Están en la calle, organizan marchas, afirman cualquier cosa en twitter y facebook, dejan de comer sus compotas y se acuestan en las puertas de la Organización de Estados Americanos. Denuncian la violación de los derechos humanos y la violación a la libertad de prensa, queman cauchos y suspenden las clases, pero cuando se les invita a debatir contraponiendo sus argumentos con el de estudiantes que apoyan al gobierno, los estudiantes de la oposición nunca se presentan, no quieren debatir, ¿por qué?. Hablan entre ellos, hablan con los medios, pero nunca escuchan su contraparte. De igual manera sucedió con la pasada Asamblea Nacional, a la que fueron invitados a debatir y se limitaron a leer una carta redactada por una agencia de publicidad, en la que incluso se le daba la instrucción de quitarse la camisa en un momento del discurso. Quedé sorprendido de ver en cadena de televisión las sillas vacías para los estudiantes de la oposición, en un debate organizado para salir en el canal de Televen. Pero la quijada se me cayó cuando los estudiantes de la oposición justificaban en la calle su ausencia en el debate, argumentando que tenían organizada una marcha. Lo cierto es que se debe presionar para romper los monólogos en la televisión y en los medios en general. No puede ser que se asuma una posición tan radical, pero no tenga contrastes con otras ideas diferentes.
En los debates de la Asamblea Nacional se evidenció que los diputados de la oposición manejan chismes, fuentes anónimas imposibles de confirmar o sin ningún rigor científico que legitime las cifras que anuncian sin nada que las sustente.
Para los medios internacionales es muy impresionante ver a unos estudiantes en una supuesta huelga de hambre, incluso suenan convincentes cuando hablan ante un periodista complaciente, porque éste trabaja en una canal privado que piensa de manera similar. Pero esos estudiantes enmudecen cuando deben contrarrestar con las opiniones de otros estudiantes que piensan diferente. Es curioso, la Ley de Universidades fue retirada por el gobierno atendiendo las críticas, por la falta de debate. Pero ahora no quieren debate, y las excusas o exigencias obstaculizan la confrontación de ideas. Los estudiantes marchan a la Asamblea Nacional, exigiendo más presupuesto, mientras otros estudiantes quieren debate para que las autoridades universitarias expliquen públicamente en que se gastan el presupuesto. La clave de todo está en forzar la rendición de cuentas, para dilucidar si son justas o no las necesidades de más presupuesto. ¿Por qué es tan díficil para las autoridades universitarias de una minoría de casa de estudios, rendir cuentas a la opinión pública en cadena nacional, como lo hicieron los ministros del gobierno nacional?. Hay que forzar el debate, hay que sacarlos de esa tribuna virtual de los medios de comunicación, donde acostumbran a decir lo que les venga en gana y no están dispuestos a escuchar. De lo contrario, están condenados a hablar paja y que no sean tomados en serio por el resto de los venezolanos.
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