Academia, un año sin ti o un año atendiéndote más

"Empatía es experimentar lo que el otro siente y padece como si fuéramos nosotros mismos" Lusmery Alvarado

Hoy cuando rememoramos un año de la suspensión de actividades académicas presenciales, establecido así en el artículo 1 de la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 6518 Extraordinaria del 13 de marzo de 2020, a consecuencia de la presencia del primer caso de paciente contagiado por COVID-19 que arribó a nuestra Patria. Hoy cuando tenemos un año construyendo nuevas reglas que rijan nuestra sociedad, nos encontramos reflexionado críticamente sobre nuestras actuaciones, percibiendo y experimentando a flor de piel las reacciones de los sentimientos más profundos que emergen desde el ser humano.

Estamos viviendo un momento académico histórico, donde no solo el estudiante esta ahogado en la incertidumbre y el cambio, también los docentes, familiares, coordinadores, rectores, vicerrectores, están en la misma situación y aún más compleja por sentirse responsable del restos de los actores sociales, así como de los procesos académicos – administrativos que lo circundan; son muchas las variables presente en esta época que escapan de nuestro control, por ejemplo la falta de conectividad a internet, la ausencia de equipos tecnológicos que nos permitan mantenernos activos en la distancia, la inestabilidad de la electricidad, la variabilidad del sistema económico, la aparición de una nueva cepa del COVID-19, entre otros elementos que si no aprendemos a manejar el camino será un más intransitable, coloquemos en una balanza las cosas buenas y avances que hemos tenido, la integración del sector universitario a nivel nacional, el intercambios de saberes entre profesionales de diversas zonas geográficas, la autonomía del estudiante en su proceso formativo, el acercamiento hacia realidades desconocidas, el repensar del currículo de los programas nacionales de formación, por mencionar algunos.

En los últimos días hemos tratado de devolver el cuerpo a nuestra casa de estudios, y los socios de aprendizajes (docentes, estudiantes, comunidad) se han estado dando cita para establecer líneas académicas orientadoras del aprendizaje, sopesando las eventualidad en la distancia y cerrando un poco la brecha que existe a causa de la no presencia de la tecnología en nuestros hogares para el abordaje de los saberes y fortalecimiento de los haceres universitarios. Y este contacto, ha llevado a otro tipo de acercamiento, el presencial que nos permite humanizar los procesos, y se han estado compartiendo muchísimas quejas más que reconocimientos al esfuerza y la constancia, como por ejemplo: "le escribí al docente y no me atiende", "el coordinador del PNF está desaparecido", "enviamos correo a la vicerrectora y al rector y nada que responden", "mi sección tiene 25 estudiantes y solo 4 responden", "los equipos de proyecto no quieren avanzar", "cuando me darán mi título, porque no tenemos información", entre tantas otras cosas que nos llevan a una intoxicación por exceso de información que aun queriendo no podemos procesar.

Por ello, el llamado hoy a un año de este madrugonazo que nos dio ese enemigo invisible, es a tener paciencia, a entender la forma como en estos momentos se desarrollan los procesos, que nos permita experimentar el verdadero cambio de roles, donde antes de atacar a nuestros semejantes, nos preguntamos: ¿será que no tiene teléfono?, ¿será que se quedó sin internet?, ¿estarán bien de salud?, ¿estarán sus familiares bien de salud?, pongamos en práctica la EMPATÍA, esa es la clave para mermar la incertidumbre y para que valores como la solidaridad, el amor, el compañerismo se pongan de moda en nuestra sociedad académica. Trabajemos como un verdadero equipo donde tanto docentes como estudiantes, gerencia media y autoridades ejecutivas persigamos el mismo fin, ganarle la batalla al COVID-19 sin dejar de lado nuestras actividades, no elevemos nuestros niveles de estrés que nos bajan las defensas y atacan nuestro sistema inmune, debemos mermar la incertidumbre que en ocasiones es generada por nosotros mismos.

Por ahora, sigamos en la batalla, si yo me cuido te cuido, si tú te cuidas me cuidas, debemos cuidarnos y querer nuestra salud, solo con prevención podremos ganarle la batalla al enemigo invisible que nos obligó a cambiar nuestro estilo de vida, reconquistemos nuestros valores y hagámonos presente en la construcción de nuestro nuevo modelo educativo marcado por la distancia.



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Lusmery Alvarado

Doctora Vicerrectora Académica de la UPTP "Juan de Jesús Montilla" Representante de la UPTP ante el Comite Interinstitucional del PNFI Coordinadora del Eje de Proyecto del PNFI

 alvaradolusmery@gmail.com      @meryamileth

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