La práctica social donde lidia cotidianamente el gerente público no puede ser abordada solamente con la formación profesional verticalizada que recibimos en las facultades tradicionales de las instituciones universitarias, sean estas públicas o privadas.
La razón parece obvia, la práctica social donde se desarrollan las acciones del gerente público atraviesa horizontalmente todas las especialidades y presenta problemas que las ciencias tradicionales no reconocen. ¿Por qué el médico más ilustrado en cualquier especialidad de la medicina fracasa cuando le corresponde gerenciar políticas de salud?
Estamos en presencia de una de las fuentes de la piratería en la gestión pública. No basta con la promoción y la práctica de formación integral, muy bien soportada en la estrategia de los Programas Nacionales de Formación, lo cual comparto plenamente, pero que no ha operado adecuadamente hasta que no esté resuelto el problema de la construcción de una teoría de la práctica social. ¿Qué se ha teorizado sobre la práctica social de los profesores que rechazan y desvirtúan los Programas Nacionales de Formación? No caigamos en simplismo de afirmar que los rechazan solo porque son antichavistas.
¿Preparan las universidades tradicionales e incluso las creadas en el proceso revolucionario profesionales tecno políticos para enfrentar el reto que demanda la complejidad de la gerencia pública en su accionar en el proceso social? , tajantemente no, por el contrario, existe en Venezuela y América Latina una brecha sustantiva entre el retraso de la política y el avance de las ciencias. El gobierno, la política y las ciencias transitan por caminos diferentes e incluso opuestos; en esto las universidades, principalmente las autónomas y experimentales tienen una gran responsabilidad, tan grande como la que tenemos los militantes políticos y los que hemos asumido posiciones de gobierno en el ámbito de la gerencia pública incluidas las instituciones universitarias.
Un problema clave debe asumirse en el marco de la transformación universitaria: “Escasa o nula relación entre las ciencias y técnicas con el ejercicio práctico de la acción de gobierno en todos sus niveles (local, regional y nacional) “
Mientras las ciencias avanzan, los problemas cotidianos de la gente crecen exponencialmente. Algo pasa, sobre la relación entre la política, las Ciencias y Técnicas en el ejercicio de Gobierno que no logramos advertir desde las universidades, institutos y colegios, y es que el pez no ve el agua. Pero tampoco nada se advierte desde la práctica política, donde un gran número de gerentes públicos, gobernando sin métodos producen resultados desastrosos que atentan contra la consolidación y vigencia del proceso revolucionario. La piratería abunda, y lo más grave, como acertadamente lo afirmara el maestro Carlos Matus, es que muchos de nuestros gerentes públicos, no saben, que no saben.
¿Qué papel juega la planificación en la escasa relación entre las ciencias, las técnicas, la gestión pública y la transformación universitaria?
En primer lugar, sin método no se puede gobernar, asumiendo el método como la aplicación de una teoría a nivel operacional concreto. Ahora bien, en el estado revolucionario, las instituciones universitarias, empresas del estado en general y ministerios no han asumido rigurosamente una teoría y método de planificación acorde con la necesidad que demanda un proceso revolucionario, por el contrario, cuando planificamos y nos alejamos de la improvisación, practicamos predominantemente la planificación corporativa, con una herramienta diagnóstica tan atrasada como el FODA, que resulta ser lo más inoperante del capitalismo, cuando se aplica en la gestión pública, y es natural, ya que, el aparato público, las universidades, institutos y colegios no son corporaciones. ¿No son las corporaciones el símbolo del capitalismo? ¿Cuál es el andamiaje, conceptual, teórico y metodológico de estas cajas de malas herramientas, que los organismos multilaterales y trasnacionales nos impusieron como métodos de planificación?
En segundo lugar; las ciencias, las técnicas y la gestión pública deben fortalecer la acción estratégica, y en particular la acción social, por encima de la acción instrumental, propia de la ciencia tradicional, donde predomina la relación sujeto-objeto, sin que exista interacción entre el sujeto que produce la acción y el objeto afectado por ella. Ahora bien, esto ocurre, entre otras razones, debido a que la planificación normativa toma prestado el concepto de diagnostico de la ciencia tradicional, donde lo objetivo es sinónimo de rigurosidad y se abandona la subjetividad que es un elemento determinante del proceso social. Por eso reitero, la existencia de problemas del medio social que las ciencias tradicionales no reconocen. En consecuencia el diagnostico no es suficiente para fundamentar la planificación, es necesaria una explicación situacional, donde el diagnóstico, la intuición, así como, la motivación y valores de los actores que explican una realidad, nos permitan actuar asertivamente en el procesamiento útil, completo, oportuno y confiable de los problemas atinentes al proceso social.
Finalmente, está planteada la necesidad de debatir a profundidad sobre los métodos y teorías de planificación, ya que, en diez años de revolución, algo anda mal en esa dirección, dado que las señales o síntomas del proceso así lo indican: gestión pública deficiente, incapacidad para revolucionar el aparato público, falta de procesamiento tecno político de los problemas claves del país, disminución progresiva de las adhesiones políticas al proceso revolucionario, burocracia, corrupción, no damos en el blanco de los principales problemas de las instituciones universitarias, e inclusive desde las universidades autónomas los ”manitas blancas”, se dan el lujo de darle plazos al presidente para que atienda sus demandas reguladas bajo la orientación del imperialismos norteamericano.
Ing.
Sub Director IUT Maracaibo.
lazaroroger@gmail.com
