El pueblo no tiene candidato

Desde la firma del Acuerdo de Barbados, entre el gobierno nacional y la denominada Plataforma Unitaria, los acontecimientos políticos en el país se han venido desarrollando de manera acelerada. A pesar de las mutuas acusaciones de violar los pactos suscritos, los diversos actores, firmantes y no firmantes, han estado afinando sus estrategias para su participación en el evento electoral, previsto y contemplado ene el mencionado acuerdo, a realizarse el segundo semestre de este año 2024.

No voy a considerar aquí lo concerniente a las estratagemas de las facciones actuantes para alcanzar el triunfo electoral. Me enfocaré en las condiciones específicas de la necesidad de cambio y mejores condiciones de vida que anhela la gran mayoría de la sociedad venezolana y las alternativas hasta ahora presentes que puedan ser receptoras de la confianza del pueblo para materializar esas aspiraciones sentidas del pueblo.

El país, en los dos periodos de gestión que lleva el actual gobierno ha experimentado la peor crisis económica y social jamás vivida en toda su historia. Allí han confluido tres factores determinantes: En primer lugar, la ineficiencia, incapacidad, caos y corrupción que ha caracterizado a la actual gestión gubernamental. En segundo lugar, la situación de guerra económica a que fue sometida la nación por los grandes grupos económicos tanto nacionales como foráneos. En tercer lugar, las medidas coercitivas aplicadas por EEUU y la Unión Europea desde el año 2019, que contribuyeron de manera dramática a empeorar la ya maltrecha economía venezolana.

Algo muy importante en reafirmar es que el gobierno desde los inicios de su primera gestión venía implementando una política de control social con miras a consolidar su permanencia en el poder y garantizar su continuidad. Es así como la primera víctima de estas políticas fue el salario y los diferentes beneficios que de él se derivan. Esto sin la aparición todavía de los factores de la guerra económica y la aplicación de las medidas coercitivas.

Llegamos así, entonces al escenario de las elecciones presidenciales con un país en gran calamidad social, económica y política y un panorama poco claro para las aspiraciones que tiene la población.

Cuáles posibilidades de cambio real existen que pueda dar respuesta a las grandes necesidades materiales del pueblo. Consideramos que no hay opciones que satisfagan esas expectativas.

Existen actores en la contienda electoral como la derecha extremista y violenta agrupada en la Plataforma Unitaria, la derecha llamada oposición moderada, y la derecha en el poder personificada por el candidato del oficialismo.

Ninguna de estas tres facciones, sea cual sean sus candidatos, representa una verdadera realización de cambio para el electorado, y el triunfo de cualquiera de estos aspirantes sólo conllevará a más frustración para la mayoría empobrecida del país.

Los sectores de la izquierda revolucionaria, los movimientos sociales, progresistas y nacionalistas no tuvieron ni tienen la visión suficiente como para conformar un gran movimiento electoral unitario popular que hubiera aglutinado ese gran descontento bajo un programa común de transformación económica y social a fin de encarnar una auténtica alternativa transformadora y de avance de los sectores populares en el evento electoral presidencial. Por supuesto que es un trabajo arduo visto los signos autoritarios del oficialismo.

Ante esta realidad, el pueblo se encuentra en una orfandad y carente de una vanguardia que los conduzca, primero a retomar sus conquistas reivindicativas logradas en los primeros años de revolución, y luego a dar el paso de la vuelta al poder por medio del voto en esta coyuntura circunstancial de elecciones presidenciales en la República Bolivariana de Venezuela. El pueblo no tiene candidato.

 

barretoplinio45@gmail.com



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