Socialismo reflexivo (XXIII) Proceso histórico

Nunca antes, el proceso político objetivo había manifestado las condiciones
apremiantes socioeconómicas del pueblo, mostrando un nivel de conciencia
anticapitalista y antiimperialista como lo ha hecho ahora. De ahí que
generalmente nosotros que hablamos de construir un nuevo socialismo, por
supuesto, tengamos que preservar los valores del proceso histórico de la
doctrina bolivariana, su impacto sobre Latinoamérica y buscar la forma para
que nuestras civilizaciones no continúen mas detenidas en el tiempo en lo
que se refiere a su integración estructural tal y como lo quisieron sus
predecesores, todos muertos por la apatía, la traición y la venganza de
aquellas terribles oligarquías, hoy invulnerabilizadas, protegidas y
amparadas por el imperio norteamericano. Bolívar no fue ningún soñador, ni
utopista, ni mucho menos profeta, como lo afirman sarcásticamente algunos de
sus adoradores, Bolívar fue un científico que manejó una idea y una practica
comprobada que mediante sabias inducciones y deducciones ejecutó acciones
revolucionarias militares para alcanzar la libertad, la unión, la igualdad,
la justicia y el poder continental.
Los cuatro rostros de la indiferencia en la historia Latinoamericana.

LA ILUSION: Siendo libres, llego la promesa imperial de darnos la libertad.
No fue más que un ardid para aprovecharse de nuestros indios, creada
ideológicamente por los salvajes españoles que vinieron a esclavizar hace
5l5 años.

LA FE: Conquistada por Bolívar, a su muerte es traicionada y arrebatada por
los politiqueros oligárquicos que pasan a vivir de ella.

EL TRIUNFO: Agonizante, nacen nuevos hombres y se lanzan de nuevo a su
conquista.

LA DERROTA: Pero estos se hacen caudillos y acribillan sus causas,
descuartizan cada vez mas todo lo que construyó Bolívar.

No existe duda, cuando investigamos la historia nos encontramos con la
sorpresa de que esta es, en esencia, continuidad y solidaridad. Aunque el
hombre trate de evitarlo, ella se desarrolla de generación en generación.
Por consiguiente ella enlaza los tiempos y los procesos de antes, hoy y
después.

¿Quién lo puede negar?, en ella esta el equilibrio de la humanidad. Están
las luchas de los hombres, las atrocidades, infelicidades, triunfos,
derrotas, construcciones y destrucciones del hombre como ente social,
humano, libre y esclavo. Ella esta en el tiempo y en el espacio, en la vida
de todos. Los que viven y han vivido y es permanente porque en su
conciencia y en la forma cualquiera que sea investigada y escrita, es
lección para el futuro. Es así, como pasado, presente y futuro se
solidarizan, para que el hombre en su forma y su proyecto, avance se
estanque o muera.

El hombre hace la historia, ella es su raíz, su producto, porque aquello que
se designa con el titulo de historia del mundo, no es sino el producto del
hombre, su trabajo, la acción humana y su resultado.

El hombre al hacer su historia, se hace a sí mismo, hace su trabajo humano.
Así llegamos a nuestra propia historia, así nos vamos a familiarizar con
nuestras obras, las que nos dejaron nuestros antecesores, buenas y malas,
para que cada uno sumamos una unilateralidad, pero que la que sea, la veamos
constructora, libertaria y justa. Por este camino los
Latinoamericano-Caribeños nos elevaremos por encima de todas las necesidades
naturales, es decir, busquémonos en la concepción de la praxis humana, que
es humana solo en la medida en que el trabajo humano se diferencie del
trabajo de cualquier otra criatura deshumanizada.


CULTURA BOLIVARIANA

A la muerte del Libertador, en 1830, la decepción viene a apoderarse del
mando, del origen libertario que nos haría un continente para poder ser
libres, fuerte y poderosos.
En Colombia, Santander el implacable, gobierna rodeado de jueces, policías y
ladrones, se da a la tarea de construir nuevas leyes para favorecerse,
protegerse de la causa Bolivariana, es decir, de la libertad y la justicia.
Santander no comprendió a Bolívar, no lo pudo comprender, porque su
pensamiento metódico era opuesto totalmente a la intuición genial de
libertador.

En Venezuela, Páez el Centauro de los Llanos, ya había condenado a Bolívar
al destierro. Ahora traiciona su causa, se hace caudillo y primer
Presidente de Venezuela.

En Ecuador, Flores destierra a Rocafuerte por democrático, popular y por ser
blando con el pueblo Ecuatoriano.

