El Arado y el Mar

La batalla inevitable, su ausencia, el camino

Aquí, entre nosotros también sucedió, el capitalismo pudo derrotar, como lo ha hecho con otras Revoluciones en el mundo, al ensayo Socialista de Chávez. Y para asombro del mundo, lo hizo sin disparar un tiro. El capitalismo consiguió la fórmula para derrotar las pretensiones Socialistas de salvar a la humanidad, se trata de la traición. Es en el mar de la deslealtad, víctimas de sus hijos que han sucumbido las Revoluciones Socialistas. El madurato traicionó el mandato histórico de dar continuidad al legado del Comandante Chávez. Asesinó a la Esperanza.

Derrotado el intento Socialista, los capitalistas pasan a saldar sus cuentas. Hoy, en Venezuela, el centro de la pugna política es por dilucidar quien dirige la entrega de la Patria, quién dirige el tercer segmento de la batalla contra el Socialismo. El primer segmento fue el asesinato de Chávez, el magnicidio. El segundo segmento, lo dirigió el madurato,  el desmontaje material y espiritual del ensayo Socialista. El tercer segmento, es quien dirige la restauración capitalista plena, la entrega, sin son los mariacorinos, o son los maduristas. Esa es la batalla que presencia el país hoy.

El capitalismo ha conseguido un triunfo, posponer el ensayo Socialista, eso se debe reconocer  para desde allí, desde la autocrítica emprender la marcha del retorno al camino de la salvación de la humanidad. Y esto último no es exageración: la lucha, hoy, por el Socialismo, es como nunca la lucha por la sobrevivencia de la Humanidad, y debemos decirlo claramente, sin superar al capitalismo, sin Socialismo, no hay futuro humano. La vida planetaria se extingue en manos del capitalismo.

La tarea es compleja, comienza por hacer entender a una masa inmediatista, sin más visión que su mezquino entorno, y su tiempo corto, hacerla entender, que si no asume su papel histórico de responsable del futuro, no habrá felicidad posible ahora, y por supuesto no habrá vida mañana. Se trata de consolidar una dirección capaz proyectarse desde el futuro posible hasta este presente de batalla final. De esta manera, con una estrategia humanista iluminar las luchas cotidianas, darle otro sentido a la batalla.

El camino ya fue señalado por el Comandante Chávez, de allí su grandeza. El camino es el Socialismo, que podríamos llamar también, Humanismo, y por supuesto, también Cristianismo original. Es la continuidad de las luchas que vienen desde Espartaco, desde Cristo, y se nutre con las mejores batallas del humano por superar los sistemas de explotación del hombre por el hombre, del hombre lobo del hombre.

El futuro posible es grandioso: Liberar al humano, hacer que encuentre su verdadera condición de Ser Social, recupere la armonía con la naturaleza y con sus semejantes. Ese es el camino a la vida, a la felicidad de ahora y del futuro. Esa es la batalla inevitable, la de la construcción de ese futuro, la de la superación del capitalismo.

En Venezuela tenemos la posibilidad y el compromiso de construir el ejemplo que marque la meta. Chávez indica el rumbo., aquí queda su ejemplo, su enseñanza, sus leales. Su recuerdo es guía.

¡CHÁVEZ, ES EL CAMINO!

 LA BATALLA INEVITABLE, SU AUSENCIA, EL CAMINO

 

Aquí, entre nosotros también sucedió, el capitalismo pudo derrotar, como lo ha hecho con otras Revoluciones en el mundo, al ensayo Socialista de Chávez. Y para asombro del mundo, lo hizo sin disparar un tiro. El capitalismo consiguió la fórmula para derrotar las pretensiones Socialistas de salvar a la humanidad, se trata de la traición. Es en el mar de la deslealtad, víctimas de sus hijos que han sucumbido las Revoluciones Socialistas. El madurato traicionó el mandato histórico de dar continuidad al legado del Comandante Chávez. Asesinó a la Esperanza.

Derrotado el intento Socialista, los capitalistas pasan a saldar sus cuentas. Hoy, en Venezuela, el centro de la pugna política es por dilucidar quien dirige la entrega de la Patria, quién dirige el tercer segmento de la batalla contra el Socialismo. El primer segmento fue el asesinato de Chávez, el magnicidio. El segundo segmento, lo dirigió el madurato,  el desmontaje material y espiritual del ensayo Socialista. El tercer segmento, es quien dirige la restauración capitalista plena, la entrega, sin son los mariacorinos, o son los maduristas. Esa es la batalla que presencia el país hoy.

El capitalismo ha conseguido un triunfo, posponer el ensayo Socialista, eso se debe reconocer  para desde allí, desde la autocrítica emprender la marcha del retorno al camino de la salvación de la humanidad. Y esto último no es exageración: la lucha, hoy, por el Socialismo, es como nunca la lucha por la sobrevivencia de la Humanidad, y debemos decirlo claramente, sin superar al capitalismo, sin Socialismo, no hay futuro humano. La vida planetaria se extingue en manos del capitalismo.

La tarea es compleja, comienza por hacer entender a una masa inmediatista, sin más visión que su mezquino entorno, y su tiempo corto, hacerla entender, que si no asume su papel histórico de responsable del futuro, no habrá felicidad posible ahora, y por supuesto no habrá vida mañana. Se trata de consolidar una dirección capaz proyectarse desde el futuro posible hasta este presente de batalla final. De esta manera, con una estrategia humanista iluminar las luchas cotidianas, darle otro sentido a la batalla.

El camino ya fue señalado por el Comandante Chávez, de allí su grandeza. El camino es el Socialismo, que podríamos llamar también, Humanismo, y por supuesto, también Cristianismo original. Es la continuidad de las luchas que vienen desde Espartaco, desde Cristo, y se nutre con las mejores batallas del humano por superar los sistemas de explotación del hombre por el hombre, del hombre lobo del hombre.

El futuro posible es grandioso: Liberar al humano, hacer que encuentre su verdadera condición de Ser Social, recupere la armonía con la naturaleza y con sus semejantes. Ese es el camino a la vida, a la felicidad de ahora y del futuro. Esa es la batalla inevitable, la de la construcción de ese futuro, la de la superación del capitalismo.

En Venezuela tenemos la posibilidad y el compromiso de construir el ejemplo que marque la meta. Chávez indica el rumbo., aquí queda su ejemplo, su enseñanza, sus leales. Su recuerdo es guía.

¡CHÁVEZ, ES EL CAMINO!

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Toby Valderrama Antonio Aponte

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