Esa gran aula llamada vida

Esto de asumir seguir aprendiendo se me hace una maravilla, mi viejo que siempre fue un hombre de izquierdas comentaba a veces mientras escuchaba un pajarito cantar "que maravilla seria que pudiera cantar como los pájaros" ya era un hombre que entraba a los 80 años y seguía aprendiendo y deseaba hacerlo.

Yo sigo admirado como el país entero se volvió un aula de clases, donde miles y miles de maestros nos dan una larga clase de lo que es dignidad y democracia, caminan, marchan, gritan, platican, resisten son ellos quienes nos enseñaron las primeras letras y con quienes discutimos de manera cordial, más de un consejo sabio apareció en esas conversaciones y muchas enseñanzas, de repente aprendieron algo en esos años cuando éramos alumnos rebeldes.
Hoy mis amigos de muchos años son maestros y están ahí, en la primera línea de resistencia, en la primera línea que resiste los embates, de uno que otro militante de la ortodoxia gubernamental, de uno que otro que devino en esquirol militante, en esquirol que con discurso descafeinados, flojos y casi siempre miserables. El maestro enseña, el militante progubernamental persigue, el maestro aconseja el militante gubernamental intenta ordenar, el maestro reflexiona y el militante gubernamental avasalla.

La diferencia es sustancial, son antónimos hoy el maestro lucha con sentido común, por el pan para la mesa de millones y el militante gubernamental exige no batallar por lo justo, por lo humano, por lo bueno. Si son esos miles y ya no millones que desean que los venezolanos se sigan marchando de una nación, que no añoran un futuro mejor para sus hijos, una patria mejor para sus nietos.

Así está el MAGISTERIO DEMOCRATICO y no las autoridades gubernamentales, no los hombres de bayoneta y orden cerrado que al parecer desean una nación obediente, servil, esclavizada, sometida y es que quienes nos educamos en escuela pública teníamos un patio de recreo para jugar y no para ejecutar ejercicios marciales u orden cerrado, el recreo era para platicar y jugar en libertad, para discusiones maravillosas y para reacomodar el mundo con palabras, para ver la chica que nos hacía latir el corazón con más fuerza, era un patio para el debate y no para la obediencia, un patio para el humor y no para la marcialidad.

Los maestros están ahí dándonos catedra del debate civil, ejerciendo la palabra libertad, desarrollando ideas y hoy asumiendo el riesgo de enseñar, aquellos que en décadas pasada hablaban de la huelga o elevaban una frase corta a favor de una movilización hoy que son militantes gubernamentales, hoy desean poner cadenas al viento y a la palabra, desearían masacrar el verbo y colocar un yugo a la libertad que está en cada corazón que palpita en la marcha, en el grito, en la consigna.

El maestro movilizado se agiganta, se crece, se multiplica y los militantes gubernamentales solo dan alaridos que nadie escucha, que nadie entiende, que a todos molesta, que indigna, si se convirtieron en jaurías, en leguleyos, en cancerberos que protegen las puertas del poder, en perseguidores de los suyos, en rompehuelgas, en esquiroles históricos y dialecticos.

La lucha de los maestros que hoy intentan sacar a los mercaderes del templo, igual que un maestro hace unos 20 siglos, que están enseñando valores y ciudadanía, que tienen que enfrentarse a la persecución, a la difamación, a la injuria de uno que otra acción gubernamental.

Vale la pena ayudarlos, ser solidarios con estos valientes seres que vienen sufriendo la persecución, los expedientes administrativos, la soberbia, los peores salarios del mundo. Y es que mientras vemos la asamblea nacional y a los hombres de polainas y sables en autos del año, con trajes de moda, con calzado de precios insospechados, A los maestros los vemos tener sueldos de supervivencia y son como sobrevivientes de campo de concentración o como encarcelados en algún Gulag.

valdría la pena que como sociedad civil llevemos nuestra palabra de apoyo, una taza de café, un pan con queso, agua, etc. Y vale la pena que los maestros de lo que era Formación Social Moral y Cívica le dictaran una catedra a más de uno de esos esquiroles históricos, crónicos y dialecticos de lo que es el ejercicio de los derechos civiles, de lo que es la practica democrática y de lo que es ética. valdría la pena sentar en los pupitres a más de un diputado regional o de la Asamblea Nacional para que entiendan que el civil razona y que la línea en la lucha magisterial es que no hay línea. Y de haberla seria hacer un mejor país en el presente y construirlo desde el dialogo y la verdad y no desde las órdenes y la mentira.

Notas a pie de página: En los hechos las políticas del gobierno venezolano para con el magisterio nacional se asemejan más al franquismo, que a las practicadas por la II República Española, una nota que vale la pena leer: Una escuela pública, obligatoria, laica, mixta, inspirada en el ideal de la solidaridad humana, donde la actividad era el eje de la metodología. Así era la escuela de la II República española. De todas las reformas que se emprendieron a partir de abril de 1931, la estrella fue la de la enseñanza. "Sin ninguna duda, la mejor tarjeta de presentación de la República fue su proyecto educativo", asegura el catedrático de Historia de la Educación de la Universidad de Alcalá de Henares Antonio Molero. "Efectivamente, fue la piedra angular de todas las reformas: había que implantar un Estado democrático y se necesitaba un pueblo alfabetizado. Era el Estado educador", ratifica la doctora en Historia por la Universidad de Huelva Consuelo Domínguez. Tanto ella como Molero se han especializado en la enseñanza de la II República, un ambicioso proyecto que los maestros acogieron con entusiasmo. https://elpais.com/diario/2006/04/17/educacion/1145224801_850215.html



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Yuri Valecillo


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