Vaya Dios a saber por dónde nos salió este Toro, qué de grandes cosas hace
por el país; si nos vino por un salto de talanquera de un potrero
cuartorrepublicano; de cómo podemos ilustrarnos sobre sus conocimientos y
experiencias para enderezar tantos entuertos que él con su alto pelaje ve por doquier. Qué Toro, Señor, cómo bufa, y cómo embiste, con qué donaire y con cuántas barbaridades, arbitrariedades, ofensas y embustes.
Pero alza el lomo porque tiene harto probado en sus escritos que Grima es un supremo corrupto, un inmoral y un hombre sin ética. No sabemos si le reconoce al rector de la UNELLEZ algún mérito porque habla de que se puede ser muy eficiente y talentoso, pero ser inmoral, porque se hace de repente el torero y le entierra la banderilla del Libertador: “El talento sin probidad es un azote”.
Yo le voy a responder algunas cosillas a este Torito seudo-bravo, en función de la manera cómo él ha embadurnado de improperios y de ciertas falsedades su escrito. Cuando el señor Pedro Grima fue nombrado rector, la UNELLEZ se encontraba en un espantoso caos, improvisaciones en las carreras, reyertas diarias y en un estado de conmoción interna compleja e incontrolable. Cuando el Rector Carrillo estaba a punto de hacer efectiva su renuncia se negó a entregar el cargo y se produjo una gran tensión; seguidores del doctor Carrillo se aferraron a sus puestos y hubo un alto jefe que se apostó en el rectorado diciendo que Grima sólo sería Rector pasando por encima de su cadáver. Grima lo hizo y todavía no se sabe si aquel personaje existió o si de verás cuando Grima se hizo Rector el pobre pasó al reino de los muertos. Grima allí, recién llegado, en medio de la gente que se reunió a su alrededor, académicos y políticos del proceso revolucionario, preguntó dónde estaba su equipo y todos se encogieron de hombros y se miraron entre sí sorprendidos. Pasaron unos largos minutos, hasta que uno de los más decididos le respondió: “Pues nómbrelo usted, señor Rector”.
Y el señor Rector estuvo allí, más sólo que la una, considerando la terrible misión en la que se había metido. A lo mejor si él hubiese sido como el Toro que lo ahora lo embiste, debió haber tirado la toalla y pedir cacao: “A otro con este lío”.
Pues, don Pedro Grima echó mano de lo más inmediato y comenzó a preguntar
por mucha gente, porque aquello se moría, y se requería con urgencia de una plantilla nueva. No sabía en el infierno en el que se iba a meter. Le dijeron: “Fulano es un gran administrador”, recomendado por un revolucionario de siete suelas, y Grima lo llamó. Él tenía varios nombres, entre ellos me metió a mí (que todavía no me lo creo porque nadie jamás se le ha ocurrido darme un cargo en estos menesteres). Yo me lo pensé tres meses. Le ocurrió a Grima que a medida que iba nombrando cierto personal se encontraba con que lo traicionaban, lo enredaban, lo engañaban. Le hacía falta al señor Grima haber llevado a un asesor como el Toro de Américo Vespusio que ahora se le va con todos sus cachos encima. Yo en el cargo de Relaciones Pública que desempeño en la UNELLEZ recibo una y mil recomendaciones para emplear solidarios y connotados revolucionarios, y bueno, me parece que no está mal. Se habla del nepotismo extremo de Grima, pero hay que ver cuánto daño y crimen le han hecho a la UNELLEZ ciertos señores que nada tiene que ver con la familia del señor Grima. El señor Gustavo Oviedo, señor Toro no es tío político de Grima.
Pero al señor Oviedo lo respetan y consideran en Miraflores altamente por sus
conocimientos y elevadísima experiencia técnica y científica en el tema de la ingeniería, y actualmente junto con él se realiza el proyecto de la Misión Asfalto para Venezuela. Ciertamente que su hija Carolina trabaja en la Administración y si usted, señor Toro, le conociera su trabajo, la severidad y probidad con que analiza cada procedimiento de pago, de su honradez, de su dedicación no hablaría más nunca pendejadas sin conocer realmente a las personas. Cuántas facturas regresadas a los que hacían contratos de manera irregular con la UNELLEZ, cuántas desastres descubiertos por sus investigaciones. Yo he visto por ejemplo a la familia del Presidente Chávez comprometida seriamente con las actividades de la Gobernación de Barinas y la revolución bolivariana, y quisiera yo ver lo que sobre este tema dice don Toro de los cincuenta mil cuernos. Si todos estos señores estuviesen cometiendo delitos, robando a diestra y siniestra, valieran sus críticas, señor Toro, pero allí en la UNELLEZ, todo ese equipo termina sus labores a las 8 de la noche y en ocasiones salimos a reunirnos para evaluar lo hecho y seguir líneas que puedan corregir errores y mejorar la academia, la paz en la universidad, la eficacia y el orden en el trabajo.
En el proceso de información que usted busca, señor del Toro, para alimentar la inquina, para azuzar el caos y el chisme, la degradación y el insulto, usted debería más bien tratar de que sus dardos apuntaran hacia lo más noble y deseable para la institución, como lo son la consolidación de la paz (algo que no se le puede negar ha conseguido Pedro Grima) y el progreso de la UNELLEZ. Es totalmente falso, señor Toro que la esposa del ingeniero Eréboro Calderas, sea Jefe de Compras de la UNELLEZ. Revise sus legajos de secreteos: El jefe de Compras se llama Orlando Durán.. Por último, yo lo invito para que vea cómo trabajamos, cómo nos partimos los lomos para procurar enderezar una institución tal vilmente maleada por el partido AD durante más de 20 años. Por otra parte lo invito a mostrar esos negocios que usted, con los pitones bien alzados, dice que Grima ha obtenido con su cargo. Hágalo, tenga el coraje de hacerlo. Lo quisiera conocer para palparle su cornamenta y ver si es de buena raza revolucionaria y bolivariana, señor Toro. ¿Dónde nos vemos?
