Y prepararse para sostener en la práctica tal declaración

El nuevo salto revolucionario: Declarar irrenunciable el rumbo socialista de la revolución

El robo de las reservas de oro venezolano llevado a cabo por el Reino Unido, el bloqueo de 7 mil millones de dólares de los activos de Pdvsa, otorgar a Juan Guaidó los activos del gobierno venezolano; estas dos acciones realizadas por Washington. La amenaza de Pompeo de intervención militar. Las declaraciones de los gobiernos de la Unión Europea de reconocer como presidente a Guaidó y dar ultimátum a Maduro. Son acciones concretas que están creando un vacío de poder con el objetivo de justificar la implantación de Guaidó.

Maduro continúa con su plan de negociaciones con la derecha y los norteamericanos, como lo ha hecho siempre.

Ahora, el nuevo momento exige volver a Simón Bolívar, a Fabricio Ojeda y esencialmente a Hugo Chávez.

Ir más allá de las consignas neoliberales de Maduro. Este nuevo momento no es un momento radical fuera de tiempo como consideran los maduristas. Quienes han derrotado la revolución saben que las repercusiones durarán muchas décadas más de sacrificio del pueblo. Por ello, Fabricio Ojeda y Hugo Chávez vuelven a nacer, pues el claro contenido revolucionario y socialista de sus discursos y acciones son las luces que alumbran el camino a seguir en este momento crucial.

O vamos de nuevo hacia el restablecimiento de la democracia burguesa o giramos radicalmente hacia el restablecimiento del socialismo y la revolución.

Les recuerdo a los de la Asamblea Nacional Constituyente a Fabricio Ojeda:

Y desde entonces comenzamos a prepararnos para el cumplimiento irrenunciable. Con este objetivo, redimir al pueblo haciendo honor al sacrificio de sus mártires, hemos trabajado sin descanso, hemos luchado sin cesar. Ahora a mí, solo me queda, como decía un insigne pensador latinoamericano, "cambiar la comodidad por la miasma fétida del campamento, y los goces suavísimos de la familia por los azares de la guerra, y el calor del hogar por el frío del bosque y el cieno del pantano, y la vida muelle y segura por la vida nómada y perseguida y hambrienta y llagada y enferma y desnuda".

Es por ello, colegas Diputados, que vengo ante ustedes a expresar la decisión de dejar el Parlamento - este recinto que pisé por voluntad del glorioso pueblo caraqueño, hoy oprimido y humillado -, para subir a las montañas e incorporarme a los compañeros que ya han iniciado el combate y con ellos continuar la lucha revolucionaria para la liberación de Venezuela, para el bienestar futuro del pueblo, para la redención de los humildes.

Estoy consciente de lo que esta decisión implica, de los riesgos, peligros y sacrificios que ella conlleva; pero no otro puede ser el camino de un revolucionario verdadero. Venezuela - lo sabemos y los sentimos todos -, necesita un cambio a fondo para recobrar su perfil de nación soberana, recuperar los medios de riqueza hoy en manos del capital extranjero y convertirlos en instrumento de progreso colectivo. Necesitamos un cambio a fondo para liberar al trabajador de la miseria, la ignorancia y la explotación; para poner la enseñanza, la técnica y la ciencia al alcance del pueblo: para que el obrero tenga trabajo permanente y sus hijos amparo y protección. Venezuela, en fin, necesita un cambio profundo para que los derechos democráticos del pueblo no sean letra muerta en el texto de las leyes; para que la libertad exista y la justicia impere; para que el derecho a la educación, al trabajo, a la salud y al bienestar sean verdaderos derechos para las mayorías populares y no privilegios de escasas minorías. Pero nada de esto podrá lograrse en un país sub-desarrollado y dependiente, como el nuestro, sino a través de la acción revolucionaria que concluya con la conquista del Poder Político por parte del pueblo. De otra manera, tanto los instrumentos de poder, como los medios de riqueza, continuarán en manos de los monopolios internacionales y de las castas oligárquicas del país, con la consiguiente explotación de los trabajadores, la proliferación del hambre y la miseria y el abandono permanente del pueblo. Esta situación precisa una transformación estructural que cambie el sistema formalista de la democracia por la efectiva realización de la misma: es decir, que arrase con todo lo podrido, con todo lo injusto, con todo lo indigno de nuestra sociedad y en su lugar erija una nueva vida de justicia y libertades…

Abajo las cadenas!

! Muera la opresión!

¡Por la patria y por el pueblo¡

¡Viva la revolución¡

La situación actual exige una toma de posición más radical de la revolución. Esto no lo pueden hacer ni Maduro, ni Diosdado Cabello, tampoco Padrino.

¿Qué significa tomar una posición más radical de la revolución?

Crear un plan nuevo o, enriquecer el Plan de la Patria formulado por Chávez junto al pueblo y sus nuevos líderes. Reestructurar la ANC y darle operatividad legal contra los conspiradores. Cambiar a Maduro y elegir a un líder revolucionario nuevo, movilizar y armar al pueblo, unir a la fuerza armada con este nuevo gran esfuerzo revolucionario, redoblar los contactos con gobiernos y movimientos sociales de cambio en todo el mundo y fundamentalmente latinoamericanos.



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Memo Fernández


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