Principio borroso

El principio de borrosidad, dice que todo es cuestión de grado, mas y más, aun y aún, a esta definición faltóle más complementariedad, y desde esta trinchera luchadora formativa venezolana de Aporrea, hemos de agregar al principio borroso: "Todo es cuestión de grado, llevado, el todo, por un tanto factual distintivo, por una descripción distintiva detallada". El todo es cuestión de grado, en el tercio incluso aristotélico profundo, de los casos límite contradictorios de la forma exceso y defecto, contenidos que contiene el continente ser y noser, de la enciclopedia védica upanishad sánscrita de la modernidad ilustrada originaria einsteiniana. Ese tercio incluso aristotélico profundo, es punto crucial decisivo, punto de inflexión topológico contradictorio borroso, es, y, representa, el cuartel convite cívico mílite, en que hácese presente el golpe feroz cesarvallejoiano teleológico, en que encuéntranse los entes definidos sustituidos por sus definiciones, entre los teoremas límbico trastrocados socráticos contrarrecíprocos, teorema directo y teorema indirecto, desde la optimalidad ortogonal pitagórica, trecho estrecho arrecho, hacia nuevas conceptualidades contradictorias revolucionarias avanzadas, en un movimiento espiralino sinusoidal en eterna noria notoria, que engástase con el tanto, que no con el tonto, factual distintivo, y, la descripción distintiva detallada, en que las nuevas conceptualidades metiferas, trascienden a la rueda noria notoria espiralina sinusoidal histórica activa recíproca. Sin la complementariedad del principio de borrosidad, se hace imposible las demostraciones de las paradojas, ahí en el tercio incluso aristotélico profundo, surgido de la penumbra whitmaniana de los aspectos límbico antagónicos de exceso y defecto, de la moral aristotélica, tercio incluso, que fue escondida por muchos siglos, y que solo y sólo, reinaba el tercio excluso estagirita, con que se han burlado, aquellos y aquellas perdona vidas, de media humanidad, a saber, la voladura de Las torres Gemelas Neoyorquinas, que es ahora, de donde emerge el tercio incluso del filósofo de Estagira, de la exclusiva conjunción disyuntiva "o", y, emerge la inclusiva conjunción copulativa "y", esto es, a la indigna imprecación georgebushiana excluyente: "O estás conmigo o estás con mi enemigo", es una expresión negadora de la inclusión, de la conjunción copulativa inclusiva "y", de los casos límite contradictorios, conjunción y disyunción, exclusión e inclusión, participación y no participación, amigo y enemigo, amor y odio, verdad y mentira, verdadero y falso, sí y no, guerra y paz, toda una trágica existencia por culpa de Aristóteles y su nugatoria por mucho tiempo del tercio incluso estagirita, que pudo evitarnos tantos tropiezos e inconvenientes, y, que forzosamente, de ahora en lo adelante, con afianzada filosofía, el tercio incluso aristotélico, ha de convertirse en palito’e romero, para la salvación de la caída del cabello, y, del planeta, si quieres ser imperio sin el tormento criminal del gringo go home, pues, el consentimiento necesario afirmativo es la piedra angular filosófica entre los aspectos límbico antagónicos, lo viejo y lo nuevo, lo cuantitativo y lo cualitativo, lo estático y lo dinámico, en lucha sostenida de contrarios en un fluir activo contrarrecíproco, que es el movimiento real histórico ludovicosilvaiano en el principio borroso ampliado:

