Mientras el Libertador Simón Bolívar, luchaba por la Independencia de cinco naciones Latinoamericanas y proclamaba independizar a Cuba y Puerto Rico, Formó la Gran Colombia y convocó al Congreso Anfictiónico de Panamá en 1826 con el propósito de fomentar la unidad de los pueblos latinoamericanos. Desde el Norte de América se venia formando una plan de expansión imperialista con la doctrina Monroe, entre las funciones de esta doctrina era captar a personajes sumisos de esas naciones independizadas, el caso de Francisco de Paula Santander en Colombia, para bloquear el proyecto integracionista de las nuevas Republicas Latinoamericanas.
Por eso Simón Bolívar garantizaba la Independencia de América Latina en contención a la expansión imperialista estadounidense por el continente apoyada por Santander, que enfrentaron el proyecto bolivariano, que rompieron la unidad de la Gran Colombia y sabotearon el Congreso de Panamá.
El pensamiento secesionista de José Antonio Páez, no es casual que cuando Páez visita Argentina, Domingo Faustino Sarmiento lo recibe como un héroe, le asigna una distinción militar y le pone una pensión vitalicia. No lo recibe como Libertador sino como secesionista del Proyecto Bolivariano de La Gran Colombia.
Bolívar era de pensamiento integracionista, que luchaba por independizar pueblos colonizados por los españoles, concibió la unidad como proyecto de integración Latinoamericana, la visión del Libertador era construir un Proyecto de Unidad Latinoamericana sobre las bases de una propuesta de verdadera independencia, soberanía y solidaridad entre los pueblos.
Por eso el Proceso Revolucionario Bolivariano toma inspiración del independentismo, Ideario y pensamiento de Bolívar, en contra de un nuevo anexionismo, en una nueva expansión imperialista ya prevista por Bolívar en 1828:
"LOS ESTADOS UNIDOS PARECEN DESTINADOS POR LA PROVIDENCIA A PLAGAR A LA AMÉRICA DE HAMBRE Y MISERIA EN NOMBRE DE LA LIBERTAD"
El antibolivarianismo es una forma oportunista que se ampara en el llamado enfoque crítico del “Culto a Bolívar”, en una especie de “purismo histórico”, de la crítica historiográfica. Al reivindicar en apariencia el ideario bolivariano, arremete también contra el Bolivarianismo Revolucionario cuando se convierte en herramienta histórica de transformación, de integración continental y de equilibrio multipolar como ocurre en la actual coyuntura nacional e internacional.
Hoy que se habla de perfil de la integración de América Latina y el Caribe con el Alba, Banco del Sur, Petrocaribe,Unasur, Mercosur y la Celac ante ese adoctrinamiento neocolonialista contra nuestros pueblos con La OEA, ALCA, TIAR y Las Cumbres de las Américas sin Cuba y Puerto Rico, y que ha tratado de separarnos apoyados automáticamente por la oligarquías y sus aliados del Continentes, cuando ellos defienden la globalización neoliberal para mantener sus intereses y dominios sobre las economías de los países Latinoamericanos y caribeños.
Los políticos neoliberales y capitalista de derecha siempre han mantenido la siguiente pregunta:
¿Cómo construir nuestro propio perfil económico, ya que la integración no es con otros países subdesarrollados y pobres como nosotros, sino con los mismos países desarrollados y ricos?
El Bolivarianismo Revolucionario se inscribe también en una actitud convergente con todo el proceso continental y mundial de liberación, que dignifica a la persona humana y a sus pueblos en la unidad del género humano. Si tuviéramos que ubicar lo más específico del pensamiento Bolivariano afirmaríamos sin temor de equivocarnos, que el Libertador nunca buscó hacer una réplica del expansionismo y dominación de las grandes potencias. Era la unidad para la convivencia pacífica, la comunidad de naciones del Congreso de Panamá para no dejarnos desintegrar y no seguir expuestos al reparto de las grandes potencias occidentales.
