Crónica del secuestro al Rector de la Universidad Central de Venezuela (UCV) en pleno acto de graduación, y la respuesta estudiantil "revolucionaria"

El viernes 30 de junio de 2006, un puñado de trabajadores en pleno ejercicio de sus derechos reivindicativos secuestran al Rector de la UCV y a las demás autoridades universitarias encargadas de realizar los actos protocolares necesarios para la graduación de casi 500 graduandos pertenecientes a la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV. Ante tal evento, silenciado por todos los "medios", es menester una breve crónica, en pro de auscultar en el sentir "revolucionario", antichavista y en el de los simpatizantes de la más variopinta izquierda. A Dante como a Borges le bastaba en ocasiones un solo momento de la vida del personaje, un instante en el que se defina para siempre, una cifra de vida. No es mi intención manifiesta, pero al menos se sustantiva y extiende una conducta sistemática y que se quiera o no, los define.

Aquel día me encontraba en una tasca de mala muerte, un almuerzo frío y una cerveza tibia me acompañaron a ver la derrota en penales de Argentina en el mundial de Alemania 2006. Perdí una ínfima apuesta traducida en un sórdido almuerzo de 9 mil bolívares en un restaurante chino cercano a la universidad. Sin casa ni rumbo, mi escasez de recursos me empuja a la Biblioteca Central de la UCV. Allí esperaba leer algo de marxismo en los clásicos del tema.

A eso de las 2 y 30 de la tarde mi vagar en el derredor de la biblioteca me hace acordar del acto de graduación de algún compañero de escuela. La bizantina y aburrida ceremonia de entrega de títulos me ha parecido un sin fin de gestos apropiados para consolidar el burdo sueño de ascenso social y un empujoncito a ese pequeño burgués complejo de superioridad que emana de la posesión de un título universitario. No había ido a ninguna otra.

Adicionalmente, los profesores y directivos universitarios derechistas, que salen gritando en infinidad de medios de comunicación: "Libertad", "autonomía", "Chávez es un tirano, no respeta ni considera a la disidencia, ni a las minorías"; eran los que me habían perseguido, saboteado de las formas más viles y cobardes mi carrera universitaria. Ellos, nuevos guardianes de la libertad de expresión, usan las más arteras trampas, para perjudicar de todas las formas posibles a toda la izquierda disidente (profesores, estudiantes, empleados) que se manifiesta, chavista ó en mi caso marxista. Botar notas, anular inscripciones, aplazar y colocar menos notas a alumnos por tener posiciones anticapitalistas, es una práctica común para ellos. Esas tácticas "democráticas" me causaron casi un año de retrasos en mi escolaridad. A otros compañeros les tocó expulsión ó esconder como si fuera un crimen su creencia política.

A pesar de eso, ese día pasé por allí y me encontré con una infinidad de graduandos entogados dando vueltas por el Rectorado en actitud desafiante. Los graduandos, se entremezclaban con una masa de civiles con actitudes agresivas y dispuestas a la lucha. En otros rostros se denotaba un hondo pesar, una tristeza profunda que los asemejaba tremendamente al poema de Rubén Darío, que lleva por título: Fatal.

En los diez primeros minutos sólo observé, un comportamiento bastante disímil al esperado en una graduación. Luego pude encontrar algunas caras conocidas, lo que me haría enterarme de aquella "tragedia" sucedida. La primera chica que se me hacia familiar, creí recordarla como una cariñosa amiga, al tropezarnos alcanzó a trillar algo como: "tu tienes la culpa de esto, estás detrás de esta farsa". Pensé en saludarla, aún así, pero corrió.

La segunda chica, creo que compartió conmigo un par de clases, y al verla alcanzó a decirme: "tu sabes que es lo que pasa, no te las des de pajuo". Pero no, no sabía lo que sucedía y no me dieron muchas ganas de seguir preguntándole. De lo que una vez describí como un cementerio de morrales, surgía una violencia inusitada, una turba, que iba gritando improperios contra obreros y empleados, en el medio de ese hervidero vi a tres conocidos de clara conciencia fascista. No les dije nada, mejor era no hacerle comentario alguno.

