Ya la crisis es aceptada por todos, ahora abundan los llamados a la crítica y la autocrítica, acto que en el pasado reciente era motivo para el más feroz ostracismo y las acusaciones más descabelladas. El gobierno ha pasado de aquel insensato “no pasará nada” a un
reconocimiento de la crisis. Es verdad que se perdió valioso tiempo y oportunidad para acerar a la masa Chavista, pero sin dudas la crisis ha producido un avance en la percepción de los creadores de opinión y del gobierno, aunque aún perdemos tiempo peleando con nacho.
Es necesario que la crítica se profundice, que no se quede en la anécdota, en la descripción de los problemas, debe ir a las causas y corregirlas. No es suficiente describir que las colas son explosivas, decir que hay desabastecimiento, que la vida está sumamente cara. Simultáneamente, con esta descripción, debemos decir que la causa es el maridaje con el capitalismo, con los capitalistas, contubernio que produjo los problemas económicos, pero además y más importante originó la elevación de la conciencia egoísta y la pérdida de la esperanza socialista, el Socialismo fue convertido en un sarcasmo, en una caricatura que no emociona.
Las correcciones están claras. Primero, un enfrentamiento claro con el capitalismo; reconocer que es un error infantil pensar que los privados producirán lo que no han producido nunca, tal como lo reconocen altos funcionarios del gobierno. Pero en el caso de que los capitalistas, por efecto de un milagro, ahora sí produzcan y no se roben
los dólares, de todas maneras habremos hecho las cosas mal; en lugar de ir al Socialismo, habremos construido una sociedad capitalista, los males de la sociedad no estarían resueltos, al contrario, todos se profundizarían, necesariamente; si seguimos la lógica del capital, vendrá más miseria espiritual y material y la posibilidad socialista se habría perdido.
Segundo, elevación de la conciencia del deber social, elevación de la conciencia solidaria, fraterna, socialista, esto en estrecha relación con la hegemonía de la propiedad social de los medios de producción administrados por el Estado Nacional, una economía planificada de acuerdo a los intereses de la sociedad.
Es necesario, como un instrumento socializante, impulsar el Trabajo Voluntario Colectivo, con este método se crearán las condiciones de existencia que apuntalen la conciencia de sociedad, de colectivo social. En el trabajo voluntario colectivo el individuo experimenta la máxima central de Socialismo: “la suerte del todo depende de la suerte de cada uno, y el todo (la sociedad) se importa por la suerte de cada individuo”.
No es posible salvar a este gobierno sin salvar al Socialismo. Mientras siga intentando resolver los problemas, que son consustanciales con el capitalismo, aplicando soluciones capitalistas, estimulándolos, lo que estará haciendo es cavando su propia sepultura y haciéndole un grave daño a la idea socialista.
El chavismo, es innegable, está estrechamente ligado al gobierno. Al Presidente lo designó el mismo Chávez con la indicación clara de construir el Socialismo, si el gobierno fracasa será un fracaso del Chavismo, del Socialismo. Entonces es deber de los revolucionarios, de los Chavistas, defender el binomio Presidente Maduro-Socialismo, dejar claro que el gobierno se salva en cuanto camine al Socialismo, eduque al pueblo, lo dirija para que pueda hacer frente a los embates del camino. Y dejar claro que si el gobierno fracasa por su maridaje con el capitalismo, si se niega a la rectificación, no será un fracaso del Socialismo.
SÓLO EL SOCIALISMO SALVA AL GOBIERNO, EL CAPITALISMO LO PIERDE
