El significado de ser un colectivo

Ya sabemos cómo se comporta tradicionalmente el oposicionismo empecinado en tumbar al gobierno bolivariano para aplastar la Revolución. No se nos olvida como, durante los primeros años del proceso de cambio político y social, la línea de sus enemigos era estigmatizar o satanizar a los círculos bolivarianos, organizaciones populares de base, autónomas y descentralizadas, concebidas e impulsadas por el propio Comandante Chávez para difundir y poner en práctica el pensamiento del Libertador Simón Bolívar y todo el pensamiento patriótico bolivariano, lo cual incluye la visión de Ezequiel Zamora y la obra del maestro revolucionario Simón Rodríguez, es decir: El Árbol de las Tres Raíces. Durante los meses previos al golpe de Estado de 2002 y durante el criminal paro petrolero y empresarial de fines de ese año y primer trimestre del 2003, Globovisión y demás medios de difusión privados, voceros del capitalismo, emprendieron una agresiva campaña de difamación contra los círculos bolivarianos denominándolos "círculos del terror".

El pueblo chavista no pudo quedarse quieto ante la indignación que le producía todo el montaje que efectuó la derecha a nivel nacional e internacional para derrocar a nuestro gran líder, algunos camaradas se movilizaron como círculos constituidos por no más de doce personas, en su mayor parte de manera pacífica y sin asediar en momento alguno a quienes se identificaban con el bloque político opuesto. Más bien fueron sistemáticamente provocados por éste. Se daba inicio así al proceso de preparación de las condiciones subjetivas para socavar la base social en la que se apoya una revolución que nace con alegría y entusiasmo. Ese es el proceso contrarrevolucionario que continúa hasta el presente, y su punto de partida fue mostrar a los revolucionarios como seres violentos y despiadados. Ahora que se ha desplegado la más violenta acción desestabilizadora en 18 años, se está difundiendo la misma imagen en Venezuela y el exterior, de lo que llaman "colectivos armados", o simplemente "colectivos", como si la palabra colectivo significara "asesinos".

No todos nuestros problemas actuales se deben a planes del imperio norteamericano, pero la distorsión de lo que son los colectivos no es casual. Colectivo no solo es una forma de organizarse para trabajar en conjunto, solidariamente y por propósitos comunes, es una forma de ser, de existir. Los colectivos políticos revolucionarios que hacen vida en las comunidades son la revolución viva en la comunidad, toman la iniciativa para fundar comunas populares y fortalecer toda la organización comunitaria. Los colectivos son los que han impulsado en los campos la preservación de las semillas autóctonas; los hay de la más diversa índole, como los movimientos sociales en los cuales a menudo se insertan (culturales, ecologistas, feministas, de personas con discapacidad, de la lucha por el respeto a la diversidad sexual, de las causas de nuestros pueblos originarios y de los afrodescendientes, por hacer alusión a algunos solamente), y por supuesto, ya existían antes de la Revolución Bolivariana, en Venezuela y en el mundo.

Entre centenares, probablemente miles de colectivos que hay en todo el país, muy pocos en el devenir de su historia, adoptaron esquemas de defensa, forzados por las circunstancias (hablar de "muy pocos", obedece justamente a que son muy pocos, en comparación con la proporción en que más adelante podría llegar a requerirse con urgencia, por la agudización del conflicto social y político) como el caso de compañeros que fueron perseguidos por la Policía Metropolitana en Caracas, y vieron caer integrantes mortalmente heridos. El hecho es que en todo caso, las armas no son, para nada, el elemento que le confiere carácter y definición a los colectivos en Venezuela, mucho menos como instrumento para intimidar.

Ni la dirección política de la oposición, ni quienes la siguen, se encuentran con su integridad amenazada por ninguna fuerza popular u organización política chavista; en lo más mínimo. Sucede exactamente lo contrario: somos los chavistas quienes nunca habíamos corrido riesgo tan serio como el que se corre ahora, por el simple motivo de haber tomado postura política, y valga la oportunidad para recordar que el adversario permanentemente invierte la realidad. Es la derecha la que infiltra sujetos armados en las protestas, concentraciones políticas y marchas pacíficas, con la intención de provocar derramamiento de sangre de nuestros conciudadanos y luego difunden que se trata de actos cometidos por grupos que para colmo, llegan a catalogar como "colectivos paramilitares armados por el gobierno".

Los colectivos son sinónimo de participación popular protagónica e inclusión social, ello los hace más peligrosos para la hegemonía capitalista, que un gigantesco ejército profesional que disponga del más avanzado equipamiento. Los círculos bolivarianos prácticamente desaparecieron de la escena, aunque es de gran significación la existencia de unos cuantos en el exterior. La presente nota apunta hacia la defensa del colectivo humano revolucionario, en su profunda significación ¡Que no pueda más que nosotros el chantaje de la derecha mediocre!



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Gustavo A Hedmont

Valencia, estado Carabobo. Comunero. Comuna Eco-socialista \"El Sur Existe"

 ghedmont@yahoo.es

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