Ayer escuchaba cuando venía en un bus a dos señores que conversaban. Uno le decía al otro: "verga chamo y hubo gente que le dieron carro y casa, y votó en contra. Si son traidores". Lo comento no para cargarla en contra de estos camaradas, sino para resaltar la asimilación de valores de la socialdemocracia que adormecen la consciencia revolucionaria, y que son consecuencia del discurso (la palabra, la terrible y peligrosa: la mentira) y las actitudes que ha adoptado durante estos dos años la todavía vigente dirigencia revolucionaria.

Lo que ha estado haciendo la actual cúpula a través del adormecimiento de las conciencias, que también es la base de la actual resistencia al cambio del pensamiento burgués global de las clases medias y bajas, ya lo había demostrado Robert Owen en el primer cuarto del silgo XIX con la fábrica de hilos de algodón New Lanark en Escocia, donde era socio y gerente. Lo único que tuvo que hacer era poner en mejores condiciones a sus obreros que a los del resto de las fábricas, para que estos estuvieran "felices" (de 13 horas regulares, él ponía 10. Fundó escuelas y enviaba a los niños a ellas, por ejemplo.), y sobre este mismo evento, según Engels, se nos dice que:

«Sin embargo, Owen no estaba satisfecho con lo conseguido. La existencia que había procurado a sus obreros distaba todavía mucho de ser, a sus ojos, una existencia digna de un ser humano. "aquellos hombres eran mis esclavos."»

A muchos he visto incurrir en ese discurso apocalíptico que señala la indiscutible amenaza -pues sí lo es, no hay que negarlo- que se cierne sobre los "logros" de la revolución con la victoria de la MUD, y despotricar contra aquellos que fuimos parte de esa actitud crítica en las urnas que dijo NO a la socialdemocracia disfrazada de revolución socialista –o peor aún, a un potencial fascismo enmascarado-, pero con esa actitud, que sin duda han comenzado a cambiar, nuestros camaradas han mostrado indicios justamente del espíritu que Owen describía de sus obreros.

Ese principio (que llamé "espíritu") consiste en hacer énfasis en un referente de precariedad con el cuál comparar una situación de bienestar presente, de tal manera que al aparecer "mejor" en relación a aquella, se da por sentado el hecho de una vida dignificada o justamente de que hay "logros" alcanzados, los cuales A TODA COSTA hay, o había, que defender –"había" porque lo más probable es que nos toque refundarlos-, en nuestro caso, así fuera votando por una cúpula podrida, como en el de los obreros de Owen siendo todavía sus esclavos. Sucede que esa respuesta proviene en mayor parte de una clase marginada en nuestro país que nunca tuvo la posibilidad de acceder a bienes que garantizan sin duda una mejor condición de vida, ahora recibiendo casa, carro, y demás cosas (y hay que contar, por supuesto, todos los avances en materia legislativa en beneficio de las masas populares y laborales), gente que pudo conseguir cierta estabilidad laboral en empresas del estado, que ante la posibilidad de perder esos beneficios, estaba dispuesta a seguir apoyando "lo que sea", y esto es, sin duda, humanamente comprensible.

Sin embargo, incluso si el mismo lenguaje empleado hubiese sido otro, más acorde a la realidad, esas personas que juzgaron duramente, y que en muchos casos, nos mandaron a "chupar" también "cambio", se hubiesen sumado a la masa de críticos pese a aceptar los beneficios y "logros" de la revolución, ya no de manera servil, con lo que incluso ni siquiera hubiésemos tenido que llegar a circunstancias tan críticas como las actuales. Pero no es un caso aislado, pues es un fenómeno de la política mundial, y lo vemos una vez que las mismas clases medias de países del primer mundo se resisten al cambio y aceptan la brecha titánica de la desigualdad en la repartición de la riqueza, justificado en gran parte al tener de referente para evaluarse a sociedades en peores circunstancias, o sin ir muy lejos, a las clases bajas de las suyas, y donde miran que la calidad de vida es "deplorable". Aceptan toda su mierda, sumisos, justamente al tener seres en situación precaria a quienes mirar desde la ventana y con los que pueden decirse a sí mismos "no estoy tan mal. Mejor me quedo tranquilo"

