La conciencia colectiva

Es prominente el comportamiento de ciertas especies animales que los seres humanos se empeñan en llamarlos inferiores. Me refiero, por ejemplo, a las abejas cuya conducta se muestra de manera idéntica a las que vivieron hace miles de años. Si se revisa un panal de abejas construidas en épocas remotas advertiremos que las celdas de sus panales tienen la misma forma hexagonal que las actuales. Esto se debe a que esos antófilos constituyen una entidad que se comportan como un individuo global que actúan como una fuerza unificadora dentro de la sociedad. Esta fuerza se encuentra separada y es generalmente dominante, en comparación con la conciencia individual.

La abeja reina, la única apta para la reproducción, siempre ha cumplido su papel durante miles de años, al igual que las obreras, que son las encargadas de mantener el panal. De igual modo, los zánganos que únicamente sirven, uno solo de estos, para fecundar la abeja reina y los otros, que ya no serán útiles, por vagos, serán sacrificados por las obreras después del vuelo nupcial. Este comportamiento ha perdurado en la conciencia colectica de estos insectos y ha permitido que esta especie no haya desaparecido del reino animal. Es la fuerza dominante que le proporciona a las abejas los recursos para que todavía nos entregue la miel que nos endulza la vida.

La conciencia colectiva tiene dos orígenes: la que tiene raíces instintivas producto de una carga genética, la misma que inclina a los animales actuar como una manada en el caso de los mamíferos, o como una bandada en el caso de las aves. En ambos casos los animales repiten la misma conducta ante un mismo estímulo, cientos de estos serán fácilmente conducido por el jefe del rebaño o de la camada. Y el otro origen, es el inducido, en este caso estamos en presencia de una conciencia colectiva inoculada a grupos humanos, sea para bien o para el mal, dependiendo del objetivo que se persiga. Es esta la que engendra las llamadas “creencias o sentimientos comunes”.

La conciencia colectiva inoculada desde afuera por agentes externos, no como en el caso genético de las abejas, dio origen a la religión, al racismo, a los partidos políticos, al fanatismo irreflexivo, al nacionalismo, al patriotismo, a la fidelidad hacia un equipo deportivo…En todos estos casos, una nación, una sociedad o un grupo actúa como un individuo global, es decir, frente a un mismo estímulo, el grupo reacciona con idéntico comportamiento. Es el origen de la multitud. En este caso existe una fuerza colectiva ejercida sobre un individuo, que provoca este acto y que vive de acuerdo con la sociedad donde esta inserto.

No es nada nuevo los males causado a la humanidad por el fanatismo religioso, el racismo, el apasionamiento por una teoría política y filosófica, el arrebato motivado por una exaltación deportiva y la exacerbación del nacionalismo o del patriotismo.

Ciertamente, no voy a calificar si el nacionalismo o el patriotismo son buenos o malos, existen desde hace miles de años, cuando se inventaron las fronteras. Están presentes en todos los continentes y muchas personas los tienen arraigados dentro de su mente y por lo tanto, consecuencia de esa conciencia colectiva, no permite que su nacionalismo o patriotismo sea vulnerado. Existe porque le fue inoculado hace cientos y miles de años y por lo tanto es casi imposible erradicarlo, bien sea por una nueva inyección o bien por la fuerza.

Esta vulneración de los nacionalismos y de los patriotismos, ha sido y es causa de las guerras dado que es explotado por los líderes políticos, los jefes militares hasta por “ilustrísimos” religiosos para que un grupo de humanos arremeta contra otro.

La conciencia colectiva es la que modela el comportamiento individual de un conglomerado, que prácticamente lo obliga a responder de igual forma ante una agresión. Es por esto que, cuando un grupo armado de un país atraviesa una frontera para agredir a otro, de inmediato puede ser causante de una respuesta, bien diplomática o violenta. En muchos casos existen símbolos como imágenes sagradas, banderas, escudos, gallardetes deportivos, himnos, entre otros que son códigos representativos de la conciencia colectiva que permanecen en el inconsciente de los individuos, siempre dispuestos a defenderlos.

Desde tiempos remotos hemos vistos como los imperios se empeñan en vulnerar la conciencia colectiva de los pueblos en su afán de apoderarse de las riquezas de los pueblos más débiles, obteniendo como respuesta acciones violentas desesperadas para enfrentar la embestida. Lamentablemente, una de esta respuesta es el terrorismo, que sin pretender justificar, es consecuencia de una manera equivocada para replicar la provocación del invasor. Ciertamente, a estos fanáticos, agentes de estos actos, se les manipula la conciencia para justificar las acciones que vulneran la paz y la tranquilidad de una población.

Durante el gobierno del presidente Chávez y actualmente durante la presidencia de MM observo impertérrito como un grupo de políticos mediocres y serviles encabezado por Julio Borges, Antonio Ledezma, María Corina Machado, Luis Florido, entre tantos fementidos, pretenden vulnerar la conciencia colectiva de los venezolanos. De esta forma estos tunantes le ofrecen las riquezas del país a potencias extranjeras, con la única finalidad de hacerse con el poder, apoyados por las armas de aquellas naciones que durante siglos han arremetido y arremeten contra otras no sumisas.

Ante la coyuntura electoral y ante las próximas elecciones democráticas que se realizarán el 20M, aquellos vasallos serviles le solicitan a los gobiernos imperiales de EEUU y de la UE, la aplicación de sanciones económicas, simplemente para evitar el triunfo de la Revolución Bolivariana. Evidentemente, ante la arremetida de aquellos traidores contra la conciencia colectiva de millones de venezolanos habrá una respuesta para enfrentar, primero las acciones injerencistas de las potencias extranjeras y segundo, para deslegitimar las actuaciones entreguistas de ese grupo de sicofantes.

No cabe duda que la respuesta que dará millones de venezolanos, quienes actuarán con una conciencia colectiva fortalecida por el árbol de las tres raíces y las enseñanzas de mi comandante Chávez, no será otra que la presencia masiva en los locales de votación el 20M de un pueblo, actuado como una sola entidad para enfrentar y derrotar las viles aspiraciones de los agresores extranjeros y a los traidores a la patria.

No se equivocó el egregio Libertador cuando en enero de 1830 expresó en su mensaje al Congreso Constituyente de Colombia: “Las lecciones de la Historia, los ejemplos de Viejo y el Nuevo Mundo, la experiencia de veinte años de revolución han de serviros como otros tantos fanales colocados en el medio de las tinieblas de lo futuro”. Lee que algo queda.


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Enoc Sánchez


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