En Bolivia, Sucre, alma del Bolivarianismo, mano derecha del Libertador,
Mariscal de Ayacucho, es vilmente asesinado por sus propios hermanos de
armas.

En Perú, cae fusilado Salaverry por Bolivariano.

Los que han medido su conciencia, su valor, ya están fuera. Las manos del
disparate, de la desunión, de la tiranía, empuñan el nuevo poder con mano de
hierro, como si la muerte del Libertador, fuese el verdadero signo de las
libertades apenas conquistadas. Muere la piedad, nace la demagogia, crece
el odio. No se perdona, se asesina.

Así en los países desunidos de Bolívar, se reproduce, los que ávidos de
mando y poder comienzan a llamar a los revolucionarios y sus acciones: ¨
violencia infernal, microbio insurrecto, bandadas incendiarias, cuatreros,
bandoleros y asesinos, alzados inconstitucionales. Temerosos de estas
hordas vandálicas, los oligarcas pregonan la paz, pero se olvidan de la
libertad, el trabajo, el estudio y la salud de los pueblos.

No entendieron la historia, menos la causa Bolivariana. Jamás supieron, ni
sabrán que estas: Son las convulsiones de la verdadera libertad y justicia.
Cuatro rostros diferentes han pasado por nuestros horizontes: La ilusión, la
fe, el triunfo y la interminable derrota.
Es verdad, la libertad exige testigos, exige militantes, soldados
revolucionarios, en ellos esta su laboratorio practico y puro, porque son
los pueblos quien la hace y la deshace, La libertad grita, sangra y se
desparrama en la mente de los hombres. Y cuando la mencionamos es necesario
amarla y solo se ama de verdad lo que bien se conoce.

Durante 1818 a 1823, Bolívar lucha incansablemente por aminorar el
predominio incontrastable que comienza a desarrollar la naciente burguesía
criolla, esta en 13 años que lleva ya la guerra de independencia, también
trabaja para su fin. Los decretos de Cúcuta y San Cristóbal, emanados por
Bolívar, hace virar a los terratenientes de Bogotá y Caracas, comprendiendo
que en el Libertador y sus causas se encontraba el mayor enemigo y que éste
no les estaba permitiendo el mantenimiento de esos privilegios, que ellos
solo querían para sus intereses personales o individuales. Por consiguiente
su insistencia en la liberación total de la mano de obra esclavista y rural
y la de fortalecer los resguardos indígenas a expensas de las encomiendas,
señalan el principio de la campaña “ANTIBOLIVARIANA”, haciendo que las
oligarquías nacientes se reagruparan para enfrentar a tamaño enemigo.

Así se da rienda suelta a conjuraciones, descréditos a las causas y al
Libertador. Era la única forma de que estas pudieran ascender al monopolio
del poder político. Muerto Bolívar la reacción “ANTIBOLIVARIANA” deroga de
inmediato la ley de manumisión del Congreso de Cúcuta y la sustituye por la
ley del 2 de octubre de 1830, la cual retardaba y complicaba la aplicación
humanista reforma por la cual Bolívar, intrépidamente había luchado en todos
los congresos y consejos de gobierno.

En la estadía de Bolívar en el Perú, la burguesía criolla opositora a sus
ideas socio-políticas y a sus principios revolucionarios invaden de extremo
a extremo el poder político y lo hacen mediante el predominio económico el
cual han logrado rehacer a espalda de la causa, pero protegidos y amparados
por la guerra.

Acaparan tierras productivas amplían las encomiendas y despojan a las
comunidades indígenas. La indiferencia y el abandono de la pestilente
oligarquía colombiana, hace que Panamá, tan importante para el Continente
Latinoamericano se quiebre. Esa casta imbécil nunca entendió ni entenderá
la importancia de los litorales en el desarrollo armónico de un país, menos
para un Continente. Subestimo siempre a Panamá y lo sometió a un trato
bestial y discriminatorio y así en 1903 lo negocia con los nuevos fariseos
del mundo.

“El nuevo imperio lanza sus garras mortales ante esta exitosa amputación “I
too the canal”, expresaba el flamante premio Nóbel de la Paz, Teddy
Roosevelt, mientras contaba como había independizado a Panamá”.El imperio
aprovecha esa imbecilidad ambiciosa para fijar allí sus bases hegemónicas
continental. A cambio de esta traición a la causa Bolivariana, la oligarquía
ignorante colombiana recibe la miserableza de veinticinco millones de peso .
(Continuará)

vrodriguez297@hotmail.com





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Víctor J. Rodríguez Calderón


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