Inútil fue pulular

Ya me calme… y evalué el resultado del referendo del viernes 28 de junio de 2013, fecha que quedará para la historia de nuestra universidad.

Debo agradecer a mi camarada Prof. Francisco Rojas, por haberse puesto rojo rojito, cual tomate maduro, cuando discutimos, a voz alzada y a la salida de la asamblea que decidió ir a un referendo para… eee...no se para que. Fue determinante aquella discusión, para que María Viloria, María Isabel Blanco, Luis García, Elizabeth Lezama y con un toque telefónico y a posteriori, Alfredo Campos evaluáramos por casi cinco horas la situación. Pido disculpas por el abuso al identificarlos pero que más da, nuestro comunicado fue público, orgullosamente, valientemente, y ejemplarmente publicado.

Desde las tres de la tarde hasta las ocho de la noche. Cada palabra de nuestro comunicado fue debatida. No hubo lluvia de ideas, porque no cayeron desde el cielo, hubo un razonamiento “lógico y legal”, sin presión externa, porque nadie nos manda; de manera voluntaria, porque amamos nuestro trabajo, nuestra universidad y a nuestra Venezuela. Así que quien nos critique, en libertad está, pero por favor hágalo de manera pública.

Yo hubiese votado, y tal vez mis amigos aquí nombrados y otros panas que luego replicación nuestra iniciativa también lo hubiesen hecho si se hubiese abierto una campaña, aunque sea de un día, y se hubiese preguntado algo que se pudiera preguntar y que tuviese la posibilidad de ser respondido. Si se hubiera preguntado: ¿acepta que los miembros de la mesa sean tales y cuales además de FAPUV? , ¿Quiere usted que FAPUV se sea aceptada en la mesa con voz y voto? Tal vez hubiese votado.

Si se les hubiera ocurrido preguntar: ¿quiere usted que sea únicamente FAPUV la que negocie y que las demás federaciones se vallan?, hubiese pensado en ir a votar. Y si por casualidad se hubiese puntualmente preguntado ¿esta usted de acuerdo con el aumento dado o acordado? yo hubiese votado por el no.

Hoy 29 de junio pudimos leer un acta que estaba lista desde el 26 de junio a las 3 pm. Tal vez tardaron un día en transcribirlas en computadora, o hubo necesidad de revisar ortografía y gramática antes de firmar, o se demoraron en convocar a los firmantes para la lectura final, o quien debía subirlas al ciber espacio tenia la AH1N1, o alguien aguantó a propósito su publicación por algún interés oscuro…que se yo, no se, pero nosotros, y me incluyó a pesar de habernos abstenido en participar, nos precipitamos en convocar un referendo sin todo a la mano, sin bases sólidas para tamaña consulta.

El mismo día 28, el día del crimen, por la mañana andaba “pululando”, o sea, moviéndome de un lado a otro dentro de la universidad, tratando de explicar lo insensato, como aquel “insensato” de Sábato, de votar para violentar el derecho de los estudiantes a sabiendas de que ya el TSJ había sentenciado un retorno a clases en la UCV y la UPEL bajo el soporte de que hay una mesa de negocios, y el convocante a paro, FAPUV, no es ajena a ella. Trataba, inútilmente, de explicar que por más autónomos que seamos, y no lo somos por aquello de experimental, para que sea legal un cese unilateral de labores y un desacato al patrono se deben seguir lo dispuesto en la Ley del Trabajo. Inútil fue pulular.

Esa misma mañana pude leer, en el teléfono inteligente de un amigo, la declaración de la presidenta de FAPUV, en la que hacia alarde de una victoria con la eliminación de las cláusulas sobre el socialismo...etc. Traté infructuosamente de explicar que esa declaración era la demostración inequívoca de que la señora estaba contra la pared, que su citación al tribunal era un llamado de atención hacia el cumplimiento de las leyes y que esa oportunidad que se le daba para tales declaraciones no eran mas que una pequeña puerta que se le abría para facilitarle la salida del túnel en el cual su soberbia la había metido, por insensata.

Hoy leí las actas del día 26, llore por lo hermoso de su redacción. Imperativa es la cláusula 3, para una nueva ley; transformadora la cláusula 4 al ampliar el cogobierno; solidaria la cláusula 5, al promover el compartir de los recursos; humanista la cláusula 6, al eliminar toda clase de exclusión o racismo; necesaria la cláusula 7, al obligarnos a combatir las desviaciones que atentan contra la paz y la convivencia; sublime a mis ojos la cláusula 8, al dotar a nuestra universidad de medios de comunicación, tal vez en poco tiempo nuestra imprenta resucitará y tendremos radio, tendremos voz, tendremos patria.

Una digresión, se puede tener patria sin papel toalé, total lo importante es cagar en suelo propio. Al contrario si sería un problema serio.

Volviendo a lo hermoso del acta, recomiendo leérsela a nuestros estudiantes y a nuestros hijos e hijas. Y si alguien pretende decir que eliminaron al socialismo, tal vez no sabe distinguir entre lo científico y lo utópico.


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Manuel Gragirena

Profesor Universitario. Ingeniero Electricista. Especialista en Telecomunicaciones. Diploma de Estudios Avanzados en Educación. Ex Sidorista

 manuelgragirena1@gmail.com

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