"Precios acordados" el gobierno retrocede rumbo a otra derrota

En uno de mis artículos anteriores dije que "La caída sería inevitable", ahora cuando el gobierno regresa a la propuesta, ya fracasada de los "precios acordados", el mayor engaño del que haya sido víctima la población venezolana; hoy ante el hambre del soberano confinado entre cuatro paredes, en previsión del COVID-19: estimo que se aceleran la caída.

La primera interrogante que se formularía cualquier ciudadano medianamente inteligente debería ser la siguiente: ¿Qué condiciones objetivas y subjetivas han variado a favor del gobierno, que hagan pensar que ahora sí se impondrán los precios acordados, cuando en el pasado no pudieron imponer ni siquiera uno solo de estos? ¿Incremento de la producción nacional?

No soy economista, pero en la lógica elemental, la formación de los precios es parte de un complejo y entramado sistema (socio económico, político e inclusive espiritual y psicológico) del que estos forman parte; por lo tanto, tratar este aspecto de los precios aisladamente, más que un efectismo y error metodológico es una gran torpeza de un gabinete económico donde no hay un solo economista, que, desde esta ciencia, ayude a apuntar al blanco de los problemas.

No existe ninguna posibilidad de que sea revertida la crisis económica, en manos del actual gobierno; cuyas consecuencias aceleran todos los días la incorporación del soberano a la lista de los que comienzan a pasar hambre en cuarentena. La caída de la economía se estima entre 15 y 18%, producto del COVID -19, muy alejada del promedio de América Latina estimado en 5.3% por la CEPAL, la hiperinflación indetenible, salario en menos de dos dólares mensuales, quizás pueda llegar a cuatro con los "bono de protección", el aparato productivo nacional en cuatro bloques, los servicios públicos en el peor de sus momentos, sin salidas en el corto y mediano plazo, sin gasolina, PDVSA destruida y pare de contar.

Veamos; solo en el plano económico, en el marco de una economía capitalista, como la practicada en Venezuela, los precios son una consecuencia notable de la aplicación correcta y oportuna de políticas fiscales, monetarias y cambiarias. ¿O no es así, señor abogado, Vicepresidente de Economía, ahora Ministro de Energía y Petróleo?

Eso de los cargos en la Administración Publica Nacional y las profesiones en Venezuela, siempre me lleva a recordar a un gran político y luchador social zuliano, Luis Homez, cuya desaparición física privó al Zulia tener un gran gobernante.

Y, es que, en una oportunidad se corrió el rumor de que Carmelo Contreras, un próspero ganadero zuliano, sería designado Presidente de CANTV; entonces un periodista al arribar Luis Homez al aeropuerto "La Chinita de Maracaibo", le preguntó: ¿Qué le parece diputado, la información extraoficial de que el Señor Carmelo Contreras será el nuevo Presidente de CANTV? Luis Homez, sin inmutarse, al filo del sonido de la última sílaba de su interlocutor, le respondió inmediatamente, "me parece muy bien esa designación, porque el que sabe de leche, seguro que sabe de teléfonos". De allí que, parafraseando al gran Luis Homez, el que sabe de leyes, sabe de economía, pero sabe aún más de petróleo y gas. A buen entendedor pocas palabras.

Retomando el tema de los "precios acordados", en el plano político, en el pasado reciente, en aquel estruendoso fracaso de los "precios acordados", el Constituyente Julio Escalona, escribió en Aporrea en esa oportunidad sobre el asunto, y en el centro de su trama argumental, le decía al Presidente, palabras más, palabras menos, "No se puede llegar a un acuerdo con quien te quiere tumbar", entonces me pregunto: ¿Qué ha sucedido hasta hoy que los empresarios ya no quieren tumbar el Presidente? ¿Se negoció con ellos? ¿Se recuperó el aparato productivo nacional? ¿Conciliación nacional con la burguesía criolla?

En el plano social y psicológico, la medida enfrenta un fracaso reciente que dejó una huella imborrable en la sociedad venezolana, donde de nuevo se imponen medidas cupulares entre el gobierno y un sector empresarial, sin el poder popular real, olvidándose por completo aquella fábula de "gobernar obedeciendo". En aquella oportunidad, con apoyo de todos los poderes del estado (Ejecutivo, Judicial, Moral y Electoral); excepto la AN; la mayoría de los gobernadores y alcaldes con sus poderes legislativos y cámaras municipales; la mayoría de las FANB, fuerzas policías y de inteligencia; el PSUV y sus aliados; con todo ese apoyo, no pudieron imponer ni uno solo de los precios acordados. ¿Ahora si podrán?

En la oportunidad pasada el engaño de "precios acordados", estuvo complementado con la burla del ahorro el petros y en Lingoticos de oro, cuando la mayoría de los venezolanos "empleados" tenían un salario de medio petro. ¿Quiénes y cuántos podían ahorrar en Petros y lingoticos de oro?

La afirmación del Presidente Maduro, "No hay contradicción entre cuarentena radical y voluntaria y la producción", a propósito de los "precios aordados", es digna de ser analizada, más allá de rimbombancia de esta, seguramente acuñada en el desarrollo de su "pensamiento económico". Sin cuarentena, en nuestro país, en los últimos cinco años, se ha provocado una disminución consecutiva del tamaño de la economía, donde el principal factor ha sido la producción; en este año, según las investigaciones de los expertos en América Latina, con la llegada del COVID-19, sin mencionar la cuarentena, estiman una caída de 5.3% y en Venezuela de 18%, y para no salirme del léxico actual, se diría que, en nuestro país, es mayor dado que tiene una enfermedad económica pre existente.

El factor principal en la producción es la intervención del hombre, tanto en la construcción de productos terminales tangibles e intangibles(conocimiento); de manera que no existe forma de producir confinado en la casa, salvo el trabajo virtual, para el que se requieren condiciones especiales, eficaces, eficientes y efectivas como electricidad, buena velocidad de internet, equipos de alta calidad tecnología en la telefonía móvil y fija, así como, software libre en la construcción de aplicaciones. Así que, esa afirmación, no va más allá de una forma de darse valor, ya que, en términos reales es un mar de profundas contradicciones, que al igual que el tratamiento aislado de los precios, les llevará a nueva derrota y a un engaño más al pueblo.

El efectismo de la medida, estará en función de la acción de las bayonetas, la amenaza y la arbitrariedad apoyada por el TSJ, la pregunta es: ¿Será viable la medida?

Aprendimos del Maestro Carlos Matus, que para que una medida sea viable, se deben cumplir tres condiciones, necesarias y suficientes; en primer lugar, que se tenga la cualidad para tomar una decisión sobre ella; condición cumplida, ya el Ejecutivo tomó la medida; en segundo lugar, que sea operacionalizable en la práctica, se operacionalizará a través de la amenaza y represión; y la tercera condición, es que se mantenga. Obviamente no se podrá mantener, por lo tanto, no es viable.



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Roger Lázaro


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