La educación en casa: nueva farsa de Maduro

El gobierno de Nicolás Maduro ha "ordenado" iniciar clases "a distancia" desde este miércoles 16 de septiembre en las escuelas y del 5 de octubre en los liceos. Igualmente iniciarían clases las universidades públicas del país. Todo el sistema escolar venezolano trabajaría como educación a distancia, según las "órdenes" de Maduro. Ya en abril pasado expusimos las enormes e insalvables limitaciones existentes para que pueda funcionar en el país un sistema totalmente a distancia (ver aporrea: https://www.aporrea.org/educacion/a289109.html "Ni por Internet ni por las redes se puede concluir el Año Escolar").

La educación a distancia no es algo que se resuelve únicamente a través de un teléfono inteligente. Tal vez casi todas las familias venezolanas cuentan al menos con un teléfono inteligente, pero las redes a las cuales se accede por medio de los teléfonos necesitan a la vez de acceso libre a internet (es decir, "wifi"), pues el uso de datos para bajar archivos pesados está fuera de la capacidad de las redes existentes en Venezuela y está lejos también de la capacidad económica de los alumnos y sus familias. Pero además, con un teléfono no se puede trabajar en términos académicos, en el mejor de los casos es un auxiliar del trabajo que docentes y alumnos realizan a través de una computadora.

Todo alumno, y todo profesor, requieren de una computadora en su casa, y de acceso a internet en su casa. Para comenzar. Son requerimientos mínimos para poder hablar de un inicio de año escolar a distancia. Y hoy en Venezuela muchos docentes y también muchos alumnos no poseen computadoras en sus hogares, y mucho menos acceso a internet. El porcentaje de población con estas carencias pudiera superar hasta el 50 % de alumnos y profesores.

También se requiere de suministro eléctrico constante, pues los apagones y los bajones generan interrupciones que cortan la posibilidad de comunicación a distancia, a quienes tienen las posibilidades tecnológicas de conectarse. El caos eléctrico es una realidad que sigue imperando en casi todas las regiones del país, y es un elemento decisivo que corta cualquier iniciativa de comunicación por redes e internet.

Por otra parte, el gobierno habla al mismo tiempo de que en las semanas de "flexibilización" de la cuarentena, los maestros y alumnos asistan a las escuelas. Aparte del riesgo real de contagio del coronavirus, la situación objetiva de escasez casi total de gasolina en todo el país –salvo Caracas-, que a su vez ha paralizado el transporte público urbano e interurbano, impide que alumnos y profesores puedan trasladarse a las escuelas, liceos y universidades (tampoco se pueden trasladar los obreros y el personal administrativo).

Finalmente, y no por ello algo secundario, está la cuestión de los salarios de los docentes y trabajadores de la educación a todos los niveles. En un país donde el gobierno ha desaparecido los salarios y los trabajadores están sobreviviendo dedicándose a otras actividades distintas a su rol educativo, es realmente una utopía esperar que las instituciones educativas vayan a funcionar ni por un sistema a distancia ni tampoco presencial.

Hoy está planteada de hecho una huelga del sistema escolar venezolano, por razones de fuerza mayor. Sin computadoras e internet en casa no puede existir educación a distancia. Sin salarios y sin transporte no se puede esperar que alumnos y profesores asistan a las escuelas. La educación venezolana colapsó en medio de la mega crisis generada por el inepto gobierno de Nicolás Maduro, y cualquier intento por aparentar "normalidad" en el sistema escolar no pasa de ser una nueva farsa como tantas que a diario difunden los medios de comunicación oficiales.

Mis propuestas:

1. Que los distintos gremios educativos declaren una huelga general indefinida de docentes en Venezuela, a todos los niveles del sistema escolar.

2. Las exigencias serían: aumento de salarios acorde a los estándares de otros países latinoamericanos; suministro de computadoras a todos los docentes y alumnos; desarrollo de un plan masivo de conexión por internet ya sea a través de CANTV o subsidiando a empresas privadas; garantizar la existencia de medios de transporte para que alumnos y docentes puedan trasladarse a las escuelas, liceos y universidades, una vez finalizada la cuarentena.

3. No iniciar el año escolar hasta que estas exigencias fundamentales sean satisfechas por la acción del Estado.

Estas medidas básicas aún no resolverían problemas gravísimos como el deterioro de la infraestructura de todas las instituciones educativas del país; la migración a otros países de centenares de miles de alumnos de todos los niveles educativos y de decenas de miles de docentes; la desaparición casi total de los espacios de investigación científica en Venezuela.

Y un problema principalísimo, que hay que trabajar duro para resolver en el menor tiempo posible, es la pérdida de todo estímulo para estudiar que existe actualmente en la juventud venezolana.

Acaso el interés que se mantiene por estudiar hoy en Venezuela, existe entre los estudiantes que están en las universidades y desean graduarse pronto para irse del país. Lo que constituye un completo absurdo, un escenario antinacional, destructivo de la cultura y del concepto mismo de República.

¿Cómo es posible que el gobierno nos haya conducido a esta debacle educativa? La reacción de protesta de todas las comunidades de Venezuela debe surgir como aliento de una urgente transformación total en las políticas que ejecuta el gobierno de Maduro. Comenzando por exigir la renuncia de los ministros, viceministros y directores de los dos ministerios educativos y del ministerio de ciencia y tecnología. Que una asamblea nacional de educadores, convocada de emergencia en alguna ciudad de Venezuela, designe autoridades educativas provisionales y se proponga y ejecute un plan de reconstrucción de la educación nacional.

Las comunidades educativas; los sindicatos, federaciones y gremios educativos; las organizaciones de la sociedad civil; las organizaciones comunitarias y las comunas; con el respaldo de las fuerzas armadas; deben asumir el control de todas las instituciones educativas del país, desplazando del control de las mismas a un gobierno que ya no gobierna, que sólo destruye, que aniquila con sus actos los pocos espacios educativos que han logrado mantenerse.

CONTROL POPULAR DEL SISTEMA EDUCATIVO NACIONAL, esa debe ser la consigna que puede salvar nuestra educación, que puede salvar a nuestros jóvenes, y que puede salvar a la nación como tal.



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Roberto López Sánchez

Roberto López Sánchez (Caracas, 1958). Profesor Titular de la Universidad del Zulia (LUZ) con ingreso en 1994. Licenciado en Educación (LUZ, 1994). Magister en Historia (LUZ, 2005) y Doctor en Ciencias Políticas (LUZ, 2013). Actualmente dicta 6 materias en la Licenciatura de Antropología en LUZ: Historia de América; Historia de Venezuela; Intercambios Económicos; Poder y Movimientos Sociales; Culturas Afroamericanas; y Modo de Vida e Identidad Nacional. Ha dictado seminarios a nivel doctoral y nivel maestría en universidades venezolanas; y seminarios de Historia de Venezuela en universidades de Chile y España. Actualmente coordina la Unidad Académica de Antropología. Ha dirigido proyectos de investigación a través del CONDES-LUZ, y CLACSO. Línea de investigación: estudio de los movimientos sociales. Ha publicado más de 50 trabajos científicos. @cruzcarrillo09

 @cruzcarrillo09

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