Si, como recién hemos sido enterados, toda o casi toda la explotación petrolera en el país estaba “tercerizada”, es decir, en manos de transnacionales privadas ………..
Si consideramos, además, que toda la actividad exploratoria está contratada con empresas privadas y la comercialización del petróleo se hace por intermedio de los grandes “traders” internacionales ……….
En resumen, si todos los taladros, plataformas, gabarras, lanchas, los equipos de re-inyección de gas y agua a los pozos y la sofisticada tecnología exploratoria, son ajenos ……
No son nuestros a pesar que recuerdo la llamada “Ley de Reversión Petrolera” dictada cuando gobernaba Caldera por vez primera y antecedente más inmediato de la primera Ley de Nacionalización, también petrolera, dictada durante el primer gobierno de Locoven, que dio nacimiento a Lagoven, Maraven, Meneven y muchas otras terminadas en “ven”
Entonces, ¿qué es lo nuestro? ¿de qué se ocupan los 50.000 empleados que componen las distintas nóminas de PDVSA? ¿Cómo es posible que debamos 13.800 millones de dólares a quienes parecen ser los verdaderos dueños de la industria?
Porque si sólo corresponde a PDVSA la propiedad de los yacimientos y su reserva petrolera, me parece que con un “guachimán” por cada pozo sería más que suficiente para salvaguardar los intereses del estado, que es lo mismo que decir los de todos los venezolanos.
¿¿Será que tampoco es nuestro el edificio de La Campiña y se le tiene arrendado a Halliburton ó tal vez a Schlumberger??
Toda la contabilidad de PDVSA y su operación automatizada, ¿¿ estará ahora en manos de una nueva INTESA que pueda producirnos un nuevo golpe petrolero como el de Diciembre 2002 a Febrero 2003??
Como venezolano, reclamo mi derecho –extensivo a mis restantes connacionales- a recibir anualmente, en mi domicilio y con toda puntualidad, la Memoria y Cuenta de PDVSA. Yo tengo una acción de esa vaina! De momento, quizá el camarada “jaquematos” pueda ahorrarme la angustia que me producen estas cavilaciones.
En mi caso particular se pueden ahorrar el papel y la tinta de las ediciones del Quijote, Las Celestinas, La Divina Comedia y demás antiguallas editoriales. Lo que quiero es la Memoria de PDVSA.