Aspectos relevantes

La coyuntura nacional

La coyuntura, luego del triunfo electoral del 3 de diciembre de 2006, se nos presenta aún más difícil, compleja y dinámica, requiere del ejercicio de la imaginación, de los poderes creadores del pueblo, como diría Aquiles Nazoa. Además del frente enemigo imperio-oligarquía siempre asechando, siempre conspirando, vamos a un debate ideológico sobre la construcción del socialismo en el propio seno del pueblo que debe darse en las mejores condiciones y con los mejores métodos. Están en el tapete desde posiciones reformistas, que no superan el denominado capitalismo social o popular, hasta reproducciones dogmáticas que no se ubican en el nuevo contexto histórico y son una rémora para el avance del proceso revolucionario venezolano.

Como se sabe, la estrategia insurreccional y golpista, apoyada por el imperio para derrocar el gobierno del presidente Hugo Chávez Frías, revertir el proceso de cambios revolucionarios previstos en la Constitución Bolivariana e impedir el avance al socialismo, tiene una explicación: históricamente las burguesías se desarrollan afirmando su independencia y soberanía frente a otros Estados. Fue el proceso del surguimiento de los Estados Nacionales. Nosotros no hemos tenido, en el sentido propio del término, una burguesía. De allí que utilicemos el concepto de oligarquía para designar una burguesía parasitaria que no produce bienes y servicios. En suma: nuestra clase dominante ha sido una oligarquía rentista o burguesía parasitaria que requiere del acceso directo a los ingresos petroleros para sostener su hegemonía en las relaciones capitalistas de explotación. Para ello, necesita el control del aparato estatal para distribuir y redistribuir los ingresos del oro negro en función de sus mezquinos intereses.

Por otra parte, hay que señalar, que esa burguesía rentista se caracteriza por que más que un modelo de acumulación de capital que genere bienes y servicios, históricamente entronizó un modelo de acumulación de riqueza de naturaleza delictiva, es decir, a través de la especulación, la usura, el contrabando, el lavado de dinero proveniente del narcotráfico y otros hechos punibles inimaginables...

Pues bien, esta oligarquía apátrida sólo respeta las instituciones cuando está en el poder y si le conviene. Si bien es cierto que las antiguas clases dominantes y aún más las tendencias fascistas y golpistas están debilitadas, no obstante, no hay que confiarse ni hacer concesiones. Todavía conservan importantes posiciones de poder en las instituciones estatales así como en lo económico, cultural y mediático. Ellos saben que por la vía pacífica, institucional y democrática, jamás regresarán al poder. Como ya se demostró el 11 de abril de 2002, su estrategia es y seguirá siendo subversiva y violenta. El regreso al poder de la oligarquía, apoyada por el imperio, significaría para nuestra patria una dictadura de corte neofascista. No hay regreso a la vieja democracia representativa como creen algunos ilusos de la autodenominada oposición democrática que dicho sea de paso participó al unísono en el golpe del 11 de abril de 2002. Les recordamos a estos señores que el ex-presidente de Fedecámaras, Pedro Carmona Estanga, derogó por vía de hecho la Constitución y disolvió de un solo plumazo todas las instituciones y, además, desató una persecución implacable contra el pueblo y funcionarios del gobierno. No respetó la dignidad humana ni las libertades públicas ni mucho menos se acató el debido proceso y el derecho a la defensa.

En toda esta estrategia insurreccional fue determinante la participación y apoyo del imperialismo estadounidense que hoy prepara una campaña comunicacional de guerra sucia y desestabilizadora para justificar un eventual magnicidio que permita la intervención militar de sus marines asesinos, apoyándose en la flamante Carta Democrática Interamericana, engendro reaccionario de la OEA. No hay duda, el poder imperial, con el apoyo de la oligarquía interna apátrida, se han planteado el aniquilamiento del proyecto bolivariano a cualquier precio. Es un enemigo que ha demostrado estar dispuesto a desarrollar su estrategia aun a costa de estrangular la economía, generar la anarquía y propiciar un genocidio. Si consideramos que para Estados Unidos está en juego apoderarse de un producto vital y estratégico como es el petróleo, cuyas reservas efectivas (22.000 millones de barriles) al actual ritmo de consumo anual sólo le alcanzan para diez o doce años, y que en un tiempo relativamente breve (veinte años) dependerán del 80% de petróleo extranjero, puede entenderse entonces que se trata de lo que ellos llaman “un problema de seguridad nacional”. Así mismo, el complejo industrial militar estadounidense, pese al desarrollo de la revolución informática y nuevas tecnologías, sigue funcionando con petróleo como principal fuente energética. Estas son, de por sí, razones de peso que determinan la política intervencionista de Estados Unidos hacia Venezuela, que tiene reservas petroleras de más de 300.000 millones de barriles. Súmese a ello, la derrota anunciada del imperio en Irak, donde no han podido controlar el petróleo.

Pero además, hay que agregar la importancia geoestratégica de Venezuela hacia el Caribe, Centro y Suramérica, así como la necesidad del Imperio de bloquear las tendencias populares y revolucionarias de los pueblos que han venido conformándose en América Latina y más allá, en el mundo que nos observa.


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Agustín Calzadilla

Agustín Calzadilla, 1942, abogado UCV, 1968; fue Secretario General del Centro de Estudiantes de Derecho y ex Presidente del COMITÉ DE DEFENSA de los DERECHOS HUMANOS; ex miembro de la Dirección Nacional de la OR/LIGA SOCIALISTA; profesor jubilado de Derecho Público en la UCV; ex jefe del Departamento de Ciencias Jurídicas, Faces/ UCV; Cursos de ampliación en Derecho Constitucional; fue miembro del Consejo de redacción de la Revista POLIÉTICA, que dirigió Daniel Hernández; colaboró con el entonces Suplemento Cultural de Últimas noticias; trabajó junto a Alí rodríguez Araque, en la demanda que se introdujo contra la APERTURA PETROLERA de la Cuarta república; presentó ante la Fiscalía de la misma época, una solicitud para anulación de los Convenios de Refinanciamiento de la DEUDA EXTERNA; ha publicado trabajos y folletos sobre La Reforma constitucional, el Socialismo del siglo XXI, y temas políticos y de coyuntura. Actualmente, prepara el trabajo PODER CONSTITUYENTE Y TRANSICIÓN SOCIALISTA (Reflexiones críticas sobre el proceso bolivariano) cuyo capítulo I, está próximo a publicarse.

 aguscalza1@yahoo.es

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