El liderazgo de Nicolás Maduro y la política exterior

La historia de la patria se escribe todos los días y en esa sucesión de eventos hay que reconocer el liderazgo de Nicolás Maduro, quien no sólo ha demostrado capacidad para asumir los destinos de la nación, sino voluntad y coraje para defender la patria. No se trata sólo de dirigir un gobierno, también le ha tocado conducir las riendas del poder de un Estado y junto a su pueblo, librar las batallas contra las fuerzas opositoras internas que han apelado a todos los esquemas de violencia, de alta traición y de métodos fascistas en sus prácticas perversas de las guarimbas. Así fue como quemaron y asesinaron a hombres y mujeres, incendiaron y destruyeron; secuestraron durante meses a las familias venezolanas.

También le ha tocado a Maduro hacerle frente a todas las sanciones, bloqueo y saqueo por parte del imperio norteamericano y sus aliados, quienes se han confabulado contra el presidente legítimo y constitucional, impidiéndole gobernar en la dinámica requerida, sino que el sabotaje es sistemático, que incluye las sanciones, la guerra contra las economía, ataque permanente a la moneda nacional; incluso impidiéndole comprar alimentos y medicinas y hacer que el pueblo sufra en los términos de la desesperanza y el desaliento.

No obstante, el pueblo venezolano ha sido testigo puntual de todo el ataque imperial y sus países aliados, que han diseñado diferentes planes perversos para que Maduro sucumba en las fauces del imperio; pero su temple, su liderazgo y su talante de estadista le han permitido hacerle frente a todos esos planes perversos y en el manejo de las situaciones adversas dirigir una asertiva política exterior enmarcado en el espíritu revolucionario de Hugo Chávez, apostando siempre a la defensa y grandeza de la patria. Precisamente, las alianzas con China, Rusia, Turquía y otros países, ha significado un fuerte apoyo para impulsar políticas de cooperación de mucho significado para nuestra patria.

Ese es el mérito de Nicolás Maduro, quien ha enfrentado a los enemigos y traidores de la derecha fascista; al imperio hostil y sus aliados sumisos y obedientes. Ha dirigido el diálogo interno y externo como instrumento de paz y ha sido una voz y fuerte impulsor de la unidad de los pueblos a través de la integración latinoamericana. Poco a poco las aguas turbulentas y las tormentas inducidas en algunos países hermanos de la región, están volviendo a su cauce. Ya se han retomado las relaciones diplomáticas y comerciales con Colombia; con el Brasil, de Lula, ya nos enfilamos hacia la relación plena. Igualmente, España acaba de enviar embajador a Caracas, reconociéndole a Nicolás Maduro su carácter de Presidente legítimo y constitucional.

Además de su liderazgo de compromiso tremendamente responsable, Nicolás Maduro es precavido y a ojo avizor desestimó asistir a la reciente cumbre de la CELAC, en Argentina. Allí, de acuerdo a lo dicho, se intentaría alguna acción contra Maduro. En ese sentido la cancillería venezolana emitió un comunicado donde manifiesta las razones de la no asistencia del primer mandatario nacional a tan importante evento cimero; pero donde se dejaba bien claro que nuestro país apuesta al diálogo constructivo, a la unidad latinoamericana y a la plena soberanía de nuestros pueblos. Ese es el liderazgo de Nicolás Maduro y la política exterior es el resultado de la toma de decisiones; es decir, del manejo prudente y acertado de las decisiones y el diseño de estrategias para apostar siempre a la grandeza de la patria. ¡Qué así sea!



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Eduardo Marapacuto


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