Un tercer amigo togado y de la selección de baloncesto, me comentó irónicamente: ¿Secuestraste al Rector, te sientes feliz? En efecto, me comentó a regañadientes que un grupito de empleados había trancado la salida a las autoridades universitarias encargadas de entregar los títulos en las mismísimas oficinas del Rector. No me explicó el porqué, creo que allí a nadie le interesaba eso. Sólo repetían como en un velorio, "me quiero graduar, y estos obreros no me dejan, porqué a mí, que les hecho para estropear mi día" Eran las 3 de la tarde y nadie había hecho su sueño realidad, recibir los aplausos de los panas, y el apretón de manos del Rector.

No podía evitar reírme un poco, y sentirme profundamente alegre de estar ahí, no sabía las causas, pero mi solidaridad clasista con el proletariado en contraposición a la elite Aristo-académica era casi automática. Los trabajadores de la UCV, mal pagados, explotados y perseguidos por no ser activamente derechistas, elevaban su voz de protesta, valientemente, sin duda era de por sí interesante. Traté de ayudar en lo que pude, me acerque con un amigo sindicalista que como yo, había recibido silbatinas y amenazas de palizas por parte de los neodemócratas en las "Asambleas del cierre universitario" por la necesidad burguesa de plegarse al paro convocado por la patronal: Fedecámaras y la CTV del año 2002, logrando su objetivo: suspender las clases, a todos los niveles. Esos días cerraron como el ex Presidente Caldera, la UCV, ninguno gritó autonomía, solo se oyó el típico chillido: "Fuera los chavistas de la Universidad, Chávez Vete ya"

Mi amigo obrero, me comentó que había trabajadores que tenían meses sin cobrar su bono de alimentación y algunas quincenas sin cobrar su salario y que además le habían retenido el pago de la deuda que tenía la universidad por la homologación año 2004-2005. El pago dependía del envío de una data resumen de la información presupuestaria de la UCV al Ministerio de Educación Superior MES. Esa data, fue enviada y devuelta por el MES al contener 400 errores importantes. La casa "que vence las sombras" erraba estrepitosamente, y le restaba a ello capacidad técnica para auditar la data del CNE, en fecha cercana a las próximas elecciones presidenciales. El envío de esa data era obligatorio para que el MES bajara los recursos, sin embargo la burocracia ucevista no enviaba la nueva data, en detrimento de los trabajadores.

Los obreros decidieron esa mañana secuestrar al Rector hasta que las autoridades no trabajen para enviar la data y ellos poder cobrar. El Sr. Eduardo Sánchez, Presidente de uno de los Sindicatos de Empleados y Obreros de la UCV, impulsado por una demanda clasista y revolucionaria de los trabajadores resuelven a expensas de su posible despido emprender esta acción reivindicativa, por una estricta necesidad material legítima.

No hay que ser ni marxista ni un curtido revolucionario ducho en las luchas de los trabajadores contra el capital, para sentir solidaridad, comprensión y la más profunda indignación ante el vejamen y el oprobio que representa el atropello a los derechos laborales de los trabajadores causado por resoluciones administrativas de una burocracia a todas luces ineficiente y contraria al desarrollo de una sociedad solidaria. Sólo un poco de calidad humana, una mísera muestra de sentir social, apenas un ápice de sensibilidad ameritaba para saber quienes víctimas y los victimarios.

Sin embargo, cualquier rastro de cooperación y comprensión para con los trabajadores fue subsumido por los estudiantes derechistas y muchos otros de la seudo-izquierda ó chavismo conservador-burócrata, que en su inmensa mayoría (95%) se opusieron ferozmente a la toma, y enfilaron denodadamente sus esfuerzos en rescatar al Rector, no hacia falta la policía, ellos estaban allí para preservar el status quo y oponerse a las genuinas demandas del proletariado, representado como diría Benedetti en un remolino de brazos desnudos.

