Socialismo reflexivo (XX)

Por: Víctor J. Rodríguez Calderón
¿Somos antiimperialistas? Nuestra política es clara en este concepto,
buscamos la libertad absoluta y no queremos ser dependientes de una
dominación deshumanizada.

Nuestra política es la del rescate de todo lo nuestro y no van a escapar
nuestras riquezas naturales. La explotación neocolonial de que es objeto
nuestro petróleo nuestro gas y nuestro hierro no puede continuar. Este es
un problema que estamos dispuestos a encarar con firmeza nacionalista y
revolucionaria. Cada día estas riquezas son expoliadas por los consorcios
extranjeros. ¿Qué nos depara el futuro? Nuestra Revolución Bolivariana
popular y democrática nacional es la línea divisora mas acá de la cual se
abre la perspectiva de Bolivarianizar auténticamente en forma definitiva y
concreta contra el imperialismo criollo y extranjero.

Bolivarianizar es la honda de las transformaciones sociales, no solo de
Venezuela, sino de los países Bolivarianos, dejaremos de ser los islotes de
la pobreza, de la miseria y el hambre. Los Bolivarianos hemos nacido por el
bien de nuestras naciones. El reformismo impuesto por el imperio para vivir
en un mundo fantasmagórico y demagógico, acabó.


Posición socialista ante la pérdida de nuestro territorio. El concepto
Bolivariano en cuanto a la política internacional fue muy claro, hacia 1825
era ya patente la existencia de un pensamiento o más bien de una acción
latinoamericana sobre la política exterior. En esa época la Europa de la
Santa Alianza comenzaba con poner fin al resultado de tantos años de lucha
por la emancipación, no porque pretendiera devolver sus colonias a la
metrópoli española, sino, porque como lo expreso Bolívar:
“Se toma como pretexto el sistema democrático, tan
aborrecido por los tronos continentales, para hacer
la guerra a las nuevas Republicas”.
Pero el concepto mismo de esta idea internacional latinoamericana, está
expresa diez años atrás, cuando Bolívar lo resume en aquel tiempo de días
aciagos por su exilio en Jamaica en el año 1815, de la siguiente manera:
“Que bello sería que el istmo de Panamá fuese para
nosotros lo que el Corinto para los griegos. Ojala que
algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto
congreso de los representantes de las republicas, reinos e
imperios, para tratar de los altos intereses de la paz y de
la guerra, con las naciones de las otras tres partes del
mundo. Aún cuando este Congreso no fuese más que
un cuartel de la sagrada liga, su utilidad e importancia
serían inmensos”.
Su idea de una federación latinoamericana, tan mal interpretada por las
oligarquías de todos los tiempos, presuponía una acción conjunta de lo que
concebía como “cuerpo político formado por todas nuestras republicas”,
citando el pensamiento del libertador, sin importar sus sistemas de
gobernabilidad.
Había que salvar aquel incipiente cuerpo político, aquel ente
latinoamericano, era la primera función que el destino imponía según su
concepto internacionalista.
Pero el 17 de Diciembre de 1830, este pensamiento, esta acción, se perdía
totalmente, fue como la única oportunidad que tuvimos para hacer nuestro
propio mundo, ese mundo de nosotros potencial y libre. Todo se desmoronó,
llegaron las divisiones, las diferencias y se hicieron efectivas las altas
traiciones, las pequeñas oligarquías aseguraron su hegemonía y sustituyeron
a la de España en sus privilegios, se aseguraron de matar para siempre a
Bolívar, sepultándolo y profanándolo en el tonto destino destinado a los
quijotes del mundo.

Desde ese momento la superficie territorial venezolana empieza a reducirse
paulatinamente en beneficio de las naciones vecinas. Venezuela se consumió
por la apetencia de poder y protagonismo de quienes llegaron a gobernarla y
una diplomacia tonta e inepta, salieron siempre con las tablas en la cabeza
en todos los importantes litigios fronterizos. A lo largo de las
reclamaciones fronterizas, las amenazas de guerra con los países litigantes
estuvieron presentes, pero de ahí no paso, como también estos problemas
fueron de uso común por los politiquillos que candidatizados siempre
enarbolaban el pabellón demagógico de esos problemas en la política interna
de nuestra nación. En 1987 la corbeta colombiana “Caldas” incursionó en
nuestras aguas territoriales provocando un enfrentamiento entre los dos
países, pero no ocurrió nada, quienes gobernaban para ese entonces no
tuvieron la fuerza y aculillados no supieron cumplir con las tareas que
tampoco habían encontrado solución en los palacios de los cancilleres. En
realidad nuestra nación siempre infestada de caudillos, de guerras,
guerrillas, montoneras, revueltas, golpes, y politicomaníacos, no tenía
tiempo sino para vivir dividida e inestable, sin darse cuenta de la tierra
que se perdía. Posición ante el golfo. Nuestra política definida es que en
relación a este problema no tenemos nada que discutir. El golfo es de
Venezuela. Más sin embargo precedidos del sentimiento Bolivariano que
practicamos tenemos un planteamiento UNIONISTA no solo con la hermana
República de Colombia, sino con los demás países Bolivarianos para trazar un
proyecto de UNIDAD BOLIVARIANA, donde desaparezcan las fronteras y
unifiquemos nuestras naciones bajo un solo estatus económico, político y
social. Tomando así la Unión de Estados Federales de Bolívar. (Continuará…)

vrodriguez297@hotmail.com


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