Bolívar no planteaba imperios, ni monarquías, ni repúblicas expansionistas, sino la integración para la convivencia. Por eso los ejércitos patrióticos de La Gran Colombia no se convierten en ejércitos de ocupación en los pueblos liberados. Teniendo Bolívar una formación occidental indiscutible, rompe con Occidente en lo más íntimo de su estructura expansionista: lo monárquico-imperial y lo republicano-imperial. Busca liberarse de la esclavitud como contraria al género humano y nos alerta, con tiempo, tomando distancia frente al naciente panamericanismo de la doctrina de Monroe, sobre el naciente imperialismo norteamericano.
Estas precisiones hacen particularmente de Bolívar un ser intolerable para las clases dominantes y los imperios occidentales. Por ello se anticipan las fuentes inglesas a desinformar sobre Bolívar, lo cual causó gran confusión, incluso, en el pensamiento de izquierda hasta nuestros días. Y hoy, más que nunca, dada su vigencia en este sentido, cuando buscamos construir un mundo multipolar y un nuevo equilibrio del universo, nuestra segunda independencia y la integración Latinoamericana-Caribeña;
No es por ello casual que lo más específico del pensamiento Bolivariano y las bases mismas del Congreso de Panamá estuvieran en los antecedentes de la formación después de la Segunda Guerra Mundial de la Sociedad de las Naciones, como antesala de la Organización de las Naciones Unidas, aunque caricaturizados y debilitados luego ambos organismos, desde un principio por los intereses de las potencias occidentales para darle continuidad al viejo colonialismo y al nuevo reparto del mundo. Pero el pensamiento bolivariano está allí, gestando hoy un mundo multipolar, un nuevo equilibrio del universo y en solicitud de una urgente refundación de las Naciones Unidas para la construcción de un nuevo orden mundial
De allí que el panamericanismo, neomonroismo unipolar, dictadura global de Estados Unidos, o cualquier expansionismo, sea cual sea su signo ideológico, filosófico o político, sea cual sea su justificación histórica, es radicalmente opuesto al Bolivarianismo. Imperio es anexión, contrario a independencia: negación de cualquier proyecto de nación.
Diez años atrás, como lo recordara recientemente Chávez, Venezuela y Cuba eran voces solitarias en el escenario internacional. Cuando en 1967 Castro activó la OLAS (Organización Latinoamericana de Solidaridad), lo hizo bajo la consigna de que "es el deber de todo ejército revolucionario hacer revoluciones".
El éxito cubano en el Caribe y Centroamérica es asombroso. Guyana, bajo el gobierno del primer ministro Linden Forbes Burnham, es un Estado rnarxista prosoviético. Forbes Burnham solicitó ser miembro asociado del COMECON en enero de 1977. Georgetown le permitió a Cuba utilizar el aeropuerto internacional de Guyana para el reabastecimiento de combustible durante la incursión inicial cubana en la guerra civil de Angola en 1975. Adernás, cuando 70 delegados de 18 países del Caribe, asistieron a una conferencia de sindicatos en George town, pidieron mejoras en las condiciones de trabajo en el Caribe por medio de la copia "del moclelo socialista cubano"; deploraron la explotación "capitalista e irnperialista" de los pueblos del Caribe y alabaron a la Cuba comunista por haber eliminado la explotación.
La Revolución Bolivariana insertada en los ideales de Simón Bolívar, y en donde su política exterior tiene como visión un mundo más justo y multipolar y que una sola potencia no se avoque el derecho a decidir el destino y futuro de las demás naciones del mundo. Para Trabajar por la integración Latinoamericana y Caribeña, con una política exterior propia que incluya acercarse a los países africanos, asiáticos del Medio Oriente.
Y Con Un Proyecto de Unidad Mundial que se construya sobre las bases de una propuesta de verdadera Independencia, Soberanía y Solidaridad entre los pueblos, el sueño de Nuestro Libertadores Bolívar, Sucre, San Martin, Artigas, Urdaneta.
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