Los mismos estudiantes, de "manos blancas", ardorosos defensores de la "libertad" y fogosos aliados de la oligarquía comunicacional reflejada por el Sr. Marcel Granier, multimillonario dueño del canal RCTV, al cual legalmente se le negó la renovación de la concesión para explotar un espacio radioeléctrico de uso público; convirtieron el Aula Magna un recinto Asambleístico para ventilar sus soluciones egoístas. Entre ellas, una joven de trabajo social gritó en el medio de una salva de aplausos: "Esos obreros son apenas 50, nosotros, graduandos y representantes llegamos a 400, vamos a graduarnos hoy, vamos desalojarlos ya, vamos" otro: " Esos obreros son muy pocos, vamos a sacarlos de ahí, vamos a traer al Rector, tenemos que graduarnos ya" otra: "que pasa si nosotros mismos nos entregamos los títulos que están ahí en la mesa, y nos graduamos de una vez y cada quien para su casa". A lo que respondió, el jefe de protocolo de la ceremonia: "Si el Rector en persona no entrega el título, no es válido". Lo cuál me hizo soltar una risotada sospechosa, ante las hordas presentes.

Entre la multitud enardecida que se agolpó en la entrada del rectorado a 25 metros del Aula Magna se encontraban algunos chavistas, que auto denominándose "revolucionarios" en sus andares universitarios solían disputarle algunos espacios a la derechizada UCV. Uno de ellos era el afable Jon, quién incluso asistió alguna vez a cierta charla en el PCV, y era un furibundo crítico de pasillo y marxista de cafetín. Jon se graduaba después de 9 largos años, imaginé que pudiera captar algo de capital político, pero no, no fue así.

Al verme, lo noté preocupado y con aires circunspectos me relató algo así como: "pero como es posible que estos obreros no me van a dejar graduarme a "mi"", "Tengo 9 años esperando esta acto", "porque ellos no pudieron secuestrar al rector un sábado cuando no haya nadie (en ese momento me reí, a pesar que Jon estaba a ras de llanto)" "el rector es una rata, pero los obreros no son ningunos santos"…etc.

Mis respuestas incrédulas se concentraron en la necesidad histórica de apoyar a un movimiento que había retado a la estructura burguesa, que estaba peleando por lo justo, que siendo víctimas del despotismo se había levantado entre toda la burocracia sindical por la defensa de una reivindicación importante. Nada le interesó, tenía sólo una idea, llevar a cabo su acto de grado burgués ó mejor dicho cuasi medieval. Así como Jon, el 95% del chavismo abandonó la lucha y se entregó a la defensa indirecta y a veces franca del Rector de la UCV, representante de la institucionalidad burguesa.

Un ala pequeña del escualidismo recalcitrantemente cobarde trató a eso de las 3 y 30 golpear a algún trabajador y forzar el fin del secuestro con sus chillidos y lagrimas de rencor. No pudieron. Al final salió la data que esperaban los trabajadores, la necesaria para sus cobros y demás bonificaciones. Apenas sucedió eso, se realizó la des-toma. El Rector con sus secuaces salió de su guarida muy protegido por un ingente grupo de graduandos que le realizó una especie de cordón humano, todos unidos de brazos para llevar al Rector a entregar sus títulos.

Las falaces y burdas intervenciones de las autoridades universitarias y de un tal Sonntag luego de la des-toma, repitieron a pie juntillas el mismo discurso de la derecha: "la universidad debe ser autónoma", "vamos a demandar a los obreros por secuestro", "van a meter los tanques en la UCV, la libertad de expresión y de pensamiento están amenazadas, la universalidad de pensamiento es sagrada", y una innumerable lista de pavadas. La inmensa mayoría aplaudió feliz, apreciaron un discurso "objetivo", que rescataba los "valores" universitarios más profundos y reivindicaba el orgullo ucevista. Comenzó la ceremonia…y me fui a caminar entre la hierba, antes de felicitar a los enemigos de la clase y correaje de la explotación: los pequeños burgueses.



msutherland12@gmail.com

Asociación Bolivariana de Economistas Socialistas (ABES)

(Ccs. 30/07/2007)


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Manuel Sutherland

Marxista. Investigador del Centro de Investigación y Formación Obrera de Venezuela (CIFO) y de la Asociación Latinoamericana de Economía Marxista (ALEM).

 manuel1871@gmail.com      @Marxiando

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