En nuestro caso, se vieron en la ventana de la historia, y del tiempo. Se vieron en su pasado y el de sus familias, y sin duda dijeron "ahora estoy mejor". ¿Pero cómo sería si tuvieran claro que más que logros, sería más acorde hablar de "preparativos"? ¿Preparativos para qué? el mismo comandante en el Plan de la Patria tenía bien claro que esto era sólo el comienzo. En el segundo objetivo del plan de la patria hace referencia a "seguir construyendo las bases, TODAVÍA INCIPIENTES" (Es decir, estamos en el comienzo del comienzo), para la consolidación del socialismo. Es decir, el pueblo, y sobre todo el Chavista, tiene que tener claro que lo logrado hasta ahora no es sino el comienzo, y que ahora es que falta, no en tiempo –esa es otra con la que siempre quieren engañar a los pueblos. Sí, falta en trabajo, pero también, como todo trabajo una vez somos los dueños de él, deviene en innumerables logros a medida que se avanza, y si no se ven de manera proporcional, por algún lado se están yendo-

Si esa conciencia hubiese estado más clara, como me parece está dejándose ver ahora una vez que les tocó admitir que el pueblo hermano jamás debe echarse la culpa entre sí, y cuando no queda de otra sino RENOVAR o estancarnos –morir- entre pactos, el bipartidismo y la socialdemocracia, tuviéramos, no sólo la AN, que ya debemos comenzar a asimilar ese hecho y por eso no quiero seguir lamentándome por ello, sino que ya hubiésemos aclarado el destino de los fondos del desfalco a la nación, por ejemplo, estudiado por grupos independientes, y según el cual la cantidad de viviendas que se hubiesen podido construir hubiesen superado de manera BESTIAL, a la cantidad de viviendas construidas y otorgadas. Situación que ni la cúpula ni la MUD toman en cuenta en su politiquería. Ya hubiésemos solucionado en gran parte uno de los problemas fundamentales por el cual los hombres se matan la vida esclavizados, sin que tengan tiempo para reflexionar, crear y transformar, ocupados en sobrevivir y procurarse un techo para sí y para los suyos.

Y es que es por eso que esos "logros" no son más que "preparativos" en una verdadera revolución, como la que pide nuestro pueblo Chavista. Pues tienen como intención crear las condiciones propicias para que las personas puedan hacer revolución, que implica justamente crear el espacio y tiempo para que las personas puedan reflexionar, crear y transformar al mundo con mayor libertad. Y porque falta mucho, no hay espacio para la indulgencia con corruptos, ni para aceptar con apatía las contradicciones y la hipocresía de la dirigencia falso-revolucionaria, que, como en la IV, pero con un dedo de diferencia, raspa un poquito más la olla para que los dejen seguir robando. La indignación habló, y la indignación es un reclamo de justicia que va desde la razón hasta las vísceras, y como tal, no se puede vivir con dignidad si no se recibe lo que es justo. Al pueblo lo que es del pueblo.

Ya se están cobrando sueldos en sus cargos para querer ahora que aceptemos como rebaños sumisos las altas y desproporcionales comisiones que se han tomado. La única forma de que la revolución triunfe, es que los líderes realmente estén al servicio del aprendizaje del pueblo y su voluntad, aprendizaje que es justamente el del ejercicio de esa voluntad a través del gobierno y usando los recursos que le pertenecen para alcanzar una sociedad más justa y equitativa.

Es importante por eso crear consciencia de la meta, dificultad y magnitud de este proyecto, evitar que venza una vez más la resiliencia histórica del capitalismo, usurpando el discurso socialista a través de la socialdemocracia, y me siento orgulloso, una vez vivida la derrota, de ver a un pueblo al unísono más activo que nunca pidiendo la transformación interna y asumiendo desde el "yo colectivo" la responsabilidad de la derrota. Por eso somos Chavistas.

Vivimos, y venceremos.

richard.ninob@gmail.com