¿Lacava se tambalea por un artículo de opinión en Aporrea?

En horas de la tarde de ayer se  inició en las redes una verdadera fiebre de apologías hacia la persona del gobernador de Carabobo. Fiebre que hasta el momento parece solo afectar a quienes ocupan un cargo político o institucional. Los síntomas se manifiestan en una verborrea de halagos a la persona del gobernador y de descalificativos para no sé quién.  Una de las declaraciones oficiosas definió, al fin, que todo va en respuesta a cierto artículo, publicado en las redes, por cierto señor, ¡Qué maravilla cuando  la opinión de un amigo ciudadano es atendida tan solícitamente por las autoridades!  Lástima que al espíritu de humildad autocritica le cueste tanto salir de las oficinas gubernamentales. 
 
Después pude leer con calma el artículo de la discordia: “Preparan la destitución de un gobernador neoliberal”, firmado por un tal Arnaldo Aguilar
Dorta https://www.aporrea.org/regionales/a285856.html, debo admitir que me decepciono. En él se hace pública una posición sobre el papel y rumbo político jugado por el gobernador Rafael Lacava, en medio de una serie de proposiciones generales,  algunas frases sueltas, e ideas, que por simpáticas que puedan sonarles a muchos terminan expresándose de la manera más tremebunda e irrealista, aunque con el sustento de cierta preocupación por el rumbo revolucionario de la política estadal.
 
Que alguien que se reclame chavista dé su opinión, por poco sutil que sea, sobre la actuación de gobierno constituye, compártase o no,  el uso normal, esperado y ojalá un día incentivado de la libertad de expresión consagrada por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y el deber de debatir de todo buen militante revolucionario. 
 
En cuestión de horas el humilde artículo, redactado por quien no figura ni como sombra en la arena política, que no dirige instancia de poder alguna,  recibía de parte de encumbradas figuras de la política regional una andanada de respuestas de tal proporción que no es de extrañar alguna rueda de prensa, primera página u horario estelar de TV. Y yo me pregunto ¿Cómo sería la vida si cada comentario de descontento en las redes sociales fuera contestado por la totalidad de la plana mayor política del estado? ¿Tan holgada está la agenda política y gubernamental que hay tiempo para responderle a un anónimo? ¿El pundonor personal del gobernador es más importante que aclarar que se hará por fin respecto a la masacre de precios que nos mata en vida? 
Las opiniones de un ignoto del teclado valen más que responder ante la ciudadanía por descarados hechos como los despidos de más de 3000 trabajadores de la región y la sistemática violación de la ley laboral por parte de las cúpulas empresariales?
 
¿Pero por qué la opinión de un individuo crea tal alud de reacciones oficiales y oficiosas? ¿Cuál es el temor que de una opinión puede tener una fuerza que dice poseer todo el apoyo local y nacional, popular e institucional? ¿Por qué esa energía en el rechazo del comunicado de un perfecto desconocido? ¿Para qué hacer de dominio público lo que tranquilamente hubiera pasado por debajo de la mesa? Dejemos que los personajes hablen para apreciar lo que hay de fondo. 
 
La casi totalidad de los comunicados, de manera muy coordinada, se centran en dos puntos principales; la “defensa de la unidad” y la “esencia” del chavismo, que supuestamente representan Lacava y su gestión. 
 
En cuanto a la unidad se acusa al personaje de quererla socavar sin fundamento (Gustavo Gutiérrez) lo que lo convierte en un “enemigo de la patria” (Alejandro Marvez) que estaría siendo utilizado, sin saberlo, por la quinta columna (algún cobarde detrás de un pseudónimo). Unidad, Unidad, unidad, dijo Chávez. Pero, ¿Qué es la unidad?  Esto lo deja bien claro la Declaración de Principios Vigente del PSUV aprobada en su 3er congreso:
 
“El Partido concibe la unidad como producto de la cohesión en torno a los valores y principios colectivamente aceptados, reflejados en el Programa, sus estatutos, sus fundamentos ideológicos y su accionar político, destinados a erradicar el fraccionamiento de intereses particulares y la anarquía y sustituirlos por el interés colectivo y el bienestar social.” (PSUV, 2010, Libro rojo, Pág. 10) 
Y una idea de dichos valores y principios nos la da al declarar en la misma página que el partido: “Proclama su pertenencia a la clase trabajadora explotada y oprimida, así como a todos los hombres y mujeres que abracen el ideal bolivariano y socialista” (ibíd.)
 
Tenemos así que la unidad es en base a unos principios, por lo que las divergencias respecto a la actuación de un funcionario no pueden debilitarla. Que Aguilar, ahora celebridad lacavista, exprese su opinión sobre la actuación política del servidor público Rafael Lacava no es un tema de unidad, sino de cumplimiento o no de los principios que justifican y mantienen a esa unidad, que como vimos puede ser todo lo amplia que se quiera mientras se mantenga el inequívoco acompañamiento y pertenencia a los  trabajadores, explotados y oprimidos. 
¿Y los principios fundamentales? ¿Y la esencia del chavismo? ¡Volvamos al Libro Rojo! 
 
“El capitalismo atenta contra la condición humana y contra la permanencia de la especie (…)El Socialismo es la única salida para garantizar la existencia de la humanidad.” (Pág. 11) 
Y de manera terminante: “El Partido nace para defender a la Patria, para llevar la Revolución a su objetivo emancipador, como instrumento para llevar al pueblo y a los explotados al poder, para ponerse al servicio del tránsito del capitalismo al socialismo, transformando progresivamente las relaciones de producción, de intercambio y de propiedad de los medios de producción para la liberación de la clase trabajadora, terminando con el control y monopolización de los medios de producción por la burguesía, transfiriéndolos al poder de los trabajadores y trabajadoras, a las comunidades y para sumarse a todos los pueblos del mundo en la tarea de enterrar al capitalismo y edificar un mundo nuevo, a la medida de una humanidad libre y plena. Esto implica la socialización de los medios de producción, la distribución racional de la tierra y de las riquezas, combatir la corrupción y el burocratismo. Se trata del cambio del modelo económico rentista, mono productor y consumista por uno productivo y diversificado, que apunte hacia la satisfacción plena de las necesidades humanas.” (Págs. 11-12) 
 
¿Representa precisamente Rafael Lacava, gobernador electo por la tarjeta del PSUV y que hoy día ha dado la orden a dicho partido para responder negativamente una opinión particular, a estos PRINCIPIOS del PSUV? ¿Rafael Lacava que públicamente se ha declarado partidario del libre mercado, la desregularización y la privatización?
 
 ¿En qué momento privatizar se convierte en la liberación de los trabajadores?
 
Pero hay quien insiste en que Lacava representa un nuevo tipo de economía diversificada que impulsa la independencia. 
 
Pongamos el caso del gas. PDVSA gas extrae y un privado monopoliza el transporte y la venta, dolarizando un recurso que nos pertenece a todos. Y mientras nos dicen que el gas está disponible, que no el dinero para pagarlo, PDVSA sigue su curso de desinversión hasta el colapso en un proceso que sólo beneficia a ciertos socios-listos, mientras se hipoteca el futuro del país. ¿Esa es la independencia y soberanía? ¿Qué costaba aplicar los principios del Libro rojo y profundizar la experiencia de los estanteros comunales y aplicar vigilancia y control a los funcionarios? 
 
¿Sancionar con desmejoras laborales a los trabajadores de PDVSA y no hacer nada contra las gerencias ineficientes es cumplir con los principios del partido y del chavismo? 
 
Pero eso es solo un caso. Los acólitos de la gobernación insisten en que lo importante son las acciones que resuelvan. “Lo que hay que hacer es hacer”, se dice ¿hacer qué?, ¿quién? ¿y para qué? Pregunto yo.  Y entre tanto tatequieto que recibió el artículo el Alcalde Gustavo Gutiérrez nos sorprende con una profunda defensa del pragmátismo que inicia de manera consecuente con un plagio de un escrito de julio de 2014 de la autoría de Alfredo Serrano (https://www.google.com/amp/s/www.telesurtv.net/amp/bloggers/El-enigma-del-pragmatismo-en-la-economia-venezolana-GISXXI-20140727-0001.html). 
 
Dicha frase es:
 
- Chávez fue absolutamente pragmático asumiendo plenamente esa tesis de Marx que defendía que “los filósofos se han limitado a interpretar el mundo; de lo que se trata ahora es de transformarlo”
 
Con lo que se confirma que no se le ha entendido ni jota ni a Marx ni a Chávez. Y hago mención de esto pues nadie que defienda el pragmátismo puede decirse representar la genuina esencia del chavismo. 
 
 El pragmátismo, el “lo que hay que hacer es hacer”, es en el fondo hacer siempre lo mismo, ante la masa pasiva, para que nada importante cambié, para que al final del día el oprimido siga siendo el oprimido. Y Chávez nos alertó sobre aquello del “gatopardismo”, la búsqueda de “cambiarlo todo para que nada cambie”.  Y efectivamente todo ha cambiado en Carabobo. Ha desaparecido toda referencia al socialismo y al estado comunal. La imagen de Chávez se pierde en el olvido mientras el color rojo, color de lucha popular, es prohibido en todas las instancias, privatizadas o no. Todo esto porque “Los que pretenden aferrarse a los esquemas tradicionales de hacer política, pues sencillamente fracasarán” ¿Más tradicionales que la emisión de ordenes jefe-empleado desde los despachos de gobernaciones y alcaldías, instancias que en su día Chávez, el subversivo de Miraflores, objetó? 
 
¡Estamos en el mundo al revés! Insistir en los principios populares y anti-neoliberales del proceso bolivariano es ser “dogmático”, “idealista”, “intelectual”  ¡Que poca cosa! ¡Pero las viejas recetas del neoliberalismo, de la eficiencia macroeconómica hambreadora, contra las que precisamente insurgió  Chávez un 4 de febrero, son recibidas, celebradas, con los brazos abiertos!
 
Y he aquí porqué el temor a la simple opinión de una simple persona. Estos personajes que han monopolizado las decisiones partidistas ven con terror el rescate de la línea revolucionaria de Chávez, ven con terror que el Poder Popular insurja sobre autoridades que pervierten el papel contralor y politizante del partido de Chávez para subordinarlo a una dirección despolitizadora. Por lo que se ha decidido usar de ejemplo al primero que se asomó, que pudo haber sido cualquiera, mostrando un frontal malestar ante una gestión que olímpicamente ignora los problemas urgentes de los carabobeños. 
Concluyo con lo más picante del artículo que ha suscitado tantas reacciones.  
 
“En este contexto, es donde el personaje Lacava entra en escena para actuar con un doble papel: 1) como peón en la lucha interna de poderes dentro del Psuv Carabobo,
 
y 2) como reserva protofascista de los planes imperialistas contra Venezuela.”
 
Aquí vale una corrección y una aclaratoria. La corrección es que la ola de respuestas, homogéneas, mecánicas, irreflexivas, casi robóticas, demuestra que evidentemente Lacava no es un peón, ni ninguna pieza, sino la mano del capital que mueve el tablero psuvista en contradicción a los principios y estatutos del partido. Se dio una orden terminante y sin derecho a réplica de descargar con todo sobre una opinión que puede tener cualquier mortal, sobre la opinión de quien no figura en el panorama político (que será de los demás). Y uno se pregunta ¿La gobernación es del PSUV o el PSUV es de la gobernación? ¿El partido controla a las instituciones o se deja controlar por ellas? 
 
La aclaratoria viene al caso porque aunque los adjetivos usados, “reserva protofascista de los planes imperialistas…”  fueron muy fuertes, se debe entender la preocupación que surge en alguien de las bases cuando un gobernador, criado en Estados Unidos, amigo de políticos republicanos (esos que invaden países, acosan al migrante y ordenan golpes de estado), pone todo en inglés, se pasea por el imperio que nos bloquea y asedia a la vez que en calles e instituciones desaparece todo lo relacionado con Chávez. En verdad que las veces que al gobernador le han preguntado cómo es que le bloqueo y el asedio no existen para él, el hombre se queda sin palabras. ¿No sabe explicarse o la verdad es inconfesable? Recordemos que el Partido Republicano, hoy gobernante en Estados Unidos, posee el IRI (Instituto Republicano Internacional), que recibe fondos del Congreso, estando dedicado a la promoción de partidos y vocerías políticas capitalistas conservadoras. Todo esto lo pone a pensar a uno ¿Ya claudicamos? ¿Carabobo es cabeza de playa para una invasión ya servida? Quizás no sea así, espero, pero el equipo de la Gobernación debe admitir que las apariencias que han creado ayudan a pensarlo.
 
Igual sigo sin entender la saña en el linchamiento moral de un simple particular por el simple hecho de anunciar ideas nacidas de la tremenda confusión que impone la actual dirección despolitizadora de la región.
 
 Me despido afirmando mi apego a los principios y estatutos, vigentes hasta nuevo aviso, del Partido Socialista Unido de Venezuela. Por allí los histriones de opereta hablan y se burlan del “chavismo real” ¡Pues bien!, yo me declaro partidario del chavismo real, de un chavismo de verdad, no de esta comiquita gringa que no se entiende de donde viene y a donde va. 


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Jeison Rondón


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