Alquimia Política

Los proyectos en tecnología de la informática y la función investigación

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El problema de las Universidades en Latinoamérica, esas que no terminan de entender la academia como un asunto de talento y vocación, es colocar a gerentes en el área de investigación que siguen bajo la premisa del método científico tradicional y las posturas positivistas a ultranza, sin mirar que la investigación, en los últimos treinta años, ha evolucionado de manera drástica, planteándose hoy día, investigaciones que tengan como unidad de análisis los potenciales "seres extraterrestres", hasta la determinación de la existencia de espectros sobrenaturales cuyas acciones no pueden ser comprobadas ni verificadas con la actual tecnología. Hasta se habla hoy día en el mundo académico de "estudios para el futuro", en el cual se hacen planteamientos hipotéticos en el presente con la idea de desarrollar técnicas de abordaje que permita estudiar en el futuro inmediato esas ideas surgidas hoy en el imaginario pero que, como demostró en el pasado Leonardo Da Vince y Julio Verne, pueden llegar a ser materializadas una vez que la ciencia se equilibre con el pensamiento flexible del ser humano que va hacia todas sus vertientes de manera rápida e infinita.

En las Universidades, sobre todo en las de carácter Experimental venezolano, se asume el criterio de que los proyectos de tecnología informática no son investigaciones genuinas, sino trabajos destinados a tomar cuerpo y acción en la función extensionista. Eso es un grave error y una postura muy simplista e ignorante de entender las prerrogativas que le dan personalidad a una función y a otra. La función investigación concentra sus actividades y acciones en el uso metódico de un conjunto de procedimientos para la generación de nuevo conocimiento; la función extensionista, desde sus raíces en la Reforma de Córdoba de 1918, hace hoy cien años de esa realidad, representa la asistencia técnica de la Universidad, a través de su nuevo conocimiento desarrollado en la función investigación, para la resolución de problemas en las comunidades o sectores de la sociedad que lo necesite. Una es una labor indagativa, reflexiva, crítica y analítica de la realidad y sus elementos interactuantes; otra, la función extensión, es una labor de acción social, de actividad pedagógica para llevar a la comunidad todo cuanto se ha producido en la academia.

A todas estas, un proyecto de tecnología informática, o simplemente la construcción de un espacio virtual en las Universidades para la ampliación de la plataforma de educación a distancia, es en sí mismo un "proyecto de investigación", por ende debería ser reconocido como una investigación con todas sus prerrogativas y consideraciones técnicas (ya que diagnostica, analiza, diseña, aplica y evalúa el impacto de lo elaborado). Tiene aplicación de método, sistematización, coherencia y producto de nuevo conocimiento; cumple el cuerpo lógico de una investigación, por lo cual debería, por lo menos, ser considerado un documento de indagación que se registre como investigación activa y a la vez, al concluirla en su etapa de diseño, también ser admitido en la función extensión como una asistencia técnica y social para darle solución a problemas puntuales en el entorno inherente a las comunidades.

Uno plantea estas reflexiones y la burocracia Universitaria busca destruir la credibilidad del debate expresando una frase muy infeliz: "Eso no está en el Reglamento". No es un asunto de rebuscar en textos "de la liturgia academicista", se busca es generar interpretaciones humanas sensibles a la realidad y al esfuerzo que hacen los expertos en el área de la informática por aportar herramientas que le den habilidad y destrezas al investigador para profundizar sus procesos heurísticos. Prevalece la "mala fe" por algunos regentes de la función investigación porque la mayoría que ocupa esas funciones, no están involucrados de manera sistemática con la investigación o simplemente no son investigadores, sino, simples burócratas.

En un trabajo amplio y bien confeccionado, titulado "Gerencia de Proyectos de Tecnología de Información", el autor J. Llorens Fabregas (2005), destaca que los diseños en el ámbito de las plataformas virtuales tienen todo el peso metódico para ser calificados de proyectos investigativos. Si es verdad que una cosa son los "proyectos de investigación" y otra los "proyectos de planificación", los primeros generan nuevo conocimiento, los segundos plantean la resolución de un problema, partiendo de un conocimiento ya existente; no es menos cierto que los "proyectos en el área de la informática" resuelven problemas, pero a su vez generan, en el campo del conocimiento informático ( desde la programación hasta los sistemas de diseño gráfico y manejo de códigos fuentes), nuevos caminos para explorar y profundizar la capacidad de respuesta de esa área del saber a las necesidades de los usuarios y usuarias.

Debería debatirse el tema y hacer una exigencia a las autoridades de las Universidades Latinoamericanas, en cuanto a que no permitan seguir desfigurando la función investigación colocando en la rectoría de esta función a seudo académicos, o a personas ligadas con pertinencia a la academia, pero sin vocación ni talento hacia la investigación, porque estamos colocándonos en desventaja con otras Universidades del mundo, sobre todo las europeas, donde el área de investigación la ocupan investigadores de renombre internacional. Las Universidades no pueden burocratizarse, eso b las hace perder prestigio, operatividad, motivación y autenticidad. No es un asunto de lealtades incondicionales o del atractivo de la "prima por concepto de funciones extra-curriculares", sino de hacer las cosas bien y de consolidar el papel de referente y de autoridad en saberes que debe tener las Universidades en el ahora histórico en el que nos encontramos.

Difícil tarea la de ser ignorantes en la administración de la función investigación en el ámbito Universitario; vivir en causalidad de un Reglamento y asumir la postura cómoda de no ser críticos ni reflexivos para no perder los cargos o las asignaciones de funciones. Ese papel desteñido y triste no debe ser el de un académico. Invito al debate pero a su vez a la revisión, rectificación y reimpulso de la investigación académica en tiempos en que desde la informática aplicada se están dando desarrollos importantes en innovación e investigación en todas las áreas de saberes.



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Ramón Eduardo Azócar Añez

Doctor en Ciencias de la Educación/Politólogo/ Planificador. Docente Universitario, Conferencista y Asesor en Políticas Públicas y Planificación (Consejo Legislativo del Estado Portuguesa, Alcaldías de Guanare, Ospino y San Genaro de Boconoito).

 azocarramon1968@gmail.com

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