Entre acuerdos nos vemos...

Pues si, la política consiste en eso; batallar, conquistar espacios, hacerse reconocer y acordarse con el adversario, de allí aquella máxima, "la guerra se gana en la mesa de negociaciones", y la guerra... "es la continuidad de la política por otros medios", tan sencillo como eso. Esta batalla es larga, conecta históricamente causas y razones: Las batallas de resistencia de nuestros aborígenes, la batalla por la libertad de los esclavos de un José Leonardo Chirinos, hasta las batallas por la independencia y lo que hoy vivimos, todo forma parte de una misma batalla celebradas en tiempos distintos pero con las mismas razones, la búsqueda de la justicia, la paz y la prosperidad... ¿Acaso no es la misma batalla de hoy?

Después del 19 de Abril de 1810, la primera república no reconocida por el imperio, el momento de sentarse fue para una capitulación que le tocó al gran Miranda enfrentar, momento gris, triste para un hombre que recorrió el mundo luchando siempre pensando en un sueño, la gran patria americana, la Gran Colombia. Los resultados son conocidos, seguimos llevando palo del bueno, ganaron los malos, es decir, el imperio, y me perdonan la redundancia. Fue aquella una situación compleja; recordemos que la declaración de independencia se desencadena con la creación de una Junta Protectora de los Derechos de Fernando VII", imaginemos las contradicciones que consiguió Miranda, además nunca se priorizó el saldo de la deuda social, el proceso fue dirigido y modelado por una élite mantuana, que aunque en esa vanguardia se encontraban hombres revolucionarios la realidad social se sobrepuso y el imperio de entonces maniobró acertadamente manipulando a los pobres, surge entonces un Bóves y se convierte en referente de la justicia social reclamada por los pata en el suelo de todos los tiempos. Total que esa primera vez que nos sentamos a negociar con el adversario lo hicimos en condiciones muy precarias y fue para capitular y ante la derecha una capitulación significa la oportunidad de arrasarte, y esa misma derecha es la que hoy enfrentamos; los mismos motivos, las mismas razones, por algo Marx dijo: "la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases", independientemente como se le haya catalogado en su momento.

Luego Bolívar nos concede el primer laurel cuando se sienta con los representantes del imperio español para firmar el "TRATADO DE REGULARIZACIÓN DE LA GUERRA", allí si que ganamos y el imperio le tocó reconocernos como insurrectos y contumaces pero que queríamos ser libres y para lograrlo estábamos dispuestos a todo; Bolívar logra un triunfo político trascendente y que nos coloca en el escenario mundial como lo que hoy somos, Una República, traicionada muchas veces, pero que ahora, en pleno siglo 21 retomamos la senda de la victoria y de la lealtad.

Bolívar al igual que Miranda no vieron concretados sus sueños, ya era una realidad un nuevo imperio, el estadounidense y cayó sobre nosotros con su doctrina Monroe para dividirnos, confundirnos, comprarnos y todo lo que hace un imperio para someter a sus nuevos súbditos. Hubo intentos posteriores; la Guerra Federal de Zamora seguramente retomaría con fuerza el sueño del padre Bolívar, la traición una vez más y con su muerte se enterró el sueño nuevamente. Luego hubo intentos más o menos osados como el de Cipriano Castro, también traicionado por Gómez y ya el imperio gringo se dejó de pendejadas y se puso a gobernar directamente, Gómez fue su creación, le protegieron, le modernizaron su ejército, crearon la Aviación para combatir las insurrecciones de "los hombres a caballo", Maisanta por ejemplo. Todo quien se saliera del riel pro estadounidense pagaba las consecuencias. EEUU se apoderó del negocio petrolero y convirtió la patria en una factoría petrolera. Después de Gómez surgen tentativas, Medina Angarita y su 50 y 50. Gallegos, Delgado Chalbaud. Ni hablar de socialismo, fueron hombres que intentaron rescatar la patria vendida y pagaron con sus cargos e incluso con sus vidas... "me derrocó el petróleo" dicen que comentó Gallegos en su exilio. Según, a Delgado Chalbaud, por solo suponer que no doblaría el espinazo tan dócilmente le asesinaron. Detrás de nuestra historia de los últimos años del siglo pasado EEUU siempre ha tenido qué hacer en lo que respecta a la política venezolana. Recuerden el pacto de punto fijo, lo correcto sería llamarlo pacto de Nueva York, apadrinado por Nelson Rockefeller y donde echaron a la calle cualquier representación de izquierda o progresista. Llegó "el padre de la democracia", así le decían al adeco Betancourt, con humor podríamos decir que Ramos Allup vendría siendo algo así como "tío de la democracia", tan demócrata que sin norma constitucional alguna predijo con desparpajo "en seis meses Nicolás se va", así por así, sin fórmula legal alguna, solo por el deseo de un imperio a derrocar a troche o moche un gobierno que se atreve a plantear una sociedad socialista, una república independiente, justicia social e incluye más del 70% del presupuesto a la inversión social, que le obsequia viviendas a millones de humildes, que pensiona a todo el que llega a su edad, que le pone a pata de mingo una universidad a todos los pobres... ¡Por dios, algo así es insoportable para un imperio!

