajes sin sentimientos humanos, recuperó la democracia que hoy tenemos. Actualmente los reaccionarios están empecinados en retrotraernos al tiempo en los cuales ellos actuaron de la forma más perversa que alguien puede imaginar y quieren volver a sojuzgar al pueblo, vender el país e irse al extranjero; tal como sucedió hasta que el pueblo paró en seco el antipatriótico pacto puntofijista.


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José M. Ameliach N.


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