"Todo es cuestión de grado, llevado, el todo, por un tanto factual distintivo, por una descripción distintiva detallada", hacia nuevas conceptualidades revolucionarias progresistas participativas transformadoras. ¡Nada nuevo bojo el sol!, solo y sólo, mas y más , aun y aún, sí y no, si se quiere, el tercio incluso aristotélico profundo, que no hemos de darle descanso, y encajarlo entre el tercio excluso y el tercio incluso, estagiritas, lo que amplía el principio del tercio excluso de la lógica clásica aristotélica, y, resurge la lógica moderna borrosa difusa, en el trecho estrecho arrecho del dicho y del hecho, en la difuminación continua espectral, en que desaparecen los saltos y desarrollos brincoteros, y, amplíase el principio de incertidumbre de Heisenberg, puesto que , tanto es el todo como la parte, tanto es lo más cómo lo menos, el todo en la parte, lo concreto en lo abstracto, el fondo en la forma, lo complejo en lo simple, la memoria en el olvido, los agujeros en la nada, y, pare de contar, en que todo es cuestión de grado, llevado por un tanto factual distintivo, por una descripción distintiva detallada en el punto inflexivo topológico contradictorio borroso, ya que no sabríamos quién hízole el cayo en el culo al Libertador Simón Bolívar, si no supiéramos que la silla de montar es un espacio euclidiano topológico contradictorio borroso, de los aspectos límbico antagónicos, borrén trasero y borrén delantero, ahí en el tercio incluso aristotélico profundo, en ese trecho estrecho arrecho, formóse el gradiente cayo libertario, tamaño florete ano ferroso bolivariana, culo de hierro, que muévese y camina, cual Cid campeador, por la América Latina, Colombia, Perú, Ecuador, y por la Patria Grande ¡Ahora mismo, primo! ¡La Doctrina de Jame Monroe y la Doctrina de Simón Bolívar! aquella en decadente tendencia y la otra en poderosa trascendencia, conforme al principio de borrosidad, en que tanto es el todo como la parte, tanto es lo más cómo lo menos, tanto es la tendencia decadente de la doctrina de Jame Monroe, como poderosa la trascendencia de la doctrina de Simón Bolívar, de los valores jerarquizados cuantitativos y los valores polarizados cualitativos, dialécticos, ahí en el tercio incluso aristotélico profundo, que responde a todas las paradojas del mundo. Y, Aristóteles, confiésase como el nuevo apóstata de nuevo cuño, del tercio incluso profundo, y, pudiera estar rematando en su alma friolera pendenciera, nugatoria del tercio incluso estagirita profundo de la nueva era: "¡Apártense, que ya yo no quiero, un coño, con Santo Tomás, sino con el Papa Francisco! ¡Viva la teología de la liberación! ¡Viva el centro universal unificado reflexivo teilhardiano! ¡Viva la teoría holística unificada einsteiniana!"

Si el principio de borrosidad, dice que todo es cuestión de grado, mas y más, aun y aún, y, a esta definición faltóle más complementariedad, y, desde esta trinchera luchadora formativa venezolana de Aporrea, hemos de ampliarlo: "Todo es cuestión de grado, llevado, el todo, por un tanto factual distintivo, por una descripción distintiva detallada". Si el todo es cuestión de grado, en el tercio incluso aristotélico profundo, de los casos límite contradictorios de la forma exceso y defecto, contenidos que contiene el continente ser y noser, de la enciclopedia védica upanishad sánscrita de la modernidad ilustrada originaria einsteiniana. Entonces sea dicho que con el principio borroso complementario, en el tercio incluso aristotélico profundo contradictorio borroso, en el trecho estrecho arrecho, hanse de resolver todas las paradojas del mundo, hasta la del güevo y la gallina, como dice el chamito Miguelángel. Ergo vergo sea dicho que tanto es lo más cómo lo menos, que tanto es el todo como la parte, que tanto es el fondo como la forma, en la penumbra sombría whitmaniana, en que surgen iguales elementos contrarios, en el punto de inflexión topológico contradictorio borroso, en donde hízosele el cayo al Libertador. ¡Ergo vergo sea dicho que Aristóteles saltó la talanquera! ¡Vergación primo, al canto del gallo primo petro del Papa Francisco! ¡Apártense, que ya yo no quiero, un coño, con Santo Tomás, sino con el Papa Francisco! ¡Viva la teología de la liberación! ¡Viva el centro universal unificado reflexivo teilhardiano, viva la teoría holística unificada einsteiniana, que son mi propio yo, y, mi yo interior consciente, el tercio incluso profundo Estagira ateniense!



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Miguel Homero Balza Lima


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