Así que llegó la revolución bolivariana y comenzó la batalla más larga, la batalla por el poder, el verdadero poder y allí nos volvimos a ver las caras con un imperio conspirando con sanciones, bloqueo, saboteo, persecusión y todos los items que esta guerra del imperio contra nuestro pueblo ha generado en todo este tiempo. A Chávez quisieron enamorarlo, lo pasearon incluso por wall street, con martillo y todo; al verlo rebelde lo rodearon de traidores, le dieron un golpe de estado, pero el pueblo se hizo actor en ese juego de poderes. Luego paro petrolero, el pueblo se hizo una vez más actor, hasta que mataron a Chávez. Muerto Chávez supusieron que era "pan comío" derrocar la revolución. Le tocó a Maduro lidiar el barco; bienvenida con Guarimba, "la salida", Venezuela declarada "amenaza inusual", sanciones, bloqueo, actos terroristas, drones, operación gedeon, el interinato con el pelele Guaidó, pero una vez más el pueblo se hizo actor y desde el soldado que está presto con el fusil listo para la defensa, hasta el niño que sale a buscar un tobo de agua porque las sanciones buscaban dejarnos sin ningún servicio, sin alimentos, sin divisas y de ñapa sin poder hacer compras en el mundo. Ha sido una guerra en donde los cañones no son del calibre de las pistolitas de juguete que puede mostrar Ramos Allup y los "dirigentes" opositores criollos; es muy evidente que ellos no se mandan solos, mandan en Washintong, allí es donde está el centro de la decisión opositora. Ningún dirigente opositor de esa derecha que está sentada en México es capaz de modificar una coma de nada sin el permiso gringo, es decir, ¡Estamos sentados con el imperio!.

No es que eso nos encante, pero en política, en la mesa de negociaciones se habla con los dueños del circo ¿Quienes son los que nos han hecho mayor daño? Sin duda las sanciones, el saboteo del narcogobierno colombiano, también colonizado por EEUU. El bloqueo económico y financiero, el robo de nuestros activos. Ha sido una guerra cruenta de la cual el mundo no hablaba. Sobre Venezuela se dice cualquier cosa en el mundo, pero no de que estamos en una guerra en donde el deterioro económico ha llevado a nuestros niños héroes a tener que asumir roles de adultos: cargar agua, limitarse de muchas cosas, nuestras guerreras mujeres a enfrentar el asedio diario para alimentar a sus familias, a los hombres a redoblarse en el esfuerzo y sacrificar unos niveles de confort bien importantes que logramos en los primeros años de la revolución. Eso no es por la acción de los dirigentes de la derecha acá, por su acción autónoma, digámoslo así. Todo ha sido por la decisión del imperio, la derecha nuestra no calza los puntos para enfrentar esta revolución, sola estarían en el 2% a lo sumo, dando pena. Los dueños de la oposición han hecho de todo por derrotarnos y no han podido. La respuesta no es otra que sentarse a negociar en México y donde sea. El imperio necesita bajar tensiones; sus títeres en latinoamérica están por el subsuelo, no dan pie con bola. Una segunda oleada progresista está incubándose en la región y será más radical. Con la ayuda de China y Rusia, además de Irán podremos construir un nuevo mapa comercial, la realidad así lo demuestra; pretendieron que no ingresara nada a Venezuela, pero no han podido, le hemos dado en la madre a los sistemas de inteligencia gringos, le hemos burlado, a pesar de los pesares, a pesar que nos han golpeado duro también, pero hemos aguantado y ya nadie nos detiene.

El imperio está tomando nota de todo esto, no crean que ellos son torpes, son un imperio, manejan recursos a su antojo, trampas, estratagemas, controlan muchas mentes, compran conciencias, sin embargo, la batalla que ha dado todo este pueblo deberá ser escrita algún día en moldes de oro. El país se levanta con un perfil propio, hemos rescatado la dignidad echada al piso por los politiqueros de la cuarta república. Ya incluso hoy dentro de la oposición surgen expresiones contrarias al imperialismo. Eso no le conviene a los gringos.

Así que deciden sentarse; los puntos álgidos seguramente tardarán en acordarse, soy ecéptico en cuanto al levantamiento de las sanciones, tendrán que hacerlo en algunas áreas: salud, alimentación, etc. Seguramente propondrán algunos acuerdos petroleros; y en materia política intentarán bloquear su adversario estratégico, China, Rusia, Irán. Lo cierto es que de nuestra habilidad y claridad estratégica depende que una victoria diplomática se convierta en un paso definitivo para la independencia económica, tecnológica y científica. Ellos saben que le metemos al loco y si nos bloquean buscamos la forma de romper ese bloqueo, pero también habrán evaluado cosas como: ¿Y si logramos empezar a caminar con nuestros propios pies? Eso no le conviene al imperio, por eso, ante lo inevitable, lo mejor, es mitigar la caída.

Maduro y su equipo ha demostrado que no es fácil de coger, que como se dice popularmente, "mueven la zurda", un acuerdo que nos permita avanzar sin tantos obstáculos no cae mal, eso si, la batalla la ganaremos el día que podamos caminar en lo esencial con nuestros propios pies. Eso es complicado en un mundo tan interconectado, pero no es imposible... Estamos Venciendo!!!



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Luis Alberto Toro Ojeda

Publicista. Militante de izquierda. Integrante del Frente Bicentenario de Campesinos del estado Trujillo. Integrante del PSUV.

 latojeda@gmail.com      